Novio Obsesivo y Agresivo

Capítulo 1

- ¡Desde ya te aviso que no quiero que lo veas más! - Dijo Keaton histérico, mientras la sacaba de la fiesta cogiéndola fuertemente de sus brazos.

- Keaton me lastimas - Dijo Samantha quejándose -

- Entra al auto - Le ordeno

- Llévame a casa - Dijo asustada

- Iremos a mi casa - Dijo posando una de sus manos en las piernas de Samantha y la otra al volante mientras conducía.

Se le nublo la vista en un instante; ella permanecía callada, era su novia y debía hacer lo que él quisiera.

Tan solo de recordar lo que había pasado se le subía la sangre a la cabeza. Supuestamente la fiesta debería haber terminado bien. Habían ganado el campeonato de fútbol y empezarían un nuevo semestre.

Pero, al notar la risa coqueta de su novia con Carlos, lo molió a golpes, ese hijo de perra y todos los demás querían sexo con ella. Será la primera oportunidad que él no estuviera para proteger su trasero.

- Keaton solo somos amigos – dijo Samantha

- ¡No! ¿Me crees tarado? - dijo haciéndola entrar al departamento a jalones, estaba enrabiado, lo veía en sus ojos - ese malnacido quería llevarte a la cama - dijo haciendo caer con fuerza sobre su sofá. Sus lágrimas comenzaron a asomarse, lo cual lo enfureció más - ¡No llores perra! ¡Todo esto es tu culpa ¡Sino fueras tan coqueta y tan regalada no pasaríamos por esto!

- Pero, Keaton ... - trato de defenderse

- ¡Que te calles! - dijo poniéndola de pie para estamparla contra la pared

- Me lastimas

- ¡Pues te aguantas por estar de perrita! - sus ojos se llenaron de furia - No quiero que lo veas más - ella comenzó a llorar - Ahora deja de llorar y quítate la ropa - le ordeno. Ella temerosa negó con la cabeza- ¡Mira estúpida, ya déjate de jueguitos! - dijo lanzándole una bofetada - Tú eres mi novia y haces lo que yo te digo - dijo prácticamente arrancándole el vestido; sus ojos se llenaron de lujuria al verla semi desnuda, ella era preciosa ¿A quién no volvería loco? Perdería la cabeza por ella en un segundo.

Se quito la chaqueta de cuero y la lanzo sobre el sofá. La cargo fuerte para arrinconarla más a la pared; ella escondió su cara llena de lágrimas en el hombro de Keaton, él desabrocho sus pantalones, se colocó el preservativo rápido y la penetro al instante, embistiéndola con fuerza.

Ella permanecía callada, mientras él como un animal la cogía una y otra vez con fuertes embestidas; él era el único que gemía, él era el único que gritaba, gritaba como un animal lleno de placer. A ella le dolía, pero callaba, como siempre.

- ¿Te gusta nena? - pregunto el muy infeliz, mientras entraba y salía de ella con fuerza.

Soltó un último gemido y luego se retiró de ella, complacido; feliz de haberla tenido otra vez y no permitir que nadie más la tuviera. Porque, él era el único. Se dejo caer en el sofá respirando agitado, cansado.

- Como siempre, eres la mejor - dijo Keaton mirándola - me excitas con tan solo verte Sam, podría hacerlo contigo toda la noche. - ella cogió su vestido y entro al baño rápido; se miró al espejo, tenía el maquillaje corrido así que, trato de limpiarlo. Se lavo la cara y se colocó el vestido nuevamente.

¿Por qué tenía que tratarla así? si decía que la amaba.

- Apúrate que tengo que llevarte a casa nena - dijo Keaton tocando la puerta del baño. A los pocos segundos, ella salió.

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Keaton estaciono su Ferrari afuera de casa de Samantha. Ella permaneció callada todo el camino.

- ¿Por qué no has dicho nada? - pregunto él a la defensiva

- No lo sé - respondió seca y fría - estoy cansada y solo quiero dormir

- ¡Claro! como siempre. Cada vez que estás conmigo tienes algo mejor que hacer, como irte a dormir ¿verdad?

-Keats no quiero discutir...

- ¡Pues, yo sí! - dijo enojado - siempre que estás conmigo la pasas mal, malagradecida. Deberías agradecer que estoy aquí para cuidar tu hermoso trasero. Pero, sin embargo, te pones a coquetear con Carlos...

- Somos amigos - contesto

- ¡Cállate! - dijo apretándole el cuello con fuerza- cuando yo hablo tú te callas zorra. Esto no hubiese pasado si no fueras tan ...- lo reflexiono- ¡agh! – gruño – solo bájate de mi auto y lárgate antes de te mate.

Dicho y hecho: ella bajo del auto y camino hacia su casa, se paró en el pórtico con la dignidad por los suelos. Miro su reloj: las 4 de la madrugada. ¡Que linda fiesta! - pensó Samantha.

Saco sus llaves, giro una última vez a ver el auto de Keaton que era obvio, ya no estaba. Seguro se iría a tomar con sus amigotes o una puta, con cualquier a de la calle.

Cerró la puerta tras ella, dejando en el aire un suspiro desesperado por arrancárselo del pecho.