HOLLYPROBLEMS

Cuando no estoy.

Unos días después de aquella experiencia de sexo con Phil pero sin él. Coincidimos a solas en el almacén. No he conseguido mirarle a la cara y no bajar la mirada desde aquello. Me avergüenzo tanto, que siento como si él lo supiera. Que estúpida. En lo más profundo del almacén, me retiene hablando de cosas sin sentido.

—Bueno, ¿cómo te va con...? ¿Max era?

—Sí...¡Espera! ¿Cómo sabes tú lo de Max?— asombrada pregunto. Algo aturdida por sentirme culpable de no hacer mención de Max en nuestras conversaciones. Es como si quisiera ocultar que tengo una relación. Pero sólo ocultarsélo a él.

—Ah, lo oí un día. Creo que lo comentó Margaret.

—Ya...

—Osea, fue de casualidad. No vayas a pensar ahora que voy preguntando por ahí cosas sobre ti—. Sonríe forzando un poco. Sospechoso, ¿por qué le preocuparía que yo supiera que pregunta sobre mí?

—Noo, tranquilo. No lo pensaba— Mentira, el simple hecho de imaginarle queriendo sonsacar información sobre mí me acelera el pulso— Simplemente era curioso que supieras algo así, ya que, yo, no te lo he contado. ¿Y a ti cómo te va?

—Muy bien, Anne es genial, e incluso estamos pensando en vivir juntos. La mayoría del tiempo la pasamos en su casa o en la mía. Así que, ¿para qué pagar alquiler los dos?

—Sí. Eso está genial— Doble mentira. Por Dios, Holly ¿qué te pasa?— Bueeno, ese paso para nosotros está lejano.

—Pero si Max y tú ya habíais mantenido una relación, ¿no?

—Caray, para no haber preguntado por mi vida, te la sabes muy bien—Piiillaadooo

—Cosas que escucho.

—Ya. Bueno, me voy a ir yendo, por que no recuerdo ni que he venido a buscar.

—A mí.

—¿Cómo?— me giro de golpe abriendo mucho los ojos.

—Sí, ya sabes... Una buena charla y entretenimiento.

—Ah, sí claro...

Cuando me dispongo a irme, tiro sin querer al suelo una especie de cenicero que ha improvisado Phil. Rápidamente me agacho a recogerlo y al entregárselo, nuestras manos se rozan. Y de nuevo, es como si pudiera volver a sentirle de aquella manera. En mi imaginación, rozándonos sobre la cama, sintiendo todo de él dentro de mí. La cara empieza a ponerseme roja de sólo imaginarlo. Espero que no me vea. Desaparezco sin más, abducida en mis pensamientos más ocultos, más secretos. Al salir de allí, saco el móvil y empiezo a teclear: «Así que, ¿ahora os dedicais a contarle mi vida a Phil? ;)» Remitente: Margaret.