3. "La última noche en La Academia"

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La ceremonia continuó y Crazy Dave expuso su hermoso dicurso que había preparado para nosotras las plantas. Me fascinó la parte cuando mencionó la importancia que teníamos nosotras las girasoles como madres de todas las plantas... ¡Crazy Dave sí que nos entendía!

Terminado el discurso, todas las plantas aplaudimos con fervor. ¡Nos encantaba oírlo hablar sobre nosotras las plantas! A continuación, yo y Spuky tuvimos el honor de ser graduados por nuestro presidente: el mismísimo Crazy Dave; aunque estoy segura que nadie lo veía como tal, y que todas las plantas sólo lo veíamos como un gran amigo.

A diferencia de todas las plantas de La Academia, nos entregaron unas medallas de honor por sobresalir con nuestras excepcionales habilidades en combate. ¡Ya era hora de sentirnos orgullosos por ello!

Finalmente cuando nos graduamos, el cactus se fue rápidamente a donde los demás cactus que estaban algo somnolientos y reaunudaron la música para continuar la fiesta y así poder disfrutarla junto a Crazy Dave.

Las plantas comían y bebían sin parar; los cactus, pues, se volvieron a dormir de nuevo en el suelo; la música se volvió romántica, y Spuky y yo aprovechamos para bailar lentamente.

Spuky me dijo que estaba muy feliz de temerme a su lado... me sonrojé y le di muchos besos. Soltamos algunas lágrimas porque habíamos culminado una bonita etapa de nuestras vidas que nunca más volveríamos a experimentar...

***

Ya eran las altas horas de la noche, la fiesta había acabado del todo y casi todas las plantas que hace sólo un rato estuvieron bailando se habían ido ya de vuelta a sus hogares por el Expreso Hogwarts... ¡qui-quise decir por el Expreso La Academia!

   Ya nunca más volveríamos a quedarnos a vivir dentro de los dormitorios de La Academia, donde pasamos muchos momentos bonitos e inolvidables

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Ya nunca más volveríamos a quedarnos a vivir dentro de los dormitorios de La Academia, donde pasamos muchos momentos bonitos e inolvidables. Recuerdo una vez en San Valentín cuando el cactus me dejó dormir con Spuky sólo por esa noche, jajaja nunca olvidaré esa primera vez.

Nosotros extrañaríamos mucho todo aquello... por eso no nos era fácil dejar La Academia.

Los conductores de los trenes nos habían dicho que subáramos al Expreso La Academia de una vez para irnos con las demás plantas a nuestros hogares, pero el director de La Academia intervino y habló con ellos para que nos dejaran quedarnos todo el tiempo que quisiéramos. El cactus nos dijo que llamaría a su propio tren privado para cuando deseáramos volver a nuestros hogares.

   Claro que yo y Spuky no queríamos separarnos por nada en el mundo, así que optamos por retrasar nuestra despedida y el regreso a nuestros hogares

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Claro que yo y Spuky no queríamos separarnos por nada en el mundo, así que optamos por retrasar nuestra despedida y el regreso a nuestros hogares.

Nos comenzó a entrar sueño y nos regresamos al jardín de las girasoles para estar un momento a solas en nuestra banca. Ésta sería la última noche que nos alojaríamos en La Academia.

-Me entristece ver a La Academia sin plantas merodeando por los alrededores -dijo algo nostálgico-; se siente tan vacío...

-Sí... aunque no te hablabas con nadie ¿recuerdas? Me dijiste que no eran dignos de hablarte jajaja...

-Jajajaja ¡¡Sí!! ¡Exacto! ¡No son más que unos pedazos de alcornoque que ni saben apuntar al disparar...! Menos mal pude encontrarte en medio de esta gran muchedumbre de plantas herbáceas, Shaiming.

Me encantaba cuando se ponía romántico, así que me acerqué lentamente y lo besé con mucha pasión.

De pronto, se escuchó un grito a nuestras espaldas; parecía la voz de un cactus fumado. Entonces pudimos apreciar a lo lejos una silueta de un cactus aproximándose hacia nosotros.

Era el director de La Academia y avanzaba dando largos saltos con sus pequeñas patas hasta llegar hacia nosotros.

-¡Spuky! ¡Shaiming! Ay, mis pobres patitas... -fue lo único que dijo...

-¿Qué pasa señor director? -pregunté con algo de extrañeza. Aún llevaba puesto el esmoquín que lo distinguía de los demás cactus de la fiesta.

-En serio tendréis que disculparme -se dio un respiro antes de continuar-, pero Crazy Dave me ha pedido que vaya a avisaros a vosotros, que tiene algo muy importante que deciros, antes de que se vayan de aquí...

Spuky se levantó bruscamente de la banca donde estabamos sentados y se paró frente al cactus. Estaban tan cerca entre ellos que por un momento me dio un ataque de celos...

-¡No me quiero ir, señor director...! -y lo abrazó ignorando las espinas del cactus que se le incrustaban en su pecho desnudo.

-Yo... tampoco quiero dejarte ir, hijo mío... -y los dos se abrazaron mientras lloraban con gran frenesí.

 -y los dos se abrazaron mientras lloraban con gran frenesí

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#1 La bella historia de Spuky y Shaiming - PvZ GW 悪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora