Yo, tenía un sueño. Un sueño bastante complicado. Un sueño un poco imposible. Un sueño que la gente pinta como una meta fácil. Un sueño que en realidad es algo por lo que verdaderamente hay que luchar. Y eso tan difícil quizás de conseguir, era formar un grupo de música. ¿Grupo? Sí, grupo. Aunque en aquel entonces sí veía ese sueño imposible. Pues estaba yo sola. Estaba sola en mi habitación escribiendo "canciones" que jamás acababa. Quizás fuera por eso, por estar sola contra un sueño en el que necesitaba que alguien me respaldara.
Me llamo Sara. Y tenía aproximadamente trece años cuando comencé a soñar. Cuando comencé a darme cuenta de que las estrellas brillan más cuando tienes algo por lo que luchar. Cuando comencé a entender las frases de: "Para cumplir tus metas, deberás caer, levantarte y mantener la espada en alto". Pensaba que tan solo debía dejar pasar el tiempo para que se cumpliera. Pero cuando cumplí los catorce, me di cuenta de que no bastaba. Que debía hacer algo yo, si algún día quería verme con un micrófono en la mano, delante de un mísero público de tres o cuatro personas. Y me animé a intentarlo. Pero las ganas que tenía de componer, de intentar hacer música, se esfumaron cuando vi que no podía yo sola. No tenía pensado desde aquella si quería ser solista o formar parte de un grupo. Así que tan solo dejé de nuevo pasar el tiempo, unos cuantos meses, "componiendo" cuando tuviera inspiración. Pero algo, me cambió.
