Capítulo 13: Tarda, pero llega

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(Pov. Jane)

- ¡Dime ya! Dímelo, no me importa si mueres.

Dijo, y apenas lo escuché sobre los gritos que llenaban el pesado aire de la habitación. Para ahora, probablemente la mayor parte de mi cuerpo está quemado o destruido, y aun así no he podido recordar la fórmula. Gritaba y luchaba contra las tiras de cuero al punto de hacerme daño, tratando de alejarme del fuego.

- ¡Ya te dije que no lo recuerdo! ¡Lo olvidé, lo juro!

Grité, seguida por los gritos de Alex. El dolor era agónico, mi cuerpo entero deseaba morir.

- ¡No creo nada de lo que dices!

Me gritó, y el fuego se acercó más. Sentía mi vista obscurecer lentamente, mi cuerpo se sentía pesado y agonizaba: sentía el alivio de la muerte invadir mi mente. De pronto, a lo lejos y como si estuviera en un túnel, escuché la voz de Jack.

- ¡Déjalos en paz!

Decía. Escuché muchos sonidos más y la felicidad se sintió en mi cuerpo decadente. Lentamente levanté la cabeza, pero mi vista ya estaba demasiado obscura y borrosa para ver.

- Haz, venido. . . . Por mí.

Dije, la obscuridad envolviéndome por completo. Jack había venido a rescatarme, pero demasiado tarde. Por lo menos pude verlo por última vez, o oír su voz. De eso estoy agradecida.
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(Pov. Jack)

¿En dónde pueden estar? En donde menos te lo esperas. . . . ¡Precisamente por eso no se me ocurre ningún lugar! Cerca del mar y aquí: según Fernando, un muelle; pero aquí cerca hay tres muelles diferentes y no hay suficiente tiempo para revisarlos todos. Uno de ellos era el más pobres donde solo anclaban los barcos pesqueros, el segundo era un puerto de carga, donde llegaban alimentos exportados de otros países y el tercero era uno exclusivo y lujoso para yates, al cual tengo acceso gracias al ID de Tony, el cual me dejó para ir a una misión a una isla que servía de cuartel a un enemigo ya fallecido.

Esperándomela de Loui él escogería el muelle lujoso, así que recogí mis cosas y allí dirigí mis pensamientos. Cuando estaba a punto de salir por el agujero de mi antiguo cartel las palabras de Alissa sonaron en mi cabeza:

- "en donde menos te lo esperas"

Hay tres muelles, uno de ricos, media clase y pobres. De Loui me esperaría el de media clase o de ricos, así que ellos están en el muelle de los pobres.

Mi corazón se aceleró por el descubrimiento y sentí júbilo, una alegría que me llenaba de fuerza y convicción. Corrí con las muletas y salí de mi antiguo cuartel, mirando al horizonte donde pronto se alzaría el muelle de los pobres: el muelle que contenía toda la felicidad que me quedaba.
***
Llegué casi sin aliento, pero aun con fuerzas. Mi única esperanza era que el resto de su pandilla estuviera fuera o que solo unos pocos se encontrasen dentro. Traía conmigo una pistola con municiones llenas, otra con la mitad de municiones y el revólver que Jane uso para el torniquete. Mi corazón latía contra mis oídos y lo sentía en las puntas de mis dedos.

El arma estaba helada y pesada con balas, lo que me ayudaba a concentrarme. Inspeccioné el diminuto muelle hasta reparar en una pequeña casa de pescadores. Entré apuntando, esperando a alguien allí, pero estaba desierta. A cada paso que daba sonaban y crujían las tablas bajo mis pies, haciéndome estar aun mas alerta en busca de sonidos que no fueran los míos. Cuando hube terminado de inspeccionar me sentí decepcionado; si buscaba en algún otro muelle lo más probable es que los encuentre muertos.

- ¡Maldición!

Exclamé en voz baja, dando una pequeña y discreta patada a un balde de carnada. Éste se cayó lentamente, como si tuviera hilos sosteniendo su caída. Escuché el sonido de maquinaria moviéndose, engranes y compuertas, hasta que se abrió un agujero en el suelo, unas escaleras conducían a una obscuridad absoluta. Sentí la felicidad y alivio al no haberme equivocado, y con el corazón hecho una pequeña bola contra el pecho, bajé las escaleras.

Un amor de pandillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora