―¿Perdón? ―habló Yukhei saliendo de su ensoñación―. ¿Qué dijiste? ―Donghyuck bufó poniendo el almuerzo del chino frente a él―. Hemos estado hablando desde hace rato y tú sigues mirando a la nada, ¿pasó algo? Mira que yo no soy mucho de preocuparme ―habló Donghyuck tomando la mano del alto, pero Yukhei la quitó rápidamente.
―Lo lamento ―todos en la mesa callaron cuando el alto se levantó y salió caminando a pasos rápidos perdiéndose entre los estudiantes que salían al receso de medio día, hace algunos días no recibía ninguna señal de Kim Jungwoo y eso hacía ponerlo nervioso, ¿por qué? Al parecer creía tener un pequeño enamoramiento por el coreano. Bueno, en realidad su cabeza estaba hecha un lío y no sabía lo que hacía o lo qué pensaba.
Estaba casi muerto.
(...)
Su cabeza iba de un lado a otro y luego se dirigía al piso, ahora que lo pensaba parecía un tonto. En tan solo unas pocas semanas ya casi un mes un chico misterioso había comenzado a adentrarse a su vida de una manera extraña, el moreno de idiota lo dejó pasar como si nada rompiendo todas sus barreras de chico inalcanzable. Lo peor era que con solo no verlo o saber de él se estaba preocupando de una manera un tanto extraña, quería verlo y saber que estaba bien pero a la vez solo quería dejarlo pasar como si nada y olvidarlo.
Yukhei a ese punto ya se había vuelto totalmente loco.
Yukhei iba a gritar cuando una bola de papel impactó contra su cabeza y subió su cabeza para maldecir a quién lo haya hecho, pero en vez de eso una nota amarilla se vio a lo lejos. Yukhei dudo por unos segundos mientras se sobaba la parte lastimada de su cabeza, en el pasilo no había absolutamente nadie además de los conserjes. Se dirigió a pasos rápidos cogiendo la nota amarilla del piso abriéndola con cuidado de no romperla.
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Hola, Yukhei todo esto fue culpa mía. No debí escribirte esto de un principio, sé que odias este tipo de cosas y me odias a mí, ¿es duro verdad? Bueno, a ti no te importa eso. Incluso me has llamado enfermo y otros insultos que no planeo escribir aquí.
Gracias por hacerme darme cuenta de lo que en realidad eres.
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