«Nobody leaves»

IV

[Joong]

Sentí como los primeros rayos de sol daban directo en mi rostro dando a entender que era de día. Cuidadosamente, aún jadeando por el cansancio me levanté y al abrir los ojos, tuve que parpadear repetidas ocasiones hasta poder enfocar mi visión. Mi mano se posó automáticamente sobre la herida en mi costado pues el dolor arrasó de nuevo por el anterior esfuerzo que hice al salir, me ergui un poco pues aquella punzada no me permitía pararme de forma adecuada.

A pesar que la tormenta había terminado, el fuerte viento aún seguía, podía observar perfectamente el océano, este se veía sereno si no fuese por las grandes olas al chocar contra los riscos o partes de barcos que de igual forma habían naufragado.

Observé con atención.

No solamente se podía observar a lo lejos nuestro barco atascado entre esos gigantes riscos, si no también, restos de barcos y aviones de distintas épocas, o eso me daba a entender debido a su infraestructura ya carcomida por el salitre.

Sonreí como idiota al poder respirar al fin aire puro. Me encontraba muy débil por todo lo que había ocurrido pero aún así logré sostenerme aunque mis piernas estuviesen temblando cual gelatina.

"¿Cuanto tiempo estuve allí? ¿Todos estarán bien? P'Nai... " Miles de preguntas como esas se me venían a la mente en estos momentos.

Tenía que encontrar la forma de lograr bajar de aquí, debido a los enormes riscos por toda la orilla del mar supuse que me encontraba en lo alto de una montaña, así que aventarme, no es para nada una buena opción.

A mi izquierda, pude observar que había un pequeño sendero, lo suficientemente espacioso para que pudiese caminar sin problemas. Comencé a caminar de forma lenta, que estuviese todo deshidratado y con una herida que necesitaba ser revisada cuanto antes, no era de mucha ayuda.

Me sostuve del tronco de un pequeño árbol al sentir un fuerte mareo, cerré los ojos por unos minutos esperando a que pasara, una vez los abrí, me di cuenta como un bote salvavidas se encontraba estancando en la orilla de la playa.

— "¡Un bote! ¿Pero a dónde habrán ido todos?" — Me pregunté, sin embargo no era tan importante como el tener que encontrarlos rápidamente. Lo más seguro es que pudieron adentrarse en la isla.

Seguí caminando recto, por dónde el sendero me guiaba, pudiendo observar a los lejos una gran cascada.

— ¡Mierda! — Maldecí. Para poder seguir caminando por el sendero, debía de caminar sobre un tronco de árbol, ya que este era la única conexión entre ambos caminos. — Vale, puedo hacerlo. — Me dije mientras soltaba un gran suspiro. Tenía que hacerlo con calma, no quería caer y morir siendo clavado en la punta de algún risco.

Cuidadosa y lentamente di un paso, asegurando de colocar bien mi pie, para seguido dar el segundo con sumo cuidado, por cada movimiento que daba la herida me provocaba ligeras punzadas, la clave de esto era mantener el equilibrio, tal vez suene estúpido pero cuando era trainee nuestro entrenador nos hacia mantener el equilibrio por más de una hora, pero jamás con una herida abierta, comencé a temblar ligeramente de miedo, temía erguirme y tropezar en el lapso.

La fuerte brisa que emana la cascada hizo tambalearme a punto de caer, un jadeo de susto fue lo único que salió de mi boca, más logré sostenerme del tronco fuertemente, una vez cesó, me coloqué de pie nuevamente y seguí caminando, con exito logré pisar tierra nuevamente al terminar de cruzar el tronco.
Seguí andando hasta que el camino me hizo girar a la izquierda, encontrandome con algo realmente extraño. — "¿Pero que rayos es esto?" — Me pregunté al ver un gran y oxidado avión estancado entre las rocas por dónde caía el agua de una cascada. Traté de encontrar otra manera de seguir pero me temía que eso no era posible.