P R Ó L O G O

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  Harry despertó en la cama de un hotel, con cierto profesor de pociones dormido a su lado. Sintió un calor en su pecho al recordar lo sucedido anoche, todas las tiernas palabras, dulces confesiones y promesas. Nunca, ni en sus sueños más atrevidos, se habría imaginado que Severus Snape correspondía sus sentimientos; ante este pensamiento el chico abrazó al mayor, sintiendo una gran emoción. Emoción que desapareció al sentir que los brazos de su amado lo empujaba.

- ¿Severus?- preguntó contrariado, sin saber por que el slytherin actuaba de esa forma. Se sobresaltó al escuchar un gruñido y ver como el hombre se levantaba.

- No le di el permiso de tutearme, Potter.- soltó con frialdad.- ¿Ahora me podría explicar por qué estaba acostado a mi lado? ¿O por qué estamos desnudos?- bufó ante sus propias preguntas estúpidas.- ¿Tuvimos sexo?

- Pero, Severus, anoche tú me dijiste que te llame de esa forma...- murmuró.- ¿Acaso no recuerdas? Me dijiste que me amabas...- su voz se quebró en cuanto escuchó la carcajada que soltó la serpiente.

- ¿Yo? ¿Amarte? No bromee, Potter. ¿Realmente crees que podría amar a un mocoso impertinente, que además es hijo de James Potter? Anoche estaba borracho, no soy consciente de todas las estupideces que dije.- dijo con voz mordaz.

- No... No diga eso, señor. Además... Dicen que los borrachos no mienten ¿Verdad?- Harry no lo comprendía.- Por favor no se vaya... Yo lo amo.- sollozó.

- Escuche, Potter, lo que sucedió anoche fue un error. No quiero escuchar ni una sola palabra referido a este tema.- dicho esto, dejo una generosa cantidad de galeones en la mesa de noche, acción que enfureció a Harry.

- ¿Piensas que soy una maldita prostituta? LLÉVATE TU PUTO DINERO. NO TUVE SEXO CONTIGO PARA QUE ME PAGARAS. Lo hice porque me gustas.- dijo lo último en un susurro, uno que Snape escuchó.

- Oh, miren eso, Harry Potter es en realidad una niña.- soltó con sarcasmo.- No creas que por haber salvado mi vida te trataré mejor.- salió de la habitación dejando a un sollozante Harry en ella.

  Luego de lo sucedido, el último Potter no había vuelto a ver a Severus, incluso luego de tres semanas desde aquello. En los últimos tres días se había sentido fatigado, había culpado a su depresión por eso; sin embargo, cuando vomitó, supo que era algo de que preocuparse. Cuando visitó San Mungo tuvo que esperar a un medimago. Cuando este apareció, se llevó una gran sorpresa al percatarse de que era Draco Malfoy.

- Seré directo, Potter. ¿Ha tenido relaciones sexuales últimamente?- las mejillas del pelinegro se colorearon de un lindo rosa, al mismo tiempo que asentía tímidamente con la cabeza.- Está embarazado.- soltó con simpleza.

- ¿Cómo? Eso... Eso no es posible.- murmuró contrariado.- Yo soy hombre...- Draco hizo una mueca.

- Aquí no es raro ver a un hombre en estas condiciones, Potter.- sonrió de forma burlona.- Como veo que no sabe nada sobre embarazos masculinos, se lo explicaré. Para empezar, estos embarazos son muy riesgosos y es muy poco probable que el padre gestante sobreviva.- Harry palideció.- Por lo que le recomendaría abortar.

- ¡No!- soltó con voz quebrada ¿matar a su hijo?- Yo... Seguiré con el embarazo... Y llámeme Harry, por favor.

- Está bien, Harry.- su voz se suavizó un poco.- A mí llámame Draco, sin formalidades.- le dedicó una sonrisa que fue correspondida.- Visto que vas a seguir con el embarazo, el niño va a necesitar de la magia de los dos padres.- el pelinegro se mordió el labio.- Sabes quién es su otro padre ¿No?- el contrario se vio ofendido por la pregunta.

- ¡Claro que si! Es solo... Que para él solo fue un error.- murmuró.- No creo que quiera saber algo de mí.

- Esto es serio, Harry. Desciende las probabilidades de que viva a 50% y tú a 20%.

- No importa.- suspiró.- Es lo único que me queda, trataré de hablar con su padre. Aunque es seguro que no querrá escucharme.

[•••]

  Severus Tobías Snape estaba con su cabeza hecha un desastre y la resaca no ayudaba. Trataba de recordar que había hecho con Potter esa noche ¿Cómo era posible qué hubiera tenido sexo con el hijo del cerdo que le hizo la vida imposible en su estadía de Hogwarts? Harry Potter era insoportable, arrogante, una copia exacta de su padre, y ahora se atrevía a decirle que lo amaba. Fue todo un dilema. Había huido rápidamente de la escena, como un cobarde. No le importaba realmente. Las semanas pasaron con gran rapidez y aquella noche quedó en el pasado, ya no pensaba en eso debido a que no lo afectaría en lo absoluto. Fue una gran sorpresa encontrar a Potter frente a su puerta y pidiéndole unos minutos de su tiempo.

- Seré directo- empezó a hablar cuando se sentaron en un sillón del living, Snape no se preocupó por ofrecerle algo de beber o comer.- porque se que a usted no le gustan las divagaciones.- su voz sonaba firme, pero cuando levantó su mirada observó que el menor estaba tenso y sus manos temblaban.- Estoy embarazado.- agachó su cabeza esperando una respuesta, por lo que no pudo ver como el que fue su profesor de pociones levantaba una ceja y le dedicaba una sonrisa burlona.

- ¿A tal punto de querer engatusarme llegó?- soltó con desdén, el pelinegro tan solo frunció el ceño y apretó los labios, debía dejar que el mayor terminara de hablar.- Dudo que ese hijo sea mío, Potter. ¿Me haría el favor de irse? Su simple presencia me asquea.

- El bebé es suyo...- murmuró con voz quebrada.- La única vez que tuve sexo fue aquella noche, usted tomó mi virginidad.

- Patrañas, hace unos cuantos días lo vieron demasiado cerca de los gemelos Weasley.- recordó que en ese momento salieron a festejar el embarazo de Harry y El Profeta publicó en primera plana que estaba tieniendo una relación con los dos chicos.- No trate de mentirme, esos hijos son bastardos y está tratando de que yo me haga cargo de ellos.

- No podría hacer eso. Ya me he resignado a que mi amor hacia usted no es recíproco, yo solo quiero... Vernos una vez a la semana.- murmuró.- Para que puedas brindarle un poco de tu magia a mi bebé. Es lo único que le pediré.- prosiguió, esta vez con voz mas alta.- Si no lo hace, es muy probable de que él no sobreviva.- no dijo que el padre gestante también podría morir, dudaba que eso le importara a Snape, quien al escuchar esa petición supo que el bastardo en el vientre del azabache era suyo.

- No lo voy a hacer. Abortalo.- sentenció secamente.- Lo único que quiere usted es aprovechar que está embarazado para forzarme a que me case. Por lo que me niego rotundamente.- sin dejar lugar a ninguna réplica, hizo desaparecer a Harry de su casa, quien terminó sollozando en el umbral de la puerta de su amor no correspondido.




























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Promesas Rotas [Snarry] [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora