La rutina del baño

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Desde que tiene memoria, a Jungkook le ha gustado la historia, en específico las memorias del pasado. Pero en definitiva era la autobiografía, el conocer de primera mano las emociones y vivencias, de quienes vivieron épocas atrás, lo que absorbía por completo su interés. Podía atribuirle su interés a un sencillo cuento de amor, el favorito de su madre, que le contó emocionada el primer año de su vida. También recuerda que de niño, no se despegaba de los libros, desde épicas aventuras, hasta desazonadas tragedias. Los libros le trasmitían y enseñaban todo lo que podía ofrecerle el mundo; más si incluía el género de la fantasía. Por lo que hubo un largo tiempo, en donde no sintió la necesidad de interactuar, ni vivir por sí mismo.

Su Manada lo quería, y aun así de joven fue visto con lastima por su condición. Si, pensar que vivió un largo periodo, donde la idea de gustarle a un Omega era inconcebible; donde marcar y formar una familia, era la más locas de las fantasías, en una realidad que le auguraba soledad, junto con una muerte prematura.

Bajo el pequeño ensayo de uno de sus estudiantes, era su primer año como profesor, por lo que aún se consideraba suave en los trabajos y clasificaciones. Había pedido a su clase que escribiera sobre ellos, esperando lecturas superficiales, llenas de adjetivos o historias de su autoría, que trataran de describirlos. Y eso era en su mayoría, de no ser por ciertas particularidades, como la de Dong, que hablaba sobre una niñez similar a la suya. Donde desencantado de la vida, plasmaba su frustración consigo mismo y todas las limitaciones que parecía atormentarle, alejándolo de las charlas comunes y despreocupadas de los demás.

Al levantar la mirada se encontró con su pareja, con su cabello esponjoso, en coquetas ondulaciones suaves, de un rubio que brillaban con los rayos del sol, al igual que hilos de oro. Sus finas y elegantes facciones, se acentuaban cuando estaba concentrado, agregándose a la lista casi infinita de expresiones que amaba de Jimin. Podía quedarse allí, admirando como su ceño se fruncía al sentirse incomodo, por el pegamento entre sus pequeños dedos. Un maullido desaprobatorio escapo de los carnosos belfos que estaba detallando, provocando que la mirada de Jungkook cayera en los utensilios de la mesa, donde la pequeña cabecita de un cachorro se movía con emoción.

—Hye, deja de echarte cualquier cosa a la boca, te vas a enfermar— reprendió al pequeño Omega, dándole el énfasis a su orden, que trataba de asegurar que su pequeño dejara de probar sustancias toxicas. Con un trapo limpio los deditos y luego la pequeña boquita, solo por si logro untarse algo. El pequeño de 6 años puchereó molesto, pero dejo su mano lejos de su carita. —Su olor es desagradable ¿por qué querrías probarlo? No hay razón para hacer esas caras.

Mientras Jimin ponía en su regazo a Hye, atacándolo con cosquillas, los mayores seguían pegando hojas para formar los patrones que más les gustara. Jungkook era un Cambia-forma de Lobo, por lo que su olfato no solo era agudo, también contaba con una memoria de olores amplia, con la capacidad de captar las leves diferencias aún entre objetos similares en estructura. Por lo que la peste a trucha, estaba empezando a incomodarlo, hasta provocarle dolor de cabeza.

Su pareja tenía como animal interno a un lindo gatito, y su cría mayor heredo esta misma especie, siendo dos devoradores ávidos de truchas. No era anormal que el departamento tuviera ese olor, normalmente de una comida reciente, o de las sobras. El problema es que esta vez era demasiado concentrado, por lo que algo definitivamente había cambiado. Se levantó de su sillón, rastreando la fuente del olor, que lo llevaba a la mesita de tareas de sus tres pequeños. Posicionándose encima de la silla de la niña, olfateó alrededor, identificándola como productora del desagradable aroma.

—Shin ¿Volviste a darte un baño de lengua en tu forma de gato? — la Cachorra se encogió en su lugar. Agua y cambia-formas de gato, no se juntaban a menos que fuera muy necesario, y el pasado tenía toda una historia para explicarlo esa relación de aversión.

—No— aun cuando Shin sabía que lo hizo, que llevaba semanas sin tomar una ducha, solo limpiando su piel con una toalla húmeda y jabón obviamente. Pero al parecer tuvo un descuido mientras jugaba con sus hermanos en sus formas animales, cuando como de costumbre, luego de morderlos, liberándose de la molesta pelea con sus garritas, se pasó su lengua sobre su pelaje, esparciendo el aroma de su almuerzo.

—Pequeña hueles muy mal, necesitas un baño de inmediato— la expresión siempre implacable de su padre Alfa, hizo maullar angustiada a Shin, quien negó, encogiéndose ligeramente, a punto de trasmutar. — ¿Tenemos que hacer esto siempre que menciono el baño? — Jungkook adoraba a su Cachorra, pero todos los meses sin falta, tenía que ponerse firme y limpiarla contra su voluntad. Trato de presionar la nuca de su cría, pues aún era una bebé y su glándula reaccionaba solo con sus padres, siendo paralizados al sentirse seguro en la protección de sus progenitores.

— ¡Noooo!— grito la Cachorra, trasmutando pero en vez de correr lejos, escalo el brazo de su padre, llegando hasta el hombro para saltar desde esa distancia hacía el suelo.

— ¡Shin! — Jungkook volteó aterrado, viendo a la gatita caer elegante en sus cuatros patas, sin ningún daño pues apenas toco el piso, salió disparada a otro cuarto, seguramente para esconderse debajo de un mueble, donde la abertura angosta y de difícil acceso lo tendría tres horas ocupado, tratando de sobornar a su pequeña para que saliera.

—Siempre tan directo. No puedes esperar que después de decirle lo que vas hacer, no escape de ti— a Jimin le entretenía la lucha por el baño de su Alfa, con la Gatita de la familia.

—Si la engaño perderá su confianza en mí, y si la tomo de sorpresa estará siempre alerta a mí alrededor. No quiero que me odie— Jungkook arrugo su nariz, en la única señal de molestia en su rostro.

—Seguramente ya lo haga, eres el único que la obliga siempre a bañarse— molesto un poco a su pareja, siendo malvado por encontrar adorable, cuando Jungkook parecía angustiado por ser un mal padre.

—Pero ustedes dos deben bañarse una vez por semana... ¿acaso...— Jimin perdió de inmediato su sonrisa, tensándose.

—Claro que nos bañamos, ayer justo ayer— su respuesta fue instantánea y muy conveniente, demasiado sospechoso. Con su mirada firmemente en los bonitos ojitos de su Omega, Jungkook trato de ejercer presión. — ¿Estas dudando de mi palabra?

—Odias el agua tanto como Shin, solo quiero confirma que tu desagrado, no haya interferido el baño semanal...a menos de que sea más tiempo el que llevas sin bañarte— en ese momento Jimin se crispo, su suave cabellera se alboroto levemente, y sus colmillitos se asomaron. Jungkook se concentró en su cría menor, quien miraba el intercambio con grandes ojos expectantes, tratando de imitar los siseos de su padre omega. —Hye, voy hacerte una pregunta y necesito que me respondas con la verdad.

—No puedo creerlo, estas poniendo en duda mi sinceridad, ¡frente a los cachorros! — totalmente indignado, Jimin apretó el cuerpito de su bebé, protegiéndolo de las calumnias sobre su padre Omega. —Ve a sacar a Shin de su escondite, o volverá a quedarse dormida en un lugar lleno de polvo.

Jungkook decidió dejar el interrogatorio para otra ocasión, para ir y evitar de paso, que la Cachorra apestara otra habitación. Jimin llamó la atención de Joon, para susurrarles algo de suma importancia a sus dos bebés, mirando fijamente la espalda de su Alfa, pensando que era la distancia adecuada para no ser escuchado.

CONTINUARÁ

¡Un baño para Purruminie! /Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora