Capítulo 4

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Capítulo 4:

-¡Vete al demonio Sam! - dijo acercándose a ella para acariciar sus piernas con la yema de los dedos, para respirar su perfume - sabes muy bien que lo siento por ti... no hagas que pierda mi tiempo - dijo besando su cuello - sabes que me encantas y me vuelves loco, ¿por qué sigues usándolo en mi contra?, puedo llegar a perder la cabeza y yo mismo te mataría si te viera con alguien que no fuera yo - ella trago saliva asustada

- Ejem - dijo la voz de Hannah frente a ellos.

Keaton maldijo a Hannah en ese instante y se retiró de Samantha poco a poco, para mirarla mal

- ¿Qué quieres, Hannah? - pregunto Keaton enojado

- Sam, tenemos que terminar la práctica y tu madre ya llego por ti

- Está bien - dijo ella. - dile que espere unos minutos. Iré a la enfermería con Keaton para que curen ese labio

- Dile que yo la llevaré a casa - dijo Keaton

-No, no Keats – dijo Samantha - iré con Hannah y las chicas a estudiar a mi casa, no te preocupes - el frunció el ceño – ven, vamos a la enfermería. Tu labio está sangrando.

Lo tomo del brazo y lo llevo a la enfermería.

¿Como podría ser tan buena con alguien como Keaton?

Muy fácil: se había enamorado como una tonta desde que lo conoció. Desde el séptimo grado solo soñaba con ser su novia y una vez que lo logro, para él fue solo un capricho... y aunque al principio todo anduvo bien, luego las cosas se empezaron a poner feas.

Lo sentó en la camilla y le quito la chaqueta. Él solo la observaba, la dejo a su lado y fue por el botiquín; saco alcohol y lo remojo en un tibio algodón para rozarlo por su herida.

- ¡Agh! - gimió Keaton por el ardor

- Lo siento - dijo ella - no te muevas.

Y así siguió observando sus labios, mientras pasaba el algodón por su herida. Sus labios hermosos, podría besarlos toda la vida; Samantha remojo sus labios con la lengua involuntariamente mientras tenía la mirada fija en Keaton.

- No debiste pelear - dijo ella. Él permaneció en silencio, observándola - no fue necesario. Sabes que te amo - le confesó - y no podría mirar a nadie que no fueses tú, Keaton Stromberg

- Me da miedo - dijo él

- ¿Miedo de qué?

- De perder lo único perfecto que tengo - dijo cogiendo uno de sus mechones de cabello para acariciarlo - te amo Sam, ¿cómo no preocuparme si eres tan hermosa? - dijo rozando las puntas de sus narices; ambos con los ojos cerrados, pendientes de un sueño.

- Solo confía en mí.

Él la cogió de las mejillas y la atrajo hacia él para llenarla con un hermoso beso: uno lento, suave, delicado y a la vez apasionado; un beso tierno. Haciendo que sus lenguas se encuentren despacio, con sus sentimientos entrecruzados.

A flor de piel. En el silencio, solo el eco de la palabra, enamorándose cada uno de su presencia, haciendo pasar el tiempo... solo regalándole un beso.

Una sonrisa se asomó por los labios de Samantha y lentamente se separaron, aún con los ojos cerrados.

Ella suspiro totalmente enamorada y los abrió lentamente quedando frente a sus hermosos ojos verdes. Él la tomo en sus brazos dándole un gran abrazo abrigador para besar su cabeza llena de ese perfume a manzanilla

- Estas fría Sam- ella asintió

Él le coloco su chaqueta, era un poco grande, pero, le quedaba muy bien.

Novio Obsesivo y AgresivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora