linda

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-oye tú-
-mi nombre es Ana, no te cuesta nada decirme así-
-bueno como él te puso así yo puedo decirte de otra manera, ¿cierto?-
-bueno si pero ¿cómo te gustaría llamarme?-
-Linda- me dijo mirando mis ojos por el espejo.
-oye ¿cómo encontraste a la bebe?-
-yo estaba corriendo con la madre de la bebe, ella se llamaba clara, huíamos de cinco de esas cosas, llegamos a ese pueblo y cuando dimos vuelta en una de esas calles amplias, nos encontramos con todas esas cosas que vistes, no teníamos a donde ir, me dio a la bebe para llamar la atención pero esas cosas la atraparon y vi como se la comían lentamente, después de que murió, se llevaron su cuerpo arrastrando. Cuando se fueron yo corrí para salir de ahí pero ellos regresaron y me tuve que esconder durante dos días pero al tercer día una chica muy linda y rara me grito e izo señas para que fuera con ella, corrí y ella me salvo a mí y a la bebe-
Recosté a Mateo sobre mis piernas y lo deje descansar, tome unas frituras, las abrí y se las pase a Memo. Abrí una de las botellas de agua y le tome.
-¿quieres agua?- Le dije pasándole la botella.
-si, gracias- me dijo mientras con su mano agarraba la botella.
Memo miro hacía las flechas donde se encontraba el volante.
-¡Linda!-
-¿qué pasa?-
-Mateo no checo que la gasolina esta por acabarse-
-¿Y ahora que asemos?-
-máximo durara como una hora-
-¿a cuánto está el pueblo más cercano?-
-unos diez kilómetros-
-bien, antes de llegar al pueblo, párate a las afueras, yo iré a revisarlo. Pondré a la beba Cris en el asiento delantero. No despiertes a Mateo, yo sola puedo hacerlo-
-si, no quisiera que este como ayer-
-¿Cómo?-
-Estaba completamente histérico, no paraba de dar vueltas alrededor del pueblo y cuando vio que te retrasaste se quería bajar a buscarte, cuando te vio parada se calmo-
Acaricie el pelo de Mateo, quería besarlo pero no podía, tal vez y lo despertaba. Llegamos a la entrada y con cuidado y sin despertar a nadie me baje del carro.
-vuelvo en media hora, si me retraso no entren a buscarme, ya vuelvo-
-oye pero llévate el bate- lo dijo mientras lo sacaba por la ventanilla.
-oh, sí que tonta, ya vuelvo-
Corrí sin hacer mucho ruido pero la ciudad estaba muy callada, llegue a la gasolinera y aun no veía a nadie. Era muy extraño, camine alrededor dando dos vueltas pero aun nada, me senté en una banca que estaba en frente a la gasolinera. En eso, un hombre de unos treinta años, alto, rubio con un pie lastimado, una mano sangrando y en la otra llevaba un arma. Ese hombre corría con mucho esfuerzo pues se veía que ya no podía mas, detrás de él corrieron cinco de esas cosas, me pare, instintivamente corrí hacía los monstruos, pase por un lado del hombre y nos miramos a los ojos por un instante. Le di un batazo a uno de los monstruos y corrí hacia el lado contrario de donde estaba el hombre asiendo que me persigan a mí. Me quedaban cuatro y al dar vuelta en una de las calles, me pare de golpe y le di a otro en la cabeza, empecé a correr de nuevo, me quedaban tres y al llegue al otro extremo de la calle, me detuve, me di la vuelta y le di un batazo en la cabeza a otro, me quedaban dos y corrí hacía ellos, di un brinco y le di un batazo al otro y me deje caer, con tanta velocidad el no pudo detenerse, me levante rápidamente y cuando él se detuvo y dio la vuelta le di un batazo en la cabeza. Cuando regrese para ver como se encontraba el hombre no había nadie así que regrese.
Llegue donde estaban los demás, me había pasado unos minutos de lo que aviamos acordado y desde lejos alcanzaba a notar lo preocupado que estaba Memo, el estaba sentado en el carro, en el capacete, Lucas estaba sentado en el suelo cargando a la bebe. Cuando ellos me vieron llegar ambos se levantaron y caminaron a donde estaba yo.

La líder Y Los ZombisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora