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Shin se encontraba de nuevo despierta antes de las ocho, frente a la pantalla del computador. Esta vez estaba buscando en una biblioteca virtual, sobre la cristalización y deseos que alteraron la realidad. Encontró un interesante estudio fenomenológico sobre la experiencia de cuatro cambia-formas que de repente despertaron en otra vida, donde características físicas de ellos habían cambiado y muchos familiares no eran los mismos. Igual que a ella.

No tenía acceso a las entrevistas enteras, pero el análisis que se empleaba por categoría, abarcaba una fecha en común, el 20 de diciembre, como la sensación de haber deseado desesperadamente que sus vidas fueran diferentes.

Los deseos variaban, que alguien no hubiera muerto; estar otra vez con un antiguo amor; que un ser querido se separe de alguien que le está haciendo daño; y aunque fuera diferentes, tenían un punto en común, cambiar un suceso que repercute en sus vidas. Otra similitud es que volvieron cuando ese suceso igual sucedió, aunque en algunos fue por un accidente, otros admiten haberlo causado porque no sentían que fuera lo correcto solo escapar de la realidad. Y solo uno se arrepintió sinceramente.

—Cariño, eso no se ve como una lectura infantil— Shin se hubiera sorprendido de ver a su papi despierto, pero al ver que ya eran las doce, se dio cuenta que se concentró en exceso en la lectura.

—Papi ya voy a entrar al bachiller, ya ni siquiera Hye lee cuentos— Jimin frunció el ceño, pues apenas recordaba vagamente los gustos literarios de su propia hija, aunque igual no le sorprendía lo que estaba viendo.

—¿Hye? ¿Algún amigo tuyo? — La gatita murmuro una maldición, provocando que el Omega adulto se exaltara. —Señorita ¿y ese lenguaje?

—Perdón, perdón, no quería decir eso— La gatita trato de sonreír antes la cara molesta del adulto.

—Va a lavarte las manos, jovencita, ya está listo el almuerzo— Shin apago de inmediato el equipo y corrió a obedecer. Entrando a su cuarto para volverse a cepillarse el cabello, se dio cuenta que en su tocador había una escultura de hielo. Alarmada corrió hacia el objeto, notando su peculiar forma, con su padre Omega y ella visibles en la parte superior con grandes sonrisas, la secuencia limpia de sus cuerpos iba hasta sus torsos, deteniéndose abruptamente sobre una base a medio derretir, donde cinco pares de piernas apenas eran distinguibles, pero podía reconocer a su familia real con esa pista. Su deseo se cristalizaría por completo cuando acabara ese día.

Era hora de volver.

....

La familia de gatos estaba reunida en la mesa, degustando grandes truchas fritas, con la capa externa crocante y la dulce carne blanca llena de jugo, estaba perfecta. La pequeña comió concentrada en el sabor mientras los dos adultos conversaban ocasionalmente, intercambiando planes sobre lo que harían esa navidad.

Shin se sintió alerta de repente, dejando en segundo plano su platillo. —Papi— Llamo la atención de los mayores, que miraron curiosos a la gatita. —¿Alguna vez deseaste que el tío Yoongi no fuera tu hermano?

—¿Qué, porque esa pregunta? ¿Qué hice? — El Alfa miro a su hermano menor, que sonrió burlón.

—Nada, solo es curiosidad— Se defendió la pequeña.

—Bueno, la verdad es que sí, cuando éramos muy pequeños nos llevábamos realmente mal. Yoongi me odiaba, y yo trataba de meterlo en problemas— Shin quedo en shock, pensó que siempre fueron muy unidos.

—Lo recuerdo, fue un tiempo difícil— Yoongi bajo la mirada, avergonzado y arrepentido en partes iguales.

—No sabía ¿Por qué se odiaban? — El Alfa volvió a mirar a su sobrina, tratando de formar la historia en su cabeza, de una forma adecuada para la menor.

¡Un baño para Purruminie! /Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora