"En medio de la eterna guerra entre plantas y zombies, el lanzaguisantes plasma Spuky estudia en "La Academia" y en uno de sus días matutinos descubre a una hermosa girasol entrenando en el jardín que, sin esperárselo, cambiará el rumbo de su vida p...
—¿Está esperando que nosotros entrenemos a toda una legión de novatos para el fin de semana? ¡Usted sí que está demente! —dijo mi amada Shaiming, quien dijo exactamente lo que iba a decirle a Crazy Dave de una manera más dulce...
—¡Ohhh claro que lo estoy, señorita Shaiming! ¡Según estos informes, hemos perdido el 68% de nuestro territorio y el 78% de nuestros soldados! ¡Pero gracias al nuevo batallón que entrenarán ustedes, tendremos el 80% del número original de nuestros soldados!
Si en algo tenía razón Crazy Dave, era que a partir de ahora todo dependería de nosotros. Debíamos de entrenar duramente a los recién graduados en una semana hasta que lleguen los zombies y junto a ellos la fuerte nevada que asegurará nuestra victoria.
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—¡Pero si todos mis estudiantes ya se fueron de vuelta a sus casas en el Expreso La Academia...! —el cactus se llevó sus brazos a la cabeza de lo irritado que estaba—. ¿Cómo se supone que los harás regresar a todos?
—¿Ah sí? ¿Eso fue lo que pensaste al verlos subir a esos trenes? No te preocupes, esto lo he hablado ya desde hace días con los conductores de los trenes; seguro ya deberían estar aquí en el amanecer. —Crazy Dave alzó la mirada para mirar el reloj con forma de girasol de la pared—. Son las 2:05 am, aquella fiesta me ha hecho perder la noción del tiempo... debemos irnos a dormir en este momento, ¡vayámonos a la cama!
Y así Crazy Dave nos llevó en contra de nuestra voluntad a un dormitorio muy lujoso lleno de grandes camas, muy similar al dormitorio de los lanzaguisantes.
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—¿Así que obligarás a todos mis recién graduados a permanecer por más tiempo en La Academia para llevarlos a la guerra en contra de su voluntad? —dijo algo molesto el director de La Academia quien se acomodaba refunfuñando en la cama más próxima a la entrada.
Crazy Dave se puso a observarnos desde la puerta con una mirada fría y seria. No obstante, pasaron unos segundos para que su expresión perdiera su vigor y se apesadumbrase...
—Cuando lo dices de esa forma... me haces sentir muy mal, AzTTeK. Sé, y entiendo que tus alumnos habrán querido llegar a sus hogares para reencontrarse con sus familias y descansar por haber acabado su etapa académica, ¡yo también he pasado por lo mismo cuando la humanidad aún seguía en pie! Por eso comprendo cómo se sentirán al regresar súbitamente de vuelta a La Academia. Pero es mi deber como presidente de todas las plantas apostar por el bienestar de la población. No tenemos ejército para frenar el ataque de los zombies, ¡pero tenemos a Spuky y Shaiming que, según tú, son los mejores estudiantes que haya tenido La Academia desde antaño! ¡Estoy más que seguro que ellos podrán cambiar el rumbo de la historia de Suburbia! Por eso he decidido tomar estas medidas tan extremas; por favor espero que lo comprendan y no piensen mal de mí... —se dirigió a la puerta y al darnos las buenas noches la cerró despacio, procurando no hacer mucho ruido.
Ahora me sentía culpable por la forma en la cual me dirigí a él y porque boté casi deliberadamente el taco que nos había obsequiado al entrar.
Pobre Crazy Dave... al final de todo sólo quería ayudarnos a todos, como siempre había procurado hacer...
