Por ella

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01/09/2017

Hoy me observas desde alguna parte, aún siento el fuego intenso de tu mirada, las estrellas me recuerdan el brillo de tus ojos y lloro cuando las nubes juegan a esconderlas, siento que te alejas de mi lado pues el frío toma lugar en una oscura noche, pero tu recuerdo, grata hoguera que espanta este sentimiento frívolo. Tus manos aún las siento en mis sueños, suaves, delicadas, femeninas, dignas de una bella obra de arte. Tu aroma, envidia de los tulipanes y placentera sensación ante cualquier olfato al presenciar tal creación natural. Una lágrima recorre mi mejilla, refleja el triste sentimiento al extrañarte, el saber que por más que quiera no puedo tenerte a mi lado, en silencio acaricio mi oreja, imagino que tus hermosas manos lo hacen, lo solían hacer. Más lágrimas entra en el acto, mi desespero y confusion ante la vida se reflejan en un acto rabioso al golpear la mesa. Caen gotas, lagrimas y sangre, observo estupefacto la herida en mi mano, un inevitable recuerdo me aborda, tú sentido de protección, imagino como estarías cubriendo mi herida con un beso que calmaría el dolor. Tus besos, no hay descripción que tome lugar ante tus besos, eran la calma y la desesperación juntas, estremecía todos mis sentidos y los relajaba de golpe, sentía que flotaba pero aterrizaba solo para seguir a tu lado, detenían el tiempo, cualquier sucio y rastrero pensamiento lo convertían en vacío, en nada, solo en tus besos, pues solo en eso pensaba. No se dónde estás, ni donde fuiste, solo se que no volverás. duele saber que una persona se va de tu vida por conseguir a otra, pero duele aún más saber que esa persona se fue de tu vida amándote y dejando atrás cualquier rastro de existencia en el mundo

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