"En medio de la eterna guerra entre plantas y zombies, el lanzaguisantes plasma Spuky estudia en "La Academia" y en uno de sus días matutinos descubre a una hermosa girasol entrenando en el jardín que, sin esperárselo, cambiará el rumbo de su vida p...
Pasaron unos días desde su primer inolvidable beso y empezaron a estar juntos el mayor tiempo posible en La Academia, sin descuidar su rendimiento académico ya que ambos eran los mejores de aquel lugar.
Apenas Spuky terminaba sus clases, se iba corriendo al jardín de las girasoles y asustaba a Shaiming que la esperaba siempre en la banca donde se conocieron. Se paseaban por todo el jardín haciendo ostensible su amor y provocando la envidia de las demás girasoles que las miraban con recelo cada vez que los veían abrazándose y dándose unos apasionados besos.
Pasó el tiempo y llegó el día de la fiesta de graduación, y todos los lanzaguisantes, plantas carnívoras, girasoles y cactus armaron un gran cumbión y se pusieron a bailar el pasito perrón...
El director de La Academia, un cactus muy fumado, los invitó a Spuky y a Shaiming a bailar, mas ellos prefirieron aislarse de la fiesta y seguir estando abrazados en un rincón.
Eso enfureció al cactus y se fue corriendo a zancadas donde se encontraban los demás cactus que se encargaban de la buena música.
-¡Apartaos! ¡Apartaos, mis nobles cactus! ¡Llegó el momento de usar nuestra arma secreta! -gritó mientras sacaba un disco de un estuche dorado y viejo, titulado "La resaka" y lo insertaba en el tocadiscos. Y entonces empezó a sonar la música que a Spuky le encantaba y amaba con toda su alma...
Shaiming no podía creer que Spuky tuviese esos gustos musicales tan raros, pero se entusiasmó con la idea de salir a bailar con él y así ambos se animaron a entrar a la pista de baile y a disfrutar de la fiesta como si no hubiese un mañana. Los pétalos de Shaiming rozaban suavemente su cabeza al bailar mientras Spuky la seducía con la mirada.
Bebieron de todo, nada fuerte que les hiciera perder la cordura... pero sí el rubor. Sin embargo, los cactus empezaron a descontrolarse de tanta bebida y algunos llegaron a adormilarse en la fría nieve que cubría todo el suelo.
El director de La Academia, al ver a sus amigos los cactus medio borrachos por el vodka que había traído para esta ocasión y luego notar a muchas plantas en igual estado de ebriedad, no tuvo mejor idea que empezar la ceremonia de graduación.
Así, todos eran llamados por el director y se iban graduando uno a uno estando muy borrachos. Algunos llegaban llorando y lo abrazaban, y luego gritaban de dolor al pincharse con sus espinas y lo maldecían mientras se alejaban con su diploma. El cactus se reía y sonreía, porque también él se había graduado de esta forma cuando era joven y recordaba haber hecho aun más estupideces que ellos.
Esta costumbre de emborracharse en medio de la graduación era una tradición que se hacía en La Academia desde antaño, supuestamente para recordar las épicas batallas que acontecieron en la fortaleza antes de reinaugurarse como "La Academia".
Se rumoreaba por allí, que Crazy Dave fue el primero en incentivar la alcoholización en los recién graduados... pero no vayan a pensar mal de él; aunque parezca siempre que está drogado, es un buen tipo que sabe cómo divertirse a lo grande con sus plantitas.
-Ahora, si me permiten, tengo el honor de llamar a los dos alumnos más destacados que haya tenido La Academia en mucho tiempo -dijo con entusiasmo y fervor, sólo faltaban graduarse ellos dos-. ¡Pasad adelante, Spuky y Shaiming!
Fuertes aplausos se escucharon de las plantas mientras Spuky y Shaiming avanzaban por el auditorio tratando de disimular su nerviosismo hasta llegar junto al cactus. Era una sorpresa para el director encontrarlos tan sobrios a ambos.
-Al igual que Shaiming, Spuky siempre ha demostrado ser eficiente en todas las materias, ¡lástima que haya reprobado Fcc! -Todas las plantas estallaron en carcajadas porque no podían creer que Spuky, un genio superdotado, no haya podido aprobar una asignatura como esa.
-Sí... así es. Yo que todo lo sé y todo lo veo, ¡no me pueden ocultar nada prros! -Siguieron las risas de las plantas que divertían mucho a Spuky.
De pronto, las puertas del auditorio se abrieron de súbito y todo el alboroto cesó por unos instantes.
-Perdonen la tardanza, resulta que mis tacos se me quemaron y... -se apresuró en excusarse Crazy Dave quien rápidamente fue recibido con una alegre bienvenida de fuertes y calurosos abrazos de parte de todas las plantas, quienes lloraban de la felicidad que les daba la presencia de su hermoso creador en su ceremonia de graduación.
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