Capítulo 3: Cosas De Familia

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Capítulo 3
- ¡MAMÁ! YA LLEGUÉ - por todos los dioses, esta mujer era demasiado ruidosa, ¿cómo cabía tanto alboroto en tan pequeño cuerpo?
- ¡¿HIJA?! ¡QUE FELICIDAD! - Y ahí estaba mi respuesta, venía con los genes, esperaba que mis hijos (nuestros cachorros) no los heredasen. Ante la sola idea, Yako se revolcaba feliz, debía admitir que yo me encontraba emocionado, lo que me provocaba incomodidad. - esperé tanto volver a verte, sabía que encontrarías el camino a casa. -un millón de besos, abrazo, lágrimas y chillidos mi futura suegra notó mi presencia: -pero, ¿qué modales son esos Ahome Higurashi? Preséntame a tu invitado
- Oh.. . Lo siento; mamá el es... - no iba a dejar que me presentase como intuía que lo haría "es el hermano de Inuyasha", claro que no. Por eso me le adelanté
- señora, ante usted Sesshōmaru Taisho, Lord de las bastas tierras del Oeste, y prometido de su hija.
Sólo bastó eso para que la mujer palideciera y se desplomara. Solo eso.
- Que bonito, Sesshōmaru, que bonito. No le iba a decir hasta explicarle la situación completa. - mientras me disponía a ayudar amablemente a SU madre, esa atrevida me gritaba.
- ¿Acaso es MI CULPA QUE LA MUJER SEA DRAMÁTICA?
- ¡LEVANTA A MI MADRE DEL SUELO! - Con un demonio, sin darme cuenta había dejado caer a mi futura suegra al piso. Sería difícil de explicar por que estaba tirada en medio de lo que supongo era el salón principal; al menos estábamos solo los tres y...
- ¡NAOMI! HIJA MÍA ¿QUE PASÓ? - Genial, ahora tenía que lidiar con un viejo demente; ¿por qué no note que se acercaba? Esta mujer me nubla la concentración, y eso nunca antes sucedió. - UN DEMONIO - El anciano olvido que estaba alzando a su hija (quien volvio a caer como un muñeco), saltando para correr por la casa desaforadamente buscando quien sabe qué.
Pergaminos. Eso buscaba. En un instante me encontraba repleto de papeles "sagrados"; me los arrojaba por montones y viendo que ni uno solo cumplía su propósito, rezaba ahora bañandome en lo que creo era agua bendita. ¿De dónde la sacó? Estoy seguro que mi cara no tenía precio.
- ALTO TODO EL MUNDO. - esa era mi preciosa prometida salvándome. - Por favor, pasemos a la sala, nos vamos a sentar y vamos a esperar pacientemente a que mama despierte. Alguien por favor levántela.

***

- ¡ANDA MAMÁ NO SEAS DRAMÁTICA! Se que estas despierta - "esperar pacientemente a que mama despierte" no era lo que definía con precisión las pequeñas bofetadas y los gritos de Ahome.
- ya... Ya me desperté. Ahora quiero que me expliquen ambos que esta sucediendo.
Todos se encontraban sentados, el abuelo se había rendido finalmente cuando Sesshōmaru lo miró fijamente. A los pocos minutos de tomar asiento, llegó Souta del instituto. Ahome suponía que con su arribo, más preguntas debería contestar, después de todo; lo habladores y curiosos lo tenían todos los Higurashi.
- Para empezar, lo que dijo mi querido prometido - nótese la ironía que venía acompañada de una mirada sepulcral y aura oscura dirigida a Sesshōmaru - es cierto. Pero hay mucho de que hablar, después de todo; han paso tres años mamá -
Con todo el alboroto, nadie se había percatado de que habían pasado efectivamente años desde que se habían visto, más lágrimas no se hicieron esperar, la familia nuevamente reunida se abrazaba cálidamente, luego de una larga charla sobre los últimos tiempos de todos, llegó el momento de aclarar las cosa.
- Me separé de Inuyasha, el primer año fue bueno, pero nos dimos cuenta de que no nos amamos de eso modo. Luego llegó Sesshōmaru para alegrar todo- no estaba mintiendo, se llama maquillar un poco la verdad. Su madre no debía enterarse de las infidelidades del híbrido y las negras intenciones del Daiyoukai. A este último no se le pasó por alto la historia incompleta. - ¿no es así cariño? - Ahome le agarraba la mano apretándola para que siguiera la historia. Él le iba a dar más sazón.
- Así es, mi hembra y yo nos amamos desde hace un año ya. Esperamos traerle a sus nietos pronto. Quien sabe, posiblemente ya hay uno que otro en camino.
El rostro de la miko no tenía nada para envidiarle a las manzanas más rojas del país. El solo debía seguir la historia, nadie habló de detalles engañosos. Lo mataría, pero no quería dejar sin padre a su bebé imaginario.
Pasadas las horas, ya con la bendición de su madre y abuelo, quien estaba embobado con que el demonio más poderoso de la mitología japonesa fuera a desposar a su nieta; la admiración de Souta y el sorprende cariño de Bouyo el viejo gato por Sesshōmaru; decidieron dormir en esa época. Luego de la cena, todos se fueron a descansar
- Señor Sesshōmaru, en el cuarto de Ahome he dejado ropa para que pueda descansar cómodo. Dormirá ahí, después de todo; llevan un "año amándose", ¿no? - lo último lo decía con la clara intención de molestar a su hija.
- Mamá por los dioses...
- Ay hija mía, déjame ser moderna alguna vez. Ahora, a la cama los dos.

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