Epílogo: MidoTaka

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-Mmm...Shin...Shin-chan...- Trataba de hablar Takao entre el demandante beso que compartía junto a Midorima. La lengua de este recorría toda su cavidad bucal sin pena alguna. -Pa...Para. - Sus manos ejercieron un poco de fuerza para separarse del gran cuerpo del peliverde, pero este no se movía ni un ápice.

- ¡Shin-kun! - Gritó Rin mientras caminaba despaciosamente por el pasillo hacia la cocina. Entró de manera sonriente al ver como Shintarou sacaba más hielo de la nevera y como Takao buscaba de igual manera un envase en donde poner los cubos de hielo.

Takao, quien era el doncel más alto miro al esposo de su amante. -¡Rin-chan! Ya te iba a buscar, no encuentro la otra hielera. - hizo un puchero.

Rin sonrió y se acercó a donde su amigo estaba. - Te dije que estaba aquí. - dijo para luego sacar la cubetica de plata.

-Moo Rin-chan. Ya eres toda una madre, encuentras cosas que no estaban antes. - se burló.

El embarazado se río y acarició su barriga. - Shin-kun, los hielos. Los invitados esperan. - dijo Rin.

Midorima le miró con una sutil sonrisa. -Si...Aquí están. - dijo incómodo.

Rin le miró preocupado, su Shin-kun estaba un poco pálido. - ¿Nee...te encuentras bien? Estas de mal color. - le dijo a su alto esposo.

-Eh... No, estoy bien...si. - Dijo Shintarou mirando disimuladamente a Takao quien le sonreía con picardía aprovechando que Rin le dio la espalda.

-Mmmm vale. Iré a llevar esto. Tu padre quiere un poco de hielo para su whisky. - dijo el doncel y se retiró sin más.

Tan pronto como Rin desapareció Midorima se desinfló como si fuera muñeco inflable. Se retiró las gafas y se pasó la mano por el rostro. Cerró los ojos evitando así que le diera un fuerte dolor de cabeza y se odio por sentir como Takao se acercaba a él.

-Vaya, quien diría que a Midorima-sensei le gustaban las emociones fuertes. - Dijo en tono burlesco rememorando lo pasado hace menos de 10 minutos. Rin le había pedido el favor de buscar hielo y la cubeta para el padre de Shintarou. Este muy amablemente acepto, cruzo todo el amplio jardín decorado con globos celebrando la llegada de un niño y la sala que estaba igual de decorada hasta llegar a la cocina. Maldijo internamente, solo había aceptado la invitación al Baby Shower de Rin porque este le había prácticamente rogado, no le agradaba la idea de estar ahí con el perfecto doncel y su perfecto esposo, Shintarou un prestigioso medico quien en secreto se lo follaba cual bestia. - Bufo molesto. - iba a maldecir en voz alta al no encontrar la dicha hielera, pero eso quedo atrás cuando sintió como le jalaban el brazo y seguido lo besaban con desespero. Un poco confundido Takao trato de romper el contacto, pero al percatarse de que se trataba de Shin-chan se dejo llevar.

-No me di cuenta cuando me seguiste... ha de ser por la cantidad de globos azules. - termino de decir Takao mientras observaba sus uñas, pulcras como siempre.

Midorima suspiró, no lo pudo evitar, últimamente había mucho trabajo y esto no dejaba que tanto él como Takao no se pudieran ver o encontrar tan seguido. Así que con sigilo aprovechó que su amante se internara en la desocupada casa para poder calmar sus ansias. Su familia y amigos se encontraban en el jardín celebrando la noticia de que su primer hijo iba a ser varón así que no notarían su ausencia por unos minutos.

-Me iré. No me siento a gusto. - suspiró Takao y se dirigió a la salida de la cocina más nuevamente fue retenido por Midorima.

- ¿A dónde vas? - preguntó angustiado.

El doncel le miró sin interés y se soltó del agarre. - A mi casa, estoy... un poco fastidiado. - se dio la vuelta y salió en busca de Rin, se inventaría algo y se largaría de ahí.

Tired of you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora