La hermana de los Hyakuya

Ganandose A La Cuñada

Dedicado a WeHideOurTrueHearts

En la mansión dónde todos estaban dormidos dos pequeñas jovencitas se encontraban en la cocina preparando el desayuno para Mizuki.

-Esperemos que con esto calmemos las cosas -dijo Shinoa batiendo el huevo para los Hot Cakes.

-En parte ella tiene razón en estar enojada con Mikaela y Yuuchirou- decía Anna con un semblante de concentración -Ellos no debieron de ocultarnos.

-Con todo lo que hacían para mi es comprensible -decía shinoa entregándole la mezcla -Te dejo esto a ti a cargo porque siempre que los intento hacer termino quemándolos.

-¿Es enserio? Bueno, esperamos que no se me quemen.

-¿Jamás has cocinado?

-Normalmente no lo lo hago, quien siempre me cocina es Mika y yo me encargo de recoger la casa.

-Esperemos no provocar un incendió -rie Shinoa un poco nerviosa ya que no era nada nuevo que tuviera estrictamente prohibido entrar a las cocinas del ejército o de las cocinas de sus compañeros y amigos de escuadrón, llevaba poco de conocer a Anna pero sabía que era una muchacha serena y amable aunque de temer cuando se le intenta despertar si está dormida.

Ambas se mantenían con una actitud positiva pero....eso no les duró mucho cuando comenzaron  a soltar pequeños gritos junto con un poco de humo de la cocina, Anna corrió abriendo una ventana tomando bocadas de aire apresurada mientras Shinoa aún intentaba con una espátula retirar la parte quemada y aderida del sartén, escucharon pasos acercándose a ellas y al ver la mirada negra con ojos del mismo tono supieron que su sopresa no seguiría siendo sorpresa.

-¿Qué...están....asiendo? -pregunto tosiendo un poco quitándole de las manos la sartén y dejándola remojar.

-Intentabamos hacer de desayunar

-Para eso están los cocineros -Mizuki se cruzó de brazos alzando una ceja intentando verse más grande que ellas.

-Lo sabemos solo....queríamos que fuera una sorpresa -Esta vez fue Anna la que se animó a a hablar, la recién llegada se masajeo las sienes contando hasta el treinta alejandolas de la estufa comenzó ella misma a preparar todo bajo la atenta mirada de las novias de sus hermanos, ató su  cabello con un pequeño lazo que tenía atado en la muñeca, teniendo paciencia logro tener más de 15 panes entregándose los a las señoritas para que los llevarán hasta la mesa, comenzando a hacer más mezcla escucho como todos los miembros de la familia corrían hasta la mesa a sentarse emocionado de comer aquello.

-Parece que habrá un terremoto

-Normalmente no cocinas tu y cuando lo haces es en ocasiones especiales -dijo el señor Oscar mirando con adoración el plato que puso si hija con mucho tocino, con la ayuda de Anna, Shinoa y Alice (la cual fue obligada por Oz) a dejar los demás platos: Algunos con donas, huevos revueltos y estrellados, pan tostado con algunas mermeladas, quesadillas y la carne especial para Alice la cual tenía los ojos en forma de estrella.

-Espero que lo disfruten.

-No respondiste a la pregunta Mizuki -dijo Sharon tomando un sorbo a su té con delicadeza tomando un plato con un pan tostado.

-Fue idea de las señoritas, querían que les enseñará lo que comen los animales, digo mis "Hermanos"

Ambos adolescentes bajaron la mirada ya que llevan casi alrededor de dos semanas en qué aún Mizuki no les dirigía la palabra ni siquiera volteaba a verlos y aquello comenzaba a afectarles un ejemplo muy claro de ello es que en las misiones a las que asistían algunas veces regresaban con heridas por estar de descuidados, y al llegar a la mansión con la ilusión de que su hermana menor mostraría aunque fuera un poco de preocupación está pasaba como si el mosquito fuera el animal más interesante del mundo.

-Es un milagro que lograrán convencerla de cocinar, Mizu no le gusta estar en la cocina.

-¿Te acuerdas Gil cuando entro por primera vez? Pensó que la iban a hacer picadillo.

-Estaba tan asustada y no ayudabas mucho con calmarla.

-Es mi encanto natural.

-Enserio que eres modesto.

-Mejor cállate cabeza de alga -se metió Alice con un trozo de carne en la boca.

-¿Acaso pedí tu opinión estúpido conejo?

-No empiecen a pelear desde temprano por favor....

Ya entrada la tarde todos estaban listos para una pequeña ronda de pokar en la sala, en esa ocasión Mizuki rechazo jugar ya que no estaba con muchos ánimos y quería terminar de leer por fin un libro con el que llevaba enganchada durante algunos meses, fue la oportunidad perfecta que encontraron dos señoritas aunque una iba jalando a la otra de la manga de la chaqueta, tosiendo un poco Anna intento llamar la atención de Mizuki la cual respiro profundo para no decir ninguna palabrota.

-¿Qué se les ofrece ahora?

-Mizuki....¿Por qué te caemos mal?

Aquella pregunta hizo una especie de eco en la habitación ya que todos se quedaron inmóviles olvidando por completo el juego se concentraron en prestar total atención a la respuesta, la mencionada dejo un separador en su libro dejándolo sobre su regazo y negando con la cabeza indicándoles que tomaran asiento en el sofá.

-No me caen mal, es solo....miren les seré bastante sincera, estoy intentando hacerme a la idea de que aquellos dos niños pequeños uno con más completo de niña quejosa -a lo lejos escucho un pequeño "Oye" de cierto pelinegro con ojos verdes - los cuales amaba y amo con todo mi corazón, esos dos pequeños niños que me dieron un nombre y me aceptaron sin preguntar absolutamente nada sobre mi pasado o como llegué al orfanato, esos dos mocosos están madurando y no me necesitan, es duro hacerse a la idea cuando llegan de repente dos señoritas y me sueltan la bomba así como si nada.

-Una disculpa de nuevo por llegar sin avisar -pidio Shinoa rascando su nuca de manera nerviosa.

-Solo quiero pedirles que les cuiden mucho, mientras ustedes no les hagan daño estamos bien, y si quieren que conversemos he intentemos hacernos amigas no tengo problema alguno de verdad.

-¿Estos dos madurar? JAJAJA, Yuu sigue durmiendo con el peluche de conejo que le diste en su último cumpleaños, y ni hablar de Mika que....

-¡¡¡Guren mejor cállate!!!- exclamaron ambos adolescentes con la cara roja como un jitomate a lo que todos en la habitación soltaron una risa, algunos más fuerte que otros.

-¿Estamos bien entonces? -pregunto Anna estirando su mano en señal de son de paz.

-Estamos bien -afirmo de nuevo la pelinegra estrechando su mano.