el comienzo

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Desperté, lo único que vieron mis ojos fue un color blanco. Yo estaba en un cuarto sin color, lo único que se distinguía era la perilla color plateada de la puerta. En seguida Salí de ese raro cuarto, no recordaba quien era. ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué lugar es este? Esas preguntas giraban en mi cabeza una y otra vez. Encontré las escaleras y las baje corriendo hasta llegar al primer piso, después vi a un hombre muy raro y sospechoso que se golpeaba con una maquina de bebidas.
-¿Cuál es su nombre? ¿Dónde estamos? ¿Qué lugar es este?- le pregunte al hombre desesperadamente.
Ese hombre volteo su rostro, era horrible, sus ojos eran completamente negros, sus dientes podridos y desprendía un horrible olor a muerto. El se abalanzo sobre mí y me tumbo al piso, al estar tirada no hallaba como quitarlo de mí, el era demasiado fuerte para un hombre normal, lo arañe, lo golpee, le hice muchas cosas pero no parecía desistir.
-¿Porque hace esto? ¿Qué le ocurre?-Le gritaba una y otra vez.
Logre zafarme de sus manos y corrí hacia las escaleras que anteriormente había bajado. Ese hombre me perseguía con una velocidad increíble, no parecía un humano. Me detuve, me di la vuelta y le di una patada  en el rostro haciendo que cayera.  No mire hacia atrás, solo corrí hasta llegar a lo más alto de este edificio. Estando ahí vi a un joven de unos 18 años más o menos, el era alto, pelo negro,  piel de un bronceado perfecto, era muy atractivo, unos hermosos ojos verdes llenos de lagrimas, a punto de tirarse desde lo más alto de la barda, el volteo su rostro.
-Me quieres acompañar, creí que estaba solo pero ya que estas tú aquí podríamos tirarnos juntos- me dijo mientras alzaba su mano para tomar la mía.
-¿Por qué ya no quieres vivir?-le grite.
-¿En qué lugar has estado? ¿Tu si quieres vivir en el infierno?- me dijo mientras se preparaba para brincar.
-Espera al menos dime tu nombre y ¿porque ya no quieres vivir? no te costaría nada decirme- le grite mientras corrí a tomarle su mano.
En ese momento se escucho como varias personas subían las escaleras. El bajo de la barda, corrió hacia la puerta y las cerró con un candado que estaba tirado. De repente se escuchaban como gruñidos infestaron por el otro lado de la puerta, en ese momento me entro un escalofrió que me hizo temblar por unos instantes.
-¿Estás bien? ¿No te han mordido?- me pregunto tocándome los brazos.
-¿Mordido? ¿De qué estás hablando? ¿Qué eran esas cosas? No eran humanos- le dije mientras temblaba.
-A todo esto ¿quién eres?- me dijo en tono muy arrogante.
En ese momento no pude contestar nada, mi mente estaba en blanco, no sabía quién era ni de donde venia, no sabía ni como era mi reflejo, era como si hubiese nacido en ese momento sin recuerdo de nada.
-Y bien ¿Cómo te llamas?-
-No lo sé- le conteste con voz baja.
El me miro con una mirada de lastima. De pronto el suelo empezó a quebrarse, el se abalanzo sobre mi abrazándome y ambos caímos de piso en piso hasta detenernos después de cuatro caídas, el edificio era un hotel viejo. El entro en pánico y temblaba mientras que yo estaba muy confundida y adolorida, no sabía que pasaba ni quién era yo pero en su rostro se reflejaba el miedo.
-¿Que te ocurre porque tiemblas?- le pregunte tomándole la mano tratando de calmarlo.
-ya vienen, se acercan y no nos podremos defender. Moriremos en cuestión de segundos y nos levantaremos como esas cosas- me dijo impotentemente mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.
-Tranquilo ¿Qué ocurre?- le dije mientras trataba de moverme.
Mi cuerpo no contestaba, no podía pararme, estaba tan adolorido por la caída que hasta el parpadear era muy doloroso. Lo vi a los ojos y se calmo un poco pero él había recibido el mayor de los golpes, sentía que ambos moríamos mientras que unos pasos se acercaban.
-Al menos no moriré solo- me dijo mientras sonreía.
Una sonrisa falsa que reflejaba un miedo terrible, me puse de rodillas hasta poco a poco poder pararme, sentía todo mi cuerpo mojado, y como no sentirlo, la sangre no paraba de salir. Le tome sus manos y lo subí a mi espalda, di unos cuantos pasos y mis piernas temblaban, no podía caminar. No podía soportar de dolor era tan inmenso como si me estuvieran cortando una y otra vez.
-Dime algo- Le dije tratando de no pensar en lo malo que tenía mi cuerpo.
-Mi nombre es Mateo mi apellido no importa, vivía en la ciudad donde comenzó el desastre, mis padres están muertos, la persona que quiero también, mis amigos y la mayoría del mundo, no tengo nada ni a nadie y solo quiero morir- me dijo tan calmadamente que no podía creer que estuviera tan lastimado como yo.
-Bueno ya que se algo de tu vida me gustaría contarte de la mía, pero no recuerdo nada, no sé cómo me llamo, si tengo familia, no sé ni cuál es mi reflejo, no conozco nada de mi-
-Me gustaría ser como tú, el no saber nada de lo que paso, ni tener estos recuerdos tan dolorosos-
Mis piernas no dieron más, de pronto los ruidos se hacían más fuertes, tanto que sentía como si retumbara el piso,  vi una puerta a pocos centímetros y me arrastre hacia ella. El tenía buen cuerpo pero era muy pesado para mí. Me arrastre con el arriba de mí hacia la puerta. El restiro la mano para abrirla, sentí como caían gotas de sangre a mi espalda, cuando él la abrió unos gruñidos se oían, me levante y cerré la puerta, arrastre lo primero que vi para bloquearla y de pronto solo sentí como si mis fuerzas se fueron, mis piernas se doblaron y caí al suelo.
-oye ¿en serio no sabes nada?- me dijo con una vos muy baja.
-No, por favor dime-
-Esto comenzó hace menos de un mes, el laboratorio del centro de la ciudad, buscaba una cura para las enfermedades terminales, yo era un practicante, estaba por terminar preparatoria y me iban a dar una beca en ese lugar para la universidad, era mi primer día cuando el jefe mando llamar a todas las personas. Decía que había encontrado la cura, entramos a un cuarto donde solo había una persona en una cama de metal y un vidrio por el cual nosotros mirábamos. Entraron dos médicos y le pusieron la vacuna. De pronto ella se levantó y sonrió. Los médicos dijeron que había sido un éxito cuando ella cayó al suelo y murió. Los médicos la levantaron y la pusieron sobre la cama y ella se levantó y mordió a uno de los médicos, le arranco un pedazo de piel y lo tiro muerto, después se abalanzó sobre el otro médico e izo lo mismo. Los médicos se levantaron y brincaron sobre el vidrio quebrándolo. Yo estaba cerca de la puerta. La abrí y todos salimos corriendo. Uno de los médicos se abalanzo sobre una de las mujeres que iban conmigo y la mordió.-
-Y ¿no la ayudaste?- le pregunte con un grito interrumpiéndolo.
-No, fue tan rápido que cuando quise reaccionar ella murió y el médico se quito de ella balanceándose sobre otro hombre, era uno de los que observada, detrás del hombre la mujer que estaba muerta se levanto y empezó a perseguirme como un depredador acorralando a su presa. No podía creer lo que mis ojos veían, pensé esto solo pasa en las películas, debo estar soñando, la perdí y corrí hacia mi casa para sacar a mis padres, le llame a mi novia para advertirle lo que había pasado. Al principio no me creían, pero al salir en las noticias y al ver a todas las personas corriendo fuera de la casa empacaron comida y nos fuimos en el carro. Recogimos a mi novia y nos escondimos en este hotel viejo, a los pocos días apareció un anuncio en la radio, de barcos que podía salvarnos, nos dirigimos hacia él, pero en cuestión de días, también se dejo de trasmitir, nos enteramos que se fueron, pero barios de ellos estaban infectados. El ejército comenzó a tomar a las personas, pero también cayeron en cuestión de días. Ahora solo sobrevives si sabes usar armas y donde estar. Somos muy pocas personas las que estamos vivas. De todas hay pequeños grupos que si no eres buena con las amas o en pelea, no les sirves, es por eso que solo éramos mi familia y novia. Estancados aquí. Es gracioso como en cuestión de días todo el mudo se haya caído. Nadie estaba preparado para lo que vino, pero paso y no ay remedio. Siento que es mejor la muerte a seguir con esta pesadilla-
-Debiste tener mucho miedo- le dije mientras le tome la mano.
-Al principio sí, pero al perder a mis padres y mi novia lo único que quería era morir-
-¿entonces cuando te ibas a tirar de arriba? -
-Si, hoy perdí a mi padre en manos de mi madre, fuimos a conseguir comida y nos sorprendieron muchos de ellos, mordieron a mi madre sin que nos diéramos cuenta. Ella no nos dijo nada, corrimos hasta llegar a una casa y cuando por fin creíamos estar seguros mi madre se convirtió en esa cosa y ataco a mi padre, mi novia y yo corrimos pero nos separamos, no hay posibilidad de que siga viva ya que cuando regrese a buscarla vi como una manada de esos monstruos venían de donde ella había corrido, ellos estaban llenos de sangre fresca, regrese a aquí y corrí hacia arriba para poder brincar-
-¿hace cuanto comenzó todo esto?-
-menos de un mes-
El y yo solo veíamos al techo. Pensé que hubiese sido mejor dejar que muriera, así no sufriría más tiempo. Poco a poco mis ojos se cerraban, sentí como me pesaban los parpados y me quede dormida.

La líder Y Los ZombisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora