CAPÍTULO 42 | Fotografía

3.4K 215 49
                                    





Los rayos de sol se filtraron a través de las cortinas cuando abrí los ojos a la mañana siguiente. Debimos de haber olvidado cerrarla la noche anterior. Parpadeé un par de veces para ajustar mis ojos a la repentina claridad, estirando los brazos y dejando escapar uno de esos pequeños sonidos que haces cuando acabas de despertar. Sin embargo, mi brazo derecho chocó con algo, o, mejor dicho, alguien.

—Buenos días, princesa —Jungkook me miró. Estaba apoyado en un codo, con la mirada fija en mi rostro. Tuve un mini ataque de pánico. Con el pelo traté de proteger mi rostro somnoliento y potencialmente horriblemente enredado, bostecé.

—Buenos días —No pude evitar la sonrisa que se formó en mis labios cuando dijo: 'Buenos días, princesa'. Quiero decir, ¿qué chica no quiere escuchar eso al menos una vez en la vida?—. ¿Cuánto tiempo has estado despierto? —Le pregunté por las rendijas de mi pelo, por temor a que me hubiera oído hablar o visto hacer algo raro.

—Lo suficiente como para subir y hablar seriamente con Dios, ¿Cómo es que se le ha extraviado un ángel en este asqueroso mundo? —Él soltó, como si nada, fingiendo un semblante serio y pronto mis mejillas se calentaron.

—¿Y decidiste mirarme en vez de tomar el desayuno? —Ignoré su comentario, y giré en la cama para agarrar la camiseta de Jungkook que había olvidado recoger y me la puse, cubriéndome la piel de gallina.

—Estaba esperándote para desayunar juntos.

Yo me asombré.

—Qué lindo, amor —Me levanté de la cama y miré hacia él—, pero yo no voy a cocinar.

—¿No vas a cocinar? —Se mostró afligido y un tierno puchero adornó sus labios—. Entonces supongo que tendremos que comer cereal o algo así —Se quejó, poniéndose de pie. No pude resistirme a su puchero.

—Está bien, pero ya no uses ese puchero contra mi persona Jeon Jungkook  —Lo reñí y pronto su rostro se iluminó—. Vamos  —Me reí y me arrastré detrás de él, salté sobre su espalda y nos dirigimos a la cocina. Los hombros de Jungkook vibraron cuando se carcajeó, pero él cogió mis muslos para que no cayera y trotó hasta la sala, haciendo sonidos raros de animales que me tenían en un ataque de risa.

—Eres un tonto —Me burlé de él después de que él me dejara encima de la mesada de la cocina y se fue a tomar los ingredientes.

—Pero soy tu tonto —Se volvió con su boca en forma de piquito en mi dirección para picotear mis labios—. Ve al baño mientras termino de buscar lo necesario. Dejé un pantalón para ti allí antes que despertaras —Añadió y luego movió sus dedos en un movimiento circular—, y tienes manchas negras en tu rostro.

Mis manos inmediatamente se dispararon hacia arriba para ocultar la cara de vergüenza. Debería haber supuesto que no pude limpiar mi cara ayer, mis toallitas estaban en mi bolso, que había quedado en el auto de Yoonah.

—Gracias por decírmelo ahora —Le contesté sarcásticamente, mirándolo.

Dicho esto, salté de la mesada y me dirigí al baño. Mi cara estaba toda manchada con pequeños puntos negros de rímel y delineador de ojos. Me veía como la novia cadáver. Sabiendo que no había mucho que pudiera hacer solo con agua, busqué algún producto de limpieza de maquillaje. Si dos mujeres viven en esta casa, tenía que tener algo. Finalmente encontré una botella rosa, y empapé el pequeño algodón con agua micelar, para luego pasarlo por toda mi cara. Luego me enjuagué con agua fría y el resultado fue una cara pálida por la mañana diciéndole hola al mundo. Dudaba verme mejor ahora sin el maquillaje.

Los chicos malos también se enamoran; 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora