unhealthy love

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Ola a todos.

Muchas gracias a todos aquéllos que votaron y comentaron.

La pareja más comentada en el cap. anterior fue el MidoTaka. 

Y aquí esta el capítulo en su honor.

Nos leemos abajo. 

***

Midorima apuntaba su camisa con lentitud mientras buscaba su estetoscopio con la mirada,  suspiró con pesadez. Se había jurado a sí mismo no volver a caer ante la tentación,  aquella tentación que tenía por nombre Takao Kazunari.  

Había bajado a un nuevo grado de desfachatez,  pues tenías que estar muy ido o muy excitado para tener sexo en una sala de cirugía.

-no ves por hay mis pantalones,  shin-chan?  - cuestionó el pelinegro en lo que se levantaba de la camilla.  Midorima negó con la cabeza.  - te dije que no los tiraras… Oh ahí están. - exclamó Takao al notar que la prenda estaba colgando de la lámpara cielitica**. Saltó un poco y agarró los pantalones y sin más se los puso.

-Nee Shin-chan.  Cuándo podemos… - Takao no terminó de hablar pues el peliverde salió rápidamente de la sala con bata en mano, dejándolo solo.

Siempre era así,  Takao se le insinuaba a Midorima este se negaba unas cuantas veces y luego caía rendido a sus pies,  tenían sexo descontrolado en cualquier parte (ese día había sido en la sala)  y cuando el peliverde terminaba salía sin decir nada. Duraba un rato molesto y sin hablarle pero luego se le pasaba.  Era así un círculo vicioso de sexo e infidelidad.

Infidelidad por parte de Midorima ya que este estaba casado y para más colmo,  él,  takao,  conocía al esposo del peliverde,  que por cierto era muy buena persona y era lindo. Todo un doncel, esposo de un gran médico.

Claro que había veces en la cual la culpa le carcomía pero no lo podía evitar.  Midorima era todo lo que él deseaba en un hombre.  Serio,  alto… Muy alto,  inteligente y bueno en la cama… Camilla.  Se arregló sus ropas y cabello,  se sentía lleno pues el más alto se había corrido dentro de él,  tomó nota mental “tomar pastilla anticonceptiva” no quería cometer un error.  Salió de la sala y revisó su teléfono, verificando que no tuviera alguna llamada importante.

Con cierto apuro se dirigió a urgencias,  su descanso había terminado y por alguna razón se sentía más cansado de lo que salió.

*-*-*-*-*

Midorima entró a su consultorio y cerró la puerta de un portazo,  se sentía molesto y decepcionado de sí mismo. Tomó asiento en su silla dando nuevamente un largo suspiro,  parecía que su alma se iba a salir.  Se retiró los lentes y masajeo la nariz,  estaba muy estresado a decir verdad.  Su celular sonó,  cuando vió el nombre en la pantalla la culpa lo golpeó justo en las bolas.  Sin más remedio contestó. Con lentitud giró su silla para ver el paisaje y darle la espalda a la puerta.

-hola cariño… Si,  acabe de entrar.  Aja… Si… Oh bueno… No,  eso no… Ok… Chao… Yo tambien.  - después de la despedida de su esposo, colgó.

-vaya,  no creí que fueras tan estúpido.  - le recrimino una voz tranquila y demandante.  Midorima se exaltó un poco pero sabía quién era el que lo criticaba,  giro nuevamente la silla y vió a su visitante.  -Akashi,  que quieres?  - inquirió.

Tired of you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora