Amigos por obligación [Kakairu] [YamaIru]

Bigotes

Tenzo despertó más tranquilo. Poco a poco comenzaba a sentir la molestia de los puntos en el estómago "un área bien molesta para tener heridas"

El alta se lo dieron a eso de las 11 de la mañana y, cuando aún se estaba vistiendo para salir de allí con la ropa que le trajo Yugao desde su casa, llegó Iruka a buscarlo.

Caminaron por la aldea directo a la casa de Tenzo a paso tranquilo. Este iba sumido en sus pensamientos mientras Iruka le hablaba emocionado con las bolsas de comida en su mano.

- Conoceré tu hogar Kinoe, dime, ¿Siempre has vivido allí?

- Desde que me incorporé a ANBU, hace 3 años más o menos. Tenemos la opción de quedarnos en piezas dentro del cuartel, pero el Hokage insistió en que debía tener un espacio propio.

- Claro que sí, resulta importante, al fin y al cabo, es tu casa donde expresas tu verdadero yo

- Pues, mi casa está vacía... por lo que debo asumir que yo...- Dijo Tenzo más despacito, como hablando para sí mismo

- Oh, no quise decir eso, ya verás cómo le damos un toque, te ayudaré

- Hemos llegado.

Tenzo vivía en una gran casa, casi al límite de Konoha. Iruka no se había dado lo lejos del centro que estaba. Pero suponía que era parte de la actitud de Tenzo "Algo aislado".

La casa era de madera, por lo que Iruka supuso que Tenzo la construyó por sí mismo, de dos pisos y ubicada de tal manera que el sol le llegaba casi todo el día. "Las ventajas de construir tu propio hogar"

Iruka pidió permiso y entró. Dentro se encontraba casi vacía. El comedor era espacioso, con apenas una mesa para seis personas y un sillón muy pequeño. Ni comparado con la casa pequeña y llena de Iruka. Había una ligera capa de polvo, debido al tiempo que Tenzo llevaba fuera.

- Me gustaría ofrecerte algo, pero siempre que voy de misión me encargo de dejar limpio el refrigerador, para que no se pudra nada.

- No te preocupes, te traje jugo, leche, algunas verduras y una sandía. La dejaré en el refrigerador para que esté fría – dijo Iruka mientras se disponía a la cocina.

A Tenzo le sorprendió un poco la soltura de Iruka, ya que este había tomado la confianza suficiente para moverse por la casa sin su permiso.

- Voy a ordenar la cocina y preparo la comida. ¿Estás hambriento? Espero que te guste el Sauri, debo decir que me queda bien sabroso.

- Claro, está bien – Dijo Tenzo con una sonrisa- Limpiaré un poco el polvo.

Se pusieron manos a la obra. Tenzo se sentía algo extrañado con alguien más en su hogar. Siempre le había gustado la soledad y el silencio, sin embargo, Iruka se encontraba cantando una canción en voz alta. "Podría acostumbrarme a esto" Pensó de una manera inocente.