Enzo reconoció el olor a madera mojada y podrida tan característico del puerto de Amondor; el lugar en donde había crecido y a donde se había esforzado tanto por no ir durante los últimos años. Paseó su mirada lentamente por todos lados, comprobando inconscientemente que no hubiera ninguna cara conocida. Pero era casi imposible que él pudiera conocer a alguien de los que vivieran ahí ya que llevaba demasiado tiempo sin pisar ese lugar.
Con pasos lentos pero decididos, bajó del barco y decidió que solo tenía que enfocarse a lo que venían a hacer o a lo que el capitán le ordenara.
Fue Enzo el primero en darse cuenta de la cara conocida que estaba colgada en el dibujo de "Se busca". Era un rostro que había tenido que lidiar bastantes esos días por lo que se le hizo normal por unos segundos ver la cara de Gabrielle pegada en una pared mugrienta.
— Capitán— Exclamó Enzo arrancando el letrero de la pared para mostrárselo— Tenemos una celebridad entre nosotros.
— Pero ¿Qué demonios? — Dijo el capitán tomándolo. — Niña Lewis, al parecer te están buscando aún.
Gabrielle caminó unos pasos para poder ver lo que todos veían. Era un retrato suyo, que ofrecía recompensa para quien la entregara de nuevo a su familia. Por un momento una oleada de esperanza cruzó por su mente; su familia la estaba buscando así que probablemente la encontrarían. Eran personas muy influyentes así que...
Sus pensamientos fueron interrumpidos con el vago recuerdo de una vida llena de opresiones y un compromiso arreglado que la hizo desear por un segundo no ser rescatada.
— Con un demonio, creo que cometimos un estúpido error viniendo a una ciudad vecina de la tuya— Dijo el capitán a Gabrielle.
— ¿Qué hacemos capitán? ¿Regresamos al barco? — preguntó Swan.
— O podríamos regresarla y tomar el dinero de la recompensa— sugirió Hassan. — ¿Cuánto crees que valga tu cabeza, niña Lewis.
— No digan tonterías, mírenla, está casi irreconocible— Dijo Baltashar analizando el retrato. — Esta cosa es de cuando todavía se cepillaba el cabello todos los días.
— ¿Alguien nos ha visto? — preguntó el capitán mirando a su alrededor, a lo que todos negaron con la cabeza. Había muy pocas personas en el puerto y nadie parecía haberse percatado de la presencia de Gabrielle. — ¡Cyril! ¡Swan! Lleven a la niña Lewis a hacerse un cambio de imagen.
— ¿Un cambio de imagen? — preguntó Gabrielle sin comprender a donde iba todo eso.
— ¡Saben a lo que me refiero! ¡Córtenle ese cabello! Que se parezca lo más posible a un hombre.
— Aye capitán— Exclamó Cyril.
Enzo observó cómo se iban ambos hermanos junto con Gabrielle. Sería interesante verla sin su cabello. Quizá así sería más ágil a la hora de entrenar.
El capitán envió a Enzo y Hassan por su cuenta a buscar provisiones para el barco, como una forma sutil de decirles que no los necesitaba en ese momento y quería que no le estorbaran. Aunque de esas cosas siempre era Baltashar quien se encargaba, por lo que decidieron simplemente ir a dar una vuelta en lo que el capitán Scavenger terminara de hacer lo que sea que haya ido a hacer.
— ¿Enzo? ¿Eres tú? — un escalofrío recorrió la espalda de Enzo al escuchar esa voz detrás de ellos, y al verlo tensarse de esa forma, Hassan supo perfectamente bien de quien se trataba; su hermana. Uno de los tantos fantasmas en la vida de Enzo que él había intentado alejar.
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Alta Mar
RomanceCuando Gabrielle, la hija de uno de los hombres más ricos del pueblo fue secuestrada hábilmente por piratas, todos perdieron la cabeza. Pero nadie la perdió en mayor proporción que ella misma. Mientras las semanas pasaban, todos olvidaron el tema y...