F o u r

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Tres meses habían pasado desde la primera y última vez que Jungkook vio a Kim YuGyeom dentro de aquel Bar en el que el pequeño conejito trabajaba.

Ese hombre que se encargó de tomar la virginidad del conejo de forma suave y llena de cariño, provocando en ese niño un sentimiento nuevo que jamás esperó sentir viviendo en un lugar así.

Amor...

Estaba enamorado. 

Y le dolía que las cosas hubieran resultado de esa manera.

A lo largo de esos meses, Kook al ya no ser un chico virgen fue obligado por su jefe Namjoon a trabajar como los empleados normales del Bar, "entregando su cuerpo a los clientes a cambio de dinero".

Namjoon, la máxima autoridad de ese Bar le había sentenciado a nuestro protagonista, que, al no ser ya un chico con su entrada apretada como antes, ahora tenía la obligación de entregarse a más hombres que entren por las puertas de ese local y paguen por pasar una noche con él.

El problema ahora es que ya no costaba demasiado, su valor había bajado.

¿Qué más quieren de Jungkook? primero tuvo que perder su inocencia viviendo en ese lugar de mala muerte desde que era un niño, viendo todo tipo de cosas que no debió conocer a esa edad, hicieron que entregara su virginidad a un hombre a cambio de una gran suma de dinero para el bienestar de su jefe...

Y ahora, al ya no ser Virgen, ¿quieren que se vuelva una zorra completamente? Cuando él solo quería estar con el primero.

 Aunque, por lo primero Kook no estaba arrepentido. Si tuviera que repetir ese momento de su vida en donde el Señor Kim volviera a estar frente suyo ofreciendole perder su virginidad de nuevo, no se negaría.

Jungkook tuvo que obedecer por las buenas, ya que, si eran por las malas, de seguro iban a darle el peor castigo del mundo en el que incluía matarlo de hambre hasta que se arrepienta de negarse ante su mayor que "le dio un techo cuando no tenía en donde caer muerto". Todo lo que uno hace por un poco de comida y una cama en donde dormir.

Para Jungkook fue el peor infierno tener que estar con esos tipos pervertidos que pedían por él, teniendo que soportar los toqueteos, esos susurros pervertidos en su oído, las marcas en su cuerpo, entre otras cosas más que sería mejor no hablar.

Si alguna vez pensó que su mayor tortura eran los zapatos de tacón de aguja que usaba desde las 15, estaba totalmente equivocado. Las mordidas y agarres de personas que lo tomaban por despecho eran mucho más dolorosos.

La primera noche de Jungkook con un tipo que no fuera YuGyeom fue el peor de los desastres, Gukkie se resistía, no quería ser tocado por ningunas manos que no sean por las del señor Kim y al principio se puso en alta demanda pensando que ningún señor se atrevería a pagar por alguien tan pequeño como él, sin embargo, su jugada le había salido mal. 

El menor no paraba de llorar, gritar y hacer berrinche cuando las caricias de alguien que había pagado una suma grande de dinero en él no eran para nada suaves, pasaban por su piel manos ásperas, una lengua demasiado babosa.

No podría acostumbrarse nunca, siempre se negaba a ser follado de nuevo por un extraño, eso causó que el conejito se ganara una larga sesión de golpes e incluso dormir en el patio, bajo la helada noche, y a un Namjoon furioso sin su dinero a causa de unos estúpidos berrinches.

Gukkie no dejaba de pensar en el señor Kim, cada vez que miraba fuera a través de una ventana, una pequeña gota de esperanza se formaba en su pecho diciéndole que todo estaría bien, que Kim YuGyeom volvería para salvarlo de ese infierno para irse lejos y ser felices juntos, pero esas gotitas de esperanzas se hacían cada vez más escasas al ver que nada pasaba con el pasar de las horas, días y semanas, pero aun así, él no dejaría de amar y esperar nunca a ese maravilloso hombre que lo tomó por primera vez.

¡Welcome to the bar! [Yugkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora