La noche se encontraba apacible, las calles se hallaban en pleno silencio y tranquilidad, además de ser propagadas por una agradable, ligera y fría brisa que se permitía escabullir entre aquellas extensiones.
En un ambiente ameno, lleno de risas y largas conversaciones, entre tragos y el exquisito aroma de la comida de la cual los cadetes tenían el privilegio de degustar en aquellos momentos, celebrando y compartiendo al lado de sus compañeros como si fuera la última noche, cosa que siempre era o podía ser.
En una de las tantas mesas del comedor, encontrándose los miembros restantes del Escuadrón 104, que al igual del resto, disfrutaba del banquete y la cerveza.
Y mientras que algunas cosas parecían ser normales, otras no lo eran demasiado para algunos. O por lo menos como la atmosfera lo era para Eren.
— Armin— llamó el castaño, demandante. Bajando el brazo del aludido hasta haberle hecho soltar el tarro de cristal. Había estado bebiendo demasiado—. No has comido bien— señaló el chico, percatando del plato a medio disipar del rubio.
— Debe tener hambre...— farfulló el rubio, evasivo. Saliendo de la mesa en un rápido y errático movimiento, propiciándose a atravesar con rapidez el salón en el que se encontraban.
— ¡Armin! — exclamó Eren, girando su torso y cabeza en dirección a donde se había ido, pero ya no pudo encontrarle con la mirada, había escapado de ahí.
El muchacho recorrió todos y cada uno de los pasillos de la estructura, buscando cómo salir de ésta. Hasta que, finalmente, lo había conseguido.
Había llegado a la puerta que daba al callejón, un oscuro y solitario callejón que era, débilmente, iluminado por pequeños quinqués colocados de manera estratégica a lo largo del pasillo.
— Ya habías tardado— pronunció ella, dejando escapar un ligero tono burlón y apacible.
Ahí estaba, frente a él. Esperándole sentada sobre el escalón del callejón, tan hermosa como siempre. Manteniendo aquella joven y brillante apariencia; de complexión pequeña y delicada, con aquella piel blanca y grandes y bellos ojos azules resplandecientes enmarcados por los dorados cabellos que descendían por su rostro.
Todo aquello que le caracterizaba.
—Annie…— susurró Armin, no logrando ocultar la pequeña sonrisa de emoción que amenazaba con formarse en la comisura de sus labios.
Dejó todo sobre la superficie de piedra y tomó lugar a su lado, ambos sin perderse de vista en un solo momento.
—Fue todo lo que pude conseguir— mencionó Armin, algo decepcionado de sí mismo, esperando a la reacción de la rubia frunciendo su entrecejo con preocupación.
Annie le admiró, alzando una de sus cejas, difusa en un principio. Paseando su mirada del rubio al plato, vacilante y angustiando al primero. En la estupefacción de éste, advirtiendo el posible desagrado de la chica.
Pero fue todo lo contrario a lo que creía, estaba conmocionada. Sus ojos brillaban y ella, ella sonreía. Era una sonrisa sincera, tan delicada y sutil.
Amaba hacerle sonreír, amaba verla hacerlo. Era todo lo que él quería ver en ella.
La tensión del ambiente entonces se había desvanecido, y ambos habían empezado a conversar. Y Armin, animado, le contaba próximos planes a realizar dentro de la Legión, pronto recayendo en una íntima charla que sólo ellos podían mantener.
Todo parecía perfecto para ambos.
No obstante, a espaldas de ellos, enajenado de preocupación, Eren observaba la escena con dolor, sintiendo su corazón oprimirse y múltiples punzadas que atacaban al mismo y cortaban su respiración.
Otra vez, Armin estaba ahí: solo, hablando a la nada en medio de la oscuridad. Viviendo en su propio mundo.
Aquello que él creía ver, no era más que parte de su imaginación. Una alucinación. Armin había perdido la cordura, la percepción de la realidad. Cargando con el remordimiento de sus actos, la negación.
Aquella imagen perfecta de Annie no existía, Annie se encontraba durmiendo dentro de un frío ataúd, el cristal. Todos asumían que probablemente ya estuviese muerta. Y Armin cargaba con el peso de que él la había delatado.
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AruAnnie - Armin x Annie - One shots español -Attack on titan
FanficHistorias cortas sobre Annie y Armin de shingeki no kyojin. Las historias no me pertenecen, sólo las comparto. Créditos a sus respectivos autores. Lo único que suelo hacer es corregir las faltas de ortografía y cambiar los apodos que colocan los au...