CAPITULO 3

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La noche estaba cayendo, Nam Joon iba guiando a Tae entre los múltiples caminos a través del bosque. Tae estaba nervioso, le daba mucha inquietud saber mas sobre el chico de los hoyuelos, que hasta ahora, permanecía callado.

Una oscura nube se aproximaba, amenazaba una tormenta. Esta no se hizo esperar y pronto cayeron las primeras gotas de lluvia, que al paso de unos segundos se volverían más y más.

Nam Joon volteó a ver Tae, le sonrió —¡Corre!—. Tae obedeció. No paso mucho, pero la lluvia logro mojarlos más de la cuenta.

—Es aquí, mi lugar secreto—. Dijo Nam Joon a Tae, pero este no logro identificar nada. —¿Donde?—. Respondió casi gritando, ya que la lluvia había aumentado su intensidad.

Nam Joon se metió entre dos grandes rocas, que alrededor estaban tupidas por árboles, lo que hacia invisible la entrada hecha por la propia naturaleza.

Tae vio como su guía se perdía entre la maleza, dudo, pero se estaba empapando aun mas. Ingreso y pronto todo se torno oscuro.

—¡Es una caverna natural! ¡Cuidado con las escaleras!—. Tae camino a tientas, unos metros más y casi cae cuando su pie resbaló al no percibir la escalera.

Con cuidado descendió ¿tres? ¿dos metros? No lo sabía, pero la escalera descendía en caracol. Pronto noto la tenue luz de varias velas encendidas. Ahí lo notó, una pequeña habitación cavada debajo de la tierra, reforzada con bloques de mármol y decorado con finas maderas. Había una mínima cantidad de muebles improvisados, viejos.

Una cama, que al menos lucia limpia. Y muchas, muchas herramientas de metal colgadas en todas las paredes.

—¿Que es esto?—. Pregunto sorprendido Tae mientras examinaba ese lugar, de aproximadamente 20 metros cuadrados.

—Encontré este lugar cuando era muy niño, solía escaparme de casa cuando mi padre llegaba alcoholizado y golpeaba a mi madre. Siempre venia al bosque, me perdía tardes enteras con tal de no ver la tunda que mi padre le propinaba a mi mamá—. Nam Joon apoyo sus manos sobre sus caderas. Continuó —Una tarde, que llovía tal como hoy, necesite refugio, así que busque donde podría protegerme de la tremenda lluvia que se desató, vi la maleza y pensé que ahí podría ser menos violenta la lluvia. Me metí, y cuando note que no era suficiente, me adentre a este sitio, la primera vez me dio mucho miedo, pero decidí volver con una pequeña lámpara que encontré en el llavero de mi hermano mayor. Y examine el lugar, era obvio que no era natural, alguien lo había hecho—. Tae escuchaba atento a su amigo.

—Comencé a venir con frecuencia y cuando tenia alrededor de 15 años, paso de ser mi refugio de escapes a un espacio personal, traje muebles que encontraba en la basura, la cama la compre, por ello se ve casi nueva. Se puede desarmar, así la traje poco a poco. Lo es, la compre especialmente para venir a descansar aquí y bueno, la herramienta también la traje. No pude traer electricidad, pero bueno, la iluminación de las velas es suficiente. También tengo libros y prácticamente aquí guardo todo lo que no puedo tener en mi hogar—. Nam dibujo en su rostro una sonrisa triste.

Tae se paseo con lentitud —¿Quién haría algo así?—. Nam respondió —Investigue un poco y descubrí que había personas que se ocultaban el los bosques para protegerse de la guerra entre las dos coreas antes de que se dividieran los reinos—. Tae sonrió.

—Fascinante.

Ambos se miraron y sonrieron. —Vamos, cambiémonos, tengo un par de camisetas limpias, quita tu camisa. Estas muy mojado.

Tae asintió y procedió a desabotonar su mojada camisa. Nam Joon mientras tanto también se cambiaba la camiseta, miro con atención como Tae exponía su torso, no pudo evitar tragar saliva. Nam Joon sabia que le atraían los hombres, pero Taehyung no.

●DEL OTRO LADO DE LA CALLE● TERMINADA NamTae +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora