difuso.

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La oscuridad. Todo volvía a ser negro de nuevo. JaeMin estaba cayendo otra vez en ese abismo sofocante, en donde lo único que hacía era caer y caer, esperando no sabiendo exactamente qué.



Se sentía como en un déjà vu, porque sabía que esto lo había vivido varias veces en el pasado. No tiene ni la menor idea de cuánto tiempo ha estado dormido, pero debió de ser bastante, porque no cabe duda que ha repetido este sueño más de una vez.



Aun así, siempre que volvía se sentía como la primera vez: perdido, asustado, confundido.



Las imágenes volvían a repetirse. El bosque, el cuerpo ensangrentado, el lago... y aquel chico. Era frustrante. ¿Por qué aparecía ese chico? ¿Lo conocía de algún lugar? Creía que sí, si no, no saldría frente a sus ojos porque sí. Sin embargo, esta vez pasó algo distinto que las veces anteriores.



Frente a él se asomó la imagen de dos chicos. Ambos de cabello castaño. Uno era más moreno, y el otro sonreía tanto, que sus ojos casi ni se veían. Era una sonrisa muy atractiva y única, porque parecía que sus ojos también lo hacían, transformándose en dos medias lunas.



La imagen bonita de ellos desapareció, y con ello el lugar se tornó oscuro y sombrío de nuevo. JaeMin sólo oía el viento chocar contra su oído, y sentir cómo el violento aire le movía los cabellos.



Cerró sus ojos, sintiendo el momento, esperando el segundo en el que tocara tierra firme, y se despertara de nuevo. Quería hacerlo, lo necesitaba. Estar en este bucle era algo desesperante, como una cadena. Por más que lo intentaba, cada vez que sus ojos se cerraban y viajaban hasta el sueño, terminaba dentro de esto. De este espiral extraño del cual un día entró sin querer, y que ahora no era capaz de salir.



La luz volvió a aparecer, sin embargo, esta vez no eran aquellos fotogramas repetitivos, sino que una imagen completamente distinta se dibujó frente a sus ojos.



Al principio, era una imagen feliz. Los mismos dos chicos sonriendo, hasta que, unos segundos después, aparece otro. Ese chico, el que ha aparecido en todos sus sueños paralelos.



Era una foto, de eso no cabía duda. Ninguno de los tres se movía, pero había algo que le inquietaba; todos sonreían menos ese chico. Él tenía un semblante completamente distinto. Sus ojos reflejaban odio, remordimiento, como si le hubiesen hecho algo muy malo. Estaba mirando a los dos chicos, y algo ocurrió que hizo a JaeMin temblar.



El dibujo de la persona de piel morena se movió, y su rostro se metamorfoseó de una sonrisa inocente y alegre, a una diabólica, que le miraba fijamente como si le pudiese ver todos sus pecados.

simon project • 00 lineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora