prólogo.

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Un niño entraba a la que sería su nueva casa, a su pricion, pero ¿por qué sus padres le abrían enviado allí si nunca hizo nada malo?
Sabía que no lo arian siempre lo amaron con todo su ser y él a ellos, nunca los uniera dejado ni ellos a él. Si nunca lastimó a nadie demasiado ni lo suficiente como para que lo dejarán allí. Pero la muerte lo puede  todo ¿No?.
Todos lo veían y hablan, lo veían y notaban los hijos rojos e inchados, la nariz roja y la típica expresión cansada que uno tiene después de llorar, debatían entre desirle o no de lo que a ellos se les dijo cuando llegaron, era una leyenda, una simple historia, pero esa historia ya les abia cobrado muy caro y no le parecía a nadie que éste del todo bien como para no caer en la tentación de la misma. Y como si fuera una advertencia un nombre los recorrió como una ráfaga tóxica.
"~Evan~". 
Él los recorrió, el recuerdo , su espíritu y su voz, y nadie se atrevía a hasercarsele por el terror de cometer el mismo error. Pero alguien en la multitud estaba viendolo desde lejos, se hacerlo a él  con una sonrisa amigable y amable, le pasó el brazo por encima de los hombros como un gesto de amigos buenos que se encontraban de nuevo después de un tiempo. Pero no era así y su atrevimiento lo desconcertó un poco pero no era como si Manolo no ubiera conocido a jente extraña en toda su vida. Y noto enseguida que ese chico era de esos que no conocía el espacio personal pero no sé quejo, después de todo eso era lo que necesitaba: un amigo, compañía.

Soy Emilio —se presentó su problable nuevo amigo.

El otro solo le dijo un "Manolo" a modo de respuesta y se estrecharon de manos en un gesto de camaradería. Todos los miraron por unos segundos pero rápidamente la atención se desvió de ellos al darse cuenta de  las mismas mirada sobre ellos pero de las hermanas.
Emilio le empezó a enseñar todo el lugar desde el patio, que era el lugar más simple, a la capilla anexada o las oficinas de la madre y la ubicación de los dormitorios de las hermanas aclarando que a los dos últimos no se debía entrar, culminando por los dormitorios vasios de los niños recientemente adoptados, pero tenía más ganas de ir a explorar los alrededores solo por el hecho de ser un día maravilloso. ¿Cómo desperdiciar un día tan perfecto estando enserrado en un cuarto lleno de camas individuales muy serca de las otras? Sin duda todo un pecado.
Y esta era la cama de Evan — dijo con un tono de tristeza y otra cosa señalando la cama. Gesto que fue persivido por el contrario que no podía decir exactamente qué era esa otra cosa que se mezclaba en la voz de su nuevo amigo—está puede ser tu cama —dijo con verdadera añoranza.

—¿Lo adoptaron? —Dijo Manolo temiendo otra respuesta.

Podria decir que sí —le contesto. Pero la respuesta no dejo del todo contento a Manolo ¿Cómo que podría que "desirse que si"?,¿Eso que significaba? Por lo que no pudo evitar preguntar un —entonces,...¿Qué le pasó? —. Con una sierta parte de su cuerpo que le decía que no preguntara, que no sería bueno para él de alguna manera.

Emilio quien en ese momento le estaba dando la espalda sonrio maliciosamente y en sus ojos apareció un brillo que desapareció tan rápido como apareció por la pregunta más que esperada y hasta podría decirse anelada.

Bueno, ubicas el bosque que está a unos dos kilómetros pregunto ya sabiendo la respuesta pero fingiendo interés en sí sabría o no. Tal vez también pensando que no lo abría visto por qué se sumió en su dolor más que en el camino, pero lo dudo ya que esa parte del camino abarcaba una buena parte de la carretera en la que sólo un viajero  muy desafortunado podría llegar a detenerse. Un viajero que no supiera sobre las cosas raras que pasan en ese lugar, alguien exterior a ese pueblito rodeado de montañas y un acantilado con un río.

Sí, pasé por allí cuando venía para acá, está abandonado a mi parecer... La verdad es algo tétrico —dijo sin saber el porqué de la pregunta.
Bien, pues antes lo llamaban el bosque de las cuatro brujas... Manolo se sentó en la cama esperando el seguimiento de la historia y Emilo se sentó a su lado para continuar, se veía un poco de emoción el el rostro de Emilio.
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todo comienza con dos niños. Una niña de doce y un niño de cuatro. Huérfanos como tú o como yo pero con una historia siempre triste. Unos dicen que su padre los dejo al nacer el niño, y que su madre murió cuatro años después. Otros dicen que ella tenía un estilo de vida poco rentable y que vendía su cuerpo, y que al final estuvo tan abrumada por la maternidad que se suicidó. Pero la historia siempre concuerda en que la mujer lleva a sus hijos serca del bosque a una capilla y que hay murió. Los niños al no saber cómo regresar de esa apartada capilla cruzan el camino que creen que es el correcto para traer ayuda a su madre, pero terminan el el bosque.
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¿No les encanta la parte de la novela en donde dicen el nombre de la novela? pues a mí sí. <3

El bosque de las cuatro brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora