final

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 —¿Me podrías explicar esto? —preguntó moviendo las cartas en su mano—. Por favor.

Jungwoo no dijo ninguna palabra, simplemente todas se encontraban torpemente en su garganta. Quería gritar, quería gritarle a todo el mundo que amaba a Wong Yukhei con todo su corazón y su alma, quería decirles a todos que estaba dispuesto a dar todo por él, solo por el corazón del chico. Las noches que pasó en vela tratando de encontrar las palabras correctas para confesarse no habían valido la pena, el miedo lo cegaba y encontró una mejor manera de expresar sus sentimientos.

Las veces que su corazón se rompía cuando Yukhei rechazaba los chocolates caseros que dejaba en su asiento, o cuando rompía las flores que dejaba en su casillero, aquellas que había comprado con su propio dinero. Pero aún así Kim Jungwoo nunca dejó de luchar por él, aun así lo rechazara miles de veces o le dijera cosas hirientes siempre estaría ahí.

Porque todo su amor por él había sido automático desde la primera vez que lo vió

Yukhei apartó su mano para darse la vuelta y luego volver arrastrando una silla con el, sentándose en ella luego de estar a una distancia cercana al del de cabello negro quién miraba toda la escena atentamente, el estar así de cerca del rostro del chino hacía parecer como si estuviera en uno de sus sueños dónde él se confesaba y ambos sonreían, pero para Jungwoo, aquello no parecía suceder.

Toma —el coreano se sobresaltó en su silla, se sonrojó, al parecer el alto lo había pillado observándolo—. Antes de preguntarte porque mier... me haz traído aquí, quiero que me leas lo que dicen tus cartas.

El vello del coreano se encrespó y sus manos comenzaron a sudar rápidamente. Los latidos de su corazón fácilmente se podían escuchar en el suave silencio que daba las cuatro paredes, su mirada yacía en las manos del moreno quien había extendido las cartas hacía él, mientras que Yukhei mordía sus labios impacientemente esperando que el coreano comenzara a hablar de una vez, su desesperación fácilmente podría salir por los poros de su piel—. Y-Yo... no... —pronunció el de tierna mirada, se sentía avergonzado—. Yo no puedo hacerlo.

¿Por qué? —el moreno se inclinó ocasionando que los dos rostros quedarán a solo unos centímetros, el corazón del chino retumbaba y se sentía nervioso por tal cercanía pero la expresión en su rostro decía lo contrario. Mientras que el otro chico se hizo para atrás un poco—. Quiero escucharte, quiero escuchar lo que dicen estas cartas. Por alguna razón siempre me dio curiosidad escucharte. Ya sabes. Escucharte leer tu propia carta —Yukhei movió su cabeza a los lados repetidas veces—. Olvida eso, solo, léelas.  

Jungwoo recibió sus propias cartas, sus manos temblaban y su corazón retumbaba más que antes cuando sus dedos tocaron una pequeña porción de la piel del chino. Había sentido algo así como una conexión, algo muy raro.

Tú... ¿Podrías darte la vuelta? —murmuró el mayor. Yukhei mordió el interior de su boca, pero no protesto. Movió su silla y dejo su espalda a la vista del coreano—. ¿Puedes comenzar? Estoy perdiendo clases... —habló, aunque de alguna manera era mejor estar junto a él que estar en una aburrida clase.

El castaño se armó de valor y levantó su mirada observando la suave y corta cabellera de Yukhei, cada vez que este se movía pequeñas partes de su camisa dejaban ver una parte de su cuello. Kim trago en seco, y comenzó.

Abrió la primera carta la cual iba enumerada con un "01" marcado con un bolígrafo negro.

Aún no sé cómo puedo acercarme a ti, al parecer creo que no puedo hacerlo. Siempre veo como rechazas mis chocolates o se los das a tus amigos, o cuando dejaba flores en tu casillero tú las tirabas al cesto de la basura sin preguntarte quien había sido. Pasé muchas semanas tratando de encontrar el momento perfecto para confesarme, pero sería lo más estúpido en el mundo considerando que... —su voz comenzó a volverse mas inaudible—. No me conoces, no sabes cómo soy y probablemente solo pienses que soy un raro. Aún no sé cómo estoy escribiendo esto, solo quiero desahogarme. Viernes, cuatro de agosto de 2017.

¡ STUPID QUESTIONS ! ♡ LUWOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora