Capítulo 6: Los contactos de Jack

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(Punto de vista de Jack)

Jane estaba seria mientras conducía hasta el almacén. Miré de reojo y pude notar que se estaba revisando las muñecas por debajo de las vendas.

- Sí dormiste con ellas, pero cuando te revisé las tenías demasiado mal, tuve que quitártelas.

Le dije con la mirada fija en el camino. Recordé a dónde nos dirigíamos, y la sonrisa en mis labios se desbarató. Rob y Tod pueden ser muy pasados de raya, y Jane estaba demasiado . . . . . Provocativa. Ella notó que la miraba y volteó a verme.

- ¿Hay algún problema Jack?

Me preguntó.

- Nada, nada, todo está bien.

Traté de salvarme con esa respuesta evasiva. Jane me miró extrañada y volvió a voltear a ver el camino, lo mismo hice yo. Pasó una hora y el silencio era incómodo, Jane estaba mirándome de reojo y se frotaba las muñecas constantemente.

- Jack ¿Cuál es el plan para cuando lleguemos?

Me preguntó preocupada. Esa era una muy buena pregunta y la respuesta no la sabía. Seguramente tendríamos que improvisar, y necesitaremos mucho valor para enfrentarnos a los guardias de la entrada. Rob y Tod son personas difíciles de persuadir, y la información y rastreo de mi hermano tendrá un costo que no estará a discusión, bla bla bla . . . Pero el precio puede ser cualquier cosa, hasta Jane. Si la situación llega a ese punto, Jane tendrá que salir corriendo, y eso pondría a su pandilla en nuestra contra, por lo tanto Jane tendrá que permanecer escondida en el auto o más vale que invente una excusa para sacarla de los términos si la cosa se pone de ese modo. La miré de reojo una vez más. Se veía tan hermosa en esos jeans y su blusa . . . . .

- Jane, tendrás que esperar en el auto, pásate a la cajuela o a la parte de atrás y escóndete. Ah, casi lo olvido, ten- le di un arma- solo úsala cuando yo te diga, pero por nada del mundo le dispares a los gemelos, ¿Entendido?

Ella asintió y aceptó el arma. La guardó en el bolsillo derecho de sus jeans y se escondió en los asientos de atrás. Salí del auto como si fuera por algún trabajo en dirección a un almacén abandonado que hacía de guarida secreta a Rob y Tod. Cuando entré, unos brazos fuertes me empujaron a la pared y me sostuvieron ahí con fuerza, casi estrangulándome.

- ¡¿Quién eres y para quién trabajas?!

- S-s-soy J-j-j-jack

Dije con gran dificultad por la falta de aire. En el instante en el que dije mi nombre me soltaron y prendieron las luces del almacén. En frente mío estaba Rob, lo reconocí por la cicatriz en el ojo derecho, pero Tod no estaba. Estoy casi seguro que había escuchado dos voces. Rob me recibió como a un viejo amigo, me invitó un trago y me sentó en su escritorio.

- ¿Y qué te trae por aquí Jacky?

- Loui pisó raya, suplantó a Tony y me engañó, secuestró a mi hermano pensando que él sabía algo, pero no sabe nada.

Le informé a Rob, quien se puso pálido al escuchar el nombre de Tony.

- ¿Qué no sabes Jack? A Tony lo mató la policía hace unos meses.

Me dijo Rob en una expresión seria no propia de él. Lo miré muy consternado. Tony nunca había revelado información a nadie, estaba muerto para los policías . . . .

- Alguien lo traicionó ¿No es cierto?

Le pregunté, anticipando la respuesta. Rob asintió ligeramente. Supiré áspero mientras trataba de asimilar lo que acabo de escuchar. Tony está muerto por que lo traicionaron, así que ya nadie puede confiar en nadie.

Un amor de pandillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora