El chico del ascensor

8

Ascensor, viejo amigo, me vuelves a recibir. No te pares por favor.

Uh, de nuevo.

—Hola Ash.

—Hola modelo. —Saluda burlón.

—Calla animal.

—Oye, no soy el idiota de tu ex.

—Cierto.

Silencio, sigo sin superar que me despertara a las dos de la mañana, sin camisa y solo para mostrarme la revista en la que salgo. Que suerte que ese día dormí con pijama, normalmente lo hago en ropa interior y abrirle así me hubiera dado mucha pena.

—¿A dónde vas? —Pregunta.

—Por pizza, tengo hambre. —Respondo y toco mi abdomen.

—La hubieras pedido.

—No había domicilio. —Hago puchero provocando su risa.

Tiene una linda risa y es guapo, ¿ya lo había dicho? Bueno no importa, es muy guapo el condenado este.

No, no, no. No otra vez amigo ascensor, ¿Qué tu me odias?

—¡Noooooo! —Grito y me resbalo por la pared. —No podré tener mi pizza. —Lloriqueo y escucho la risa de Ashton. —Ve a burlarte de tu trasero.

—Es un lindo trasero, no puedo burlarme. —Se defiende, puedo sentirlo cerca, muy cerca.

—¡Quita esa mano! —Chillo asustada y él parece asustarse igual ya que escucho un golpe. —Mierda, ¿estás bien?

Tanteo sus piernas y me hago a un lado buscando su cara. Las luces rojas se prenden, lo veo un poco mejor ahora.

—Claro, solo tendré un gran chichon, no es nada.  

Veo que se sujeta la cabeza y mueve su mano a la vez que tiene una mueca en su cara.

—Disculpa.

—Tranquila, igual me disculpo, estaba buscando donde estabas para sentarme a tu lado y puse la mano sin saber donde estaba. —Suena arrepentido y su cara se ve igual.

—Te perdono por tocar mi pierna.

Me siento a su lado recostando la cabeza en el metal.