capítulo 5

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- estuvo con el Rey Jorge?! Pero... Entonces... Qué hace aquí? Porqué ?!

Juliette hizo mueca - me llevó a Palacio, todo iba bien... Pero claro, la reina me miraba mal, era lógico, comprensible... A nadie le gusta ver a su esposo en brazos de otra, y mucho menos una cortesana y encima en su casa - hizo pausa - él, me lo daba todo... Joyas, dinero, vestidos... Incluso cuando le pedí tener profesores, me los concedió.

- para que quería profesores?

- para aprender más... Ser más culta... Veía a la reina, como andaba, como comía, como se expresaba... Quería aprender todo eso... Ése protocolo, esas formas ... Pero a parte de eso, también aprendí algo de medicina. En palacio, había un médico que me enseñaba ciertas cosas... Aprendí de todo durante el tiempo que estuve en palacio

- que pasó después? Porqué no siguió?

Juliette cogió aire - empezó la guerra y el Rey tuvo que partir. Me dejó sola allí y claro, la reina aprovechó la situación para echarme. Nadie podía decirle nada, yo no era nadie... - cogió aire de nuevo - tuvo el detalle de dejar que me llevara mis cosas. Durante mi estancia allí, fui lista, no me gasté ni un penique, y me quedaba todas las joyas. También me hice la caprichosa para que el rey me diese de más. Así que, cuando salí de palacio por la puerta de atrás, pude coger algo de mi dinero y meterme en un hostal. - tragó saliva - estuve encerrada tres días llorando, no sabía que hacer. Volvía a Francia? No tenía a nadie, no conocía a nadie en Londres. Durante mi periodo allí, estuve encerrada en Palacio... - soltó el aire que comprimió - pero decidí levantarme de la cama y salir. Pensé en buscar empleo en alguna casa, como sirvienta, institutriz ... Lo que fuera. Pero, cuando iba a pedir trabajo, ellos sabían quién era yo, y me lo negaban. No podían coger a la cortesana del Rey, sería como faltarle al respeto a la reina y claro, en esa época, él estaba fuera y no sabía nada, no querían arriesgarse por si cuando volviera, me hiciera volver a Palacio - hizo pausa mientras se colocaba un mechón de pelo tras la oreja

- y que pasó luego? - Lucía estaba impregnada por la historia

- conocí a madame Joane - sonrió - me ofreció trabajo, no tenía francesas en su burdel, y claro, sería muy morboso tener a una en mitad de la guerra. Así que, no tuve más opción que aceptar. Pero aunque era buena y no nos maltrataba a ninguna, todas eran bastas y sin educación ni cultura. Eran de lujo si, pero ninguna de ellas conseguía ser la protegida de ni siquiera un rico. Solo destacaban las que conseguían a un vizconde, un Conde o Marqués y que fuesen fijos... - cogió una hoja del suelo y empezó a juguetear con ella - yo le decía madame Joane que tenían que ser más finas en la alta sociedad. Ella me reñía y me decía que aunque hubiese estado con el Rey Jorge, no tenía derecho a decir esas palabras. Me mantuvo castigada dos semanas sin trabajar.
Cuando me levantó el castigo, me informó que había una invitación para la fiesta de primavera en casa de un Marqués y que evidentemente, no era para todos los públicos - sonrió - cuando llegamos, me propuse ser una de sus favoritas, eso, me daría más libertad, ya que, aunque seguía siendo buena, también era ambiciosa y muy autoritaria. No nos dejaba salir sino era para comprar o para buscar clientes. Me puse a buscar por la fiesta y entonces... - cogió aire - me vió howard Kellos - hizo pausa - un Conde que para aquel entonces, yo no sabía lo bárbaro que podía llegar a ser.... - aspiró por la nariz - me hizo de todo... - la miró - nunca me había sentido tan humillada - sonrió sin que llegase a sus ojos - llegué al burdel echa un asco. Tuvieron que curarme las heridas de la espalda y apenas podía sentarme ni moverme. Pasé en cama dos semanas... Y eso, hacía que la deuda con madame Joane aumentara - se posicionó mejor, mientras destensaba su cuello - cuando me recuperé, supe por mis compañeras, que no había servido de mucho haber estado con él.... La bolsita que me dió con el dinero, apenas llegaba a los tres chelines - miró en frente mientras una brisa llegaba haciéndola cerrar los ojos momentáneamente - decidí en ese momento que no volvería a pasarme algo así nunca... No volvería a reírse de mi nadie - abrió los ojos - y entonces, después de tanto tiempo focando con hombres, algunos Condes y marqueses, empezaron a verme con otros ojos. Empezaron a pedir ser mis protectores. Madame Joane estaba más que contenta, se sentía tan orgullosa - la miró - me negué a todos

DELICATAE ( las chicas de madame Juliette T1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora