Capítulo 5: Puños de luz

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Erik camina por las calles del reino, con su mirada baja, pues no quiere que nadie lo reconozca. A medida que se va acercando al castillo, las calles se van volviendo cada vez menos transcurridas, al punto de estar literalmente solo. Mientras, en su alrededor ve muchas casas abandonadas y muy dañas.


—Jummm... Parece que a nadie le gusta vivir cerca del castillo... ¡Ahhh! —suspiró— Pues... ¡¿A quién le gustaría vivir cerca del lugar más problemático de todo el reino...?! —grita Erik, mientras se escucha un eco de fondo, sin respuesta alguna— además, en las noches, estas son las calles más transcurridas por esbirros.


Después de un rato, Erik llega finalmente al castillo. Se queda enfrente de las puertas, alza su mirada y lo contempla he imagina como era antes. Pero ahora, ya está un poco deteriorado, además, suenan sonidos muy extraños adentro. Erik voltea su mirada hacia atrás asegurándose de que nadie lo estuviera viendo.


—Ahhh... Y así comienza el cambio de este mundo y su realidad —dice Erik, abriendo una de las grandes puertas del castillo y entrando en la primera sala del castillo.


Él ve que dicha sala era muy extensa, tanto de fondo como de ancho. Pero la luz era casi escasa allí adentro. Todo a su alrededor estaba muy deteriorado, y en sus paredes solo colgaban candelabros a punto de caerse. La suciedad más las telarañas eran lo que abundaba en la sala. Además, las grandes cortinas que colgaban del techo, que antes eran un lujo en el castillo, estaba rasgadas, así como, casi caídas. En los lados derecho e izquierdo de la sala había dos grandes puertas, sin embrago, estaban bloqueadas por un montón de objetos amontonados. Pero, en el fondo había otra puerta, la cual estaba medio abierta.

A Erik le da un poco de impresión el lugar, y sería mentira que dijera que no sintiera temor. Pero, aun así, sigue caminando adentro. Cuando de repente, la puerta se cierra de un azote a sus espaldas, haciendo un gran estruendo.

—¡Waaaaaa...! —grita él asustado— ¡¿Qu-Que fue eso...?! —se voltea en dirección a la puerta intentando ver, desesperadamente, que fue lo que la cerró.

En ese momento, escucha una pequeña risa a sus espaldas, haciendo que se volteara al instante. Pero algo salta sobre él y lo tumba con fuerza contra el suelo. En eso, Erik siente que algo se apoyaba sobre su pecho y lo presionaba y lo hería poco a poco, con cosas que parecían garras. Además, enfrente de su cara alcanza a ver una alargada boca con dientes de animal feroz, que intentaba morderle la cabeza. Erik con todo su poder forcejea con esa extraña cosa, agarrándolo de lo que parece ser su cuello e intenta quitárselo de encima, pero es muy fuerte.

—¡¿Qué... ¡¿Es esta... cosa?! Solo lo que quiere atacar es a mi máscara... ¡Maldición...! Su fuerza es superior a la mía... ¿Qué hago...? ¡¿Qué hago...?! —piensa muy desesperado Erik, mientras forcejeaba.

Así que, no se le ocurrió otra idea que agarrar a la cosa con su mano izquierda y concentra su poder en su mano derecha formando un puño.

—¡Jejeje! Sí que soy inteligente —menciona Erik entre risas, y lanza su puño hacia la boca de la cosa.

Con todo, aunque no estuviera absolutamente para nada seguro si su ataque iba a funcionar, él siente que golpeó algo y se partió en pedazos que caían al suelo. Al intente, la cosa suelta un ruidoso grito distorsionado y muy agudo, y empieza a perder fuerzas. Erik se aleja de la cosa y, a pesar de la oscuridad, alcanzo a ver como la cosa pareciera que se estuviera desapareciendo poco a poco.

—Áhaa... Áhaa... Pero... ¿Qué era esa cosa...? —se pregunta otra vez, estado sentado en el suelo muy agitado.

En eso, él mira al suelo y ve que también los pedazos de lo que había partido estaban desapareciendo. Sin embargo, Erik queda congelado y aterrado al ver detalladamente y reconocer lo que esos pedazos formaban.

Vol. 1 Mask: Nada es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora