Capítulo 6: "El único mejor regalo siempre serás tú..."

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Jungkook



Habían pasado exactamente tres días desde que Jimin había sido internado en el hospital debido a su deplorable estado, siendo diagnosticado con leve desnutrición y agotamiento, necesitando un descanso urgente que, si no fuese por la imposición del doctor que le atendió, Jimin no se hubiese dado.




Desde entonces no me había separado de él ni siquiera para comer, tan sólo dejándole unos cuantos segundos para ir al baño, el cual, por suerte, se encontraba en la misma habitación. Había dejado de asistir al instituto y por mi propia iniciativa abandoné los ensayos para estar junto a Jimin todo el día, sabiendo que sería lo mínimo que Chung-hee podría ofrecerme luego de haber sido el causante de tal grado de estrés, no solo en Jimin, sino en todos los chicos.




Hoseok y Taehyung habían sido mis grandes salvadores, ya que evitaron que fuese a la residencia por mis pertenencias y me trajeron todo lo necesario para que no tuviese que dejar mi lugar junto a Jimin. Después de ello sólo dejaron un par de frutas para que Jimin ingiriese, charlaron brevemente con él, y se marcharon, sabiendo que su tiempo era limitado allí.




Al segundo día, por la mañana, fueron Namjoon y SeokJin quienes decidieron venir, ambos con comida humeante para Jimin y para mí. El bonito chico en la camilla los recibió con mucha alegría y finalmente recuperó la felicidad que le caracteriza, la cual creí perdida a juzgar por la tristeza visible en sus pupilas durante su estadía en el hospital. El color volvió a su rostro, su sonrisa de media luna se mostró la mayor parte del tiempo en que los mayores estuvieron junto a él y sus ojos recuperaron el brillo inocente y genuino que poseen.




Chung-hee era un caso particular, ya que, a pesar de tener una agenda sumamente ocupada como siempre argumenta cada que tiene que atender un caso que nos compete a todos en la residencia, aun así se encontró merodeando la mayor parte del tiempo fuera y dentro de la habitación de Jimin, simplemente entrando para asegurarse de su estado, viéndolo fijamente con una neutralidad impresionante, y finalmente marchándose por escazos diez minutos para volver a repetir el procedimiento, comportándose bastante aterrador a mi parecer y el de Jimin.




Oh, y ya que menciono a Jimin (¿Cuándo no, en realidad?), aún no he visto a ninguna persona desconocida preguntando su nombre en la recepción o viniendo a verle. Me parecía bastante extraño porque se supone que, siendo menor de edad, alguien debía encargarse de él, por lo que, de alguna u otra manera, ese alguien debería estar aquí acompañándolo en su estado, preocupándose por él.




Fue un pensamiento vago que comenzó con las primeras horas que estuvo aquí, cuando Chung-hee no hizo ningún movimiento para intentar comunicar el estado de Jimin a alguien, una persona, un adulto que vele por él, que lo represente, algo. Luego, al segundo día, cuando salí por un café a la cafetería y me encontré con múltiples familiares abrazando a sus seres queridos enfermos, el pensamiento se volvió más fuerte, sintiendo una puntada dolorosa en el pecho cuando la respuesta se hacía más clara, la amargura recorriéndome y pensamientos de odio hacia la humanidad incrementando en mi cabeza.




Ya para hoy, mientras divago en mis propios pensamientos mientras Jimin se encuentra frente a mí mordiendo dulcemente una manzana, con sus ojos fijos en la ventana que le devuelve la llameante luz de sol y muestra su perfecto y espléndido perfil, me di cuenta de que el mundo es una mierda, el destino un chiste, y el karma una injusticia. ¿Por qué él, de entre todas las personas, tenía que pasar por aquello? ¿Por qué la luz, de alguna u otra manera, siempre era saboteada para que dejase de brillar?




No entendía la vileza de la vida, sus retorcidas jugadas que entregan desgracia a quienes no lo merecen y reparten júbilo a quienes ensucian el mundo, como si fuese todo un tipo de diversión, como si hubiese un algo o alguien manejando la realidad a su antojo, bromeando, tomándose a la ligera la vida de seres como Jimin, de seres tan únicos, tan perfectos, tan llenos de amor.




Aprendiendo a Amarte -Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora