Capítulo 4: ¿Por qué lo haces?

11 0 0
                                    


—Que mala forma de saludar a un desconocido ¿no crees... Erik?


Erik se asusta y se aleja un poco del hombre— ¿Q-Quién eres? y ¿como sabes mi nombre? —preguntó un poco nervioso pero serio a la vez con una mirada fija.


—Jejeje... Mi identidad no es necesaria ahora. Pero puedes solo llamarme Lord —dice el misterioso hombre, mientras se acercaba muy lentamente a Erik—. Y conozco tu nombre por aquel incidente que ocurrió en la plaza del reino, lo recuerdas ¿no?


Erik se sorprende, y empieza a recordar cuando el bandido tomó como rehén a Abi y la amenazaba con un cuchillo. Entonces, Erik baja su mirada y se enoja un poco, apretando sus puños, por ese amargo recuerdo.


—Aquella señorita gritaba tu nombre y te pedía ayuda. Tú, sin dudarlo, fuiste y... mataste a ese hombre... Te dejas llevar mucho por tus impulsos, Erik.


—Ggrrrhh —gruñó y con rabia grita—: ¡No era mi intención matarlo! Pero aun así ¡Iba a hacerle daño a Abi!


Lord baja su mirada, como si estuviera indignado— Si, eso lo entiendo muy bien. Solo quieres proteger a la persona que más quieres... —levanta su mirada y la ladea un poco— ¡Eres justo lo que busco! —menciona Lord desapareciendo de la vista de Erik.


—¡¿Qu-Quee?! ¡¿Desapareció?! —pregunta Erik muy asustado mientras mira hacia todos los lados, caminando hacia atrás.


Entonces, Lord aparece enfrente de él, estando cara a cara, agarrándolo de los hombros y mencionando con una voz con rabia y entre dientes—: ¡Pero me desagrada mucho que te dejes llevar por tus sentimientos he impulsos, Eriiik!


—¡¡¡Aaaaaa!!! —grita Erik, cayendo al piso y dando un salto alejándose de Lord otra vez.


—Aun así... No te desechare por ello, sé que podrás controlar ese defecto —dice Lord con su voz normal—. Eres casi perfecto para cumplir el objetivo.


—¿Objetivo? ¿De qué me hablas? N... No entiendo nada.


—¿No es obvio, Erik? Tu objetivo de salvar a las personas de estas tierras, removiendo la maldición de las máscaras ¿no?


—¿Tu como sabes que ese es mi objetivo? Y ¿Por qué dices que soy casi perfecto para cumplirlo? —pregunta un poco asustado.


—Jejejeje... Erik, al fin y al cabo, no somos tan diferentes.


—¿Hmmm?


—Y digo que eres casi perfecto por qué veo en ti un espíritu muy extraño, un espíritu que hace mucho no veía en estas tierras, un espíritu de esperanza y protección y preocupación, no sólo por tus seres queridos, si no por todas las personas que sufren... Erik... Un espíritu así es el que les dará a estas tierras paz otra vez y una verdad restaurada, sin importar si eres fuerte o débil, podrás completar tu objetivo. Detendrás a los nueve centinelas y removerás la maldición que nos atormenta... Nada te detendrá, porqué siempre te impulsará ese espíritu.


Erik queda impresionado por las palabras de Lord, siente un poco de seguridad en sí mismo. Pero, aún así, en su cabeza llegan dudas e inseguridades y entonces, esto nubla su determinación, agachando su mirada.


—Pero veo que tienes aún dudas sobre tu objetivo ¿no? Déjame adivinar; Lo que te detiene es aquella señorita. Te preguntarás sí estará bien dejarla por un tiempo sin ti, si se cuidará o si no sufrirá ¿cierto?


—Si... Quiero salvarla, pero a la vez no la quiero dejar sola, quiero cuidarla. Y además, si empiezo mi objetivo, tengo miedo de ya no volver a casa con ella... Lord, además soy débil... Débil ante el poder y ante la gran dificultad a la que me enfrentaré, y no creo que sea capas de sobrevivir a todo ello. Es por eso que entreno, lo hago para darme más seguridad y fortalecer mis debilidades. Pero, hay veces que dejo los entrenos totalmente de lado y acepto mi realidad, la realidad en la que todos ocultamos nuestros rostros, la realidad en la que Abi se tendrá que acostumbrar a vivir sin ver, la realidad de vivir con miedo en las noches, la realidad de no tener una vida como antes, la realidad en la que poco a poco los sentimientos se borran en las personas, la realidad donde... Donde no veré más las sonrisas de Lia y ni las de Abi... ¡La maldita realidad en la que estamos condenados a vivir así! —grita Erik con un nudo en la garganta, a punto en romper en llanto y apretando sus puños por la gran ira que siente— Pero después de un tiempo, me llega otra vez la estúpida idea de salvarlos a todos, de arreglar todo lo malo que existe, de limpiar toda lágrima de los ojos de las personas... Porque parte de mi... ¡¡¡Ya no soporta esta asquerosa realidad...!!! Lord, no creo que yo sea la persona indicada. En mi interior, hay una batalla entre mi objetivo y mis dudas... y literalmente ¡Ya no sé qué hacer! Solo... Solo... ¡¡¡SOLO ESTOY CANSADO DE ESTE MALDITO MUNDO Y SU REALIDAD!!! —grita Erik, desahogándose de todo lo que siente, cayendo arrodillado al piso llorando, por su gran impotencia.

Vol. 1 Mask: Nada es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora