Capítulo 4 - Nuevo comienzo

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La foto.

Esa estúpida foto no me dejó dormir en toda la noche. Había hecho el ridículo por segunda vez. Agarré la almohada por las dos esquinas e hice fuerza al agarre imaginando ser Riley. La odio. Me giro para el otro lado intentando no pensar en cosas vengativas y negativas que me impedían dormir pero era inevitable. Me quedé viendo el techo, concentrándome en una pequeña grieta que se hacía visible por la luz que reflectaba la luna. Mis amigos se fueron ya tres horas en sus respectivos hogares y mi hermana se había quedado en el salón para concentrarse en el examen para examinarse. Escuché la puerta cerrarse y supuse que es ella yéndose a dormir.

Todavía eran las tres de la mañana y los ojos no pedían cerrarse. Al contrario, por más que lo intentara se abren involuntariamente. Bufé a hondo expulsando todo ese sentimiento negativo que todavía poseaba. Otra vez la foto de yo acostada al suelo y Rick a un lado presionando en el tórax. Su pelo rubio mojado moviéndose libremente mientras sus manos accionaban.

Pensar en eso me hacía estremecer y sonrojarme ver que me presionaba rozando mis pechos. Sacudo mi cabeza, para dejar de pensar esa escena.

Porqué la persona tuvo la necesidad de hacer eso? ¿Que iba a ganar a cambio? Además, ¿quien sería? Tengo muchas sospechas de Riley ya que yo y ella somos como el agua y la electricidad. No somos nada compatibles.

***

- ¡Vamos, levanta! - replica mi hermana, sacudiéndome con fuerza gruño en protesta - estoy a punto de cogerte en brazos y tirarte por la ventana.

Me giré hacia ella arrugando las cejas mientras cubría mi cuerpo con la sábana y volví a acostarme, esta vez cubriendo la cabeza.

Nayra gruñó - Vamos despierta por el amor de Dios. Sé que nadie puede enfrentarse con el poder de la almohada pero espabila. Es el último año, vamos espabila - escuché que decía Nayra mientras abría las cortinas de la ventana del balcón y gruñí al sentir el rayo del sol casi penetrar en mi ojo y abrí mis ojos de golpe - No me obligues hacerlo, Jess.

- Déjame ya pesada. Estaba a punto de conquistarle el corazón a Kevin y ser felices para siempre, tener dos mascotas y - abro un ojo, viendo a Nayra parada mirándome como si mi cerebro dejó de funcionar desde que nací - oh rayos, era un sueño...

- ¿estás segura de que no estás enferma o algo así? Conozco una enfermedad que se llama obsesión, estás muy obsesionada en lo irreal, Jess.

- Deja de matar mis ilusiones, aguafiestas, idiota, cabrona, vete a la mierda.

- ¿Ya terminaste? Hay más insultos que no has dicho todavía.

- Sí he terminado porque no me recuerdo del resto. Cuando me acuerde, seguiré.

- Sigue soñando.

Gruñí en protesta y descansé la cabeza en el borde de la almohada. De pronto sentí un derrame de agua en mi cabeza, justo en mi nuca. El agua fría me hizo reaccionar que casi iba a salir a hacer un maratón ahora mismo. La miré histérica, y ella, todo ancha, deja el florero y camina para salir de la habitación - No olvides sacar el colchón y la almohada.

Iba a decir algo pero ella siguió - Y llena el florero a las flores para que no se sequen. Mi madre te va a matar.

- Mátate ya, Nayra.

*

Bufé ya harta de la misma rutina cada día. Me levanté torpemente de la cama y me dirigí al baño a hacer mis necesidades y me di una ducha. Dejé que el agua fluyera por mi cuerpo dejándome exhausta por el esfuerzo de ayer. Mis muslos todavía dolían pero la ducha hizo relajar los músculos y salí con la toalla.

Cumpliendo Mi Sueño #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora