¿Comienzos? pt.2

21 3 0
                                    

Lucía:
Ese día me encontraba en Madrid. Me había mudado de Málaga y me estaba costando un poco adaptarme. Fui a pasear a un parque que se me hacía la mar de tranquilo para poder pensar mejor sobre mis cosas. Todo estaba muy silencioso. En ese tipo de momentos me encanta el silencio. Vi un árbol muy grande y hermoso. Quería acercarme, lo hice, pero no me esperaba una cosa. Había una chica como... Dibujando? Escribiendo? En una hoja. Me la acerque, parecía maja y quería hacer amigos. Parecía una buena oportunidad.

-¿Estas dibujando?- Dije mientras me sentaba al lado de ella. -Si- Me dijo no muy convencida. No me prestó mucha atención asi que prosegui.

-Me llamo Lucia- Dije sonriendo. Esta vez sí me miró y me sonrió levemente.
-Yo me llamo Sara- Me dijo y nos estrechamos las manos. Su voz era muy bonita, me encantaba.

Me levanté y Sara me miró un poco triste.

-Vamos a dar un paseo- Dije y se le cambió el rostro a una expresión de felicidad. Me da el sentimiento de que siempre quiero verla así. La ayude a levantarse y empezamos a andar. Le empecé a hablar de mi. De cómo llegué aquí, cómo me siento sobre mi mudanza, cosas típicas cómo mi cumple, edad, música que escucho, obviamente,  vi que me miraba muy atenta y me di cuenta de que es mucho más alta que yo. Apenas le llego a la nariz. Me siento muy bajita pero me hizo gracia. La analizaba un poco igual que ella a mí. Su pelo le llegaba hasta los hombros y era muy bonito. Me daban ganas de acariciarlo. Sus ojos oscuros y penetrantes que guardaban un montón de cosas y algo que creo que le gustaría decir, pero por alguna razón lo guardaba. Termine y le pregunté por ella. Me contó que ella siempre había sido  de capital y coincidimos en la música. Eso nos dio lugar a hablar de nuestros grupos favoritos y cosas divertidas de estos. Llegamos a un punto donde se acumulaba la gente. Por seguir caminando nos adentramos un poco en la muchedumbre.

-Lucía, debo irme a casa- Me dijo un poco triste. Yo quería pasar más tiempo con ella. Pero recordé que mis padres me regañarían si llegaba más tarde. Le pregunté si podía acompañarla y asintió. Eso me alivio un poco.

-¿Vas en metro?- Le pregunte
-Si, vivo en Moncloa.- Me dijo tranquila. Yo me emocioné demasiado por eso, pues yo vivía en el mismo lugar.

-¿De verdad? ¡Yo también!- Le dije.
Fuimos en metro y nos despedimos dándonos nuestro números de teléfono. Cuando llegue a mi casa tuve que poner de yo la mesa por llegar tarde, y eso hice.
Luego de comer recibí un mensaje a Sara.

-hola :)-

No tarde en responderle también con lo mismo. Estuvimos toda la tarde hablando. De las mejores tardes que pase porque no estuve aburrida, si no hablando con ella y se me hizo cada vez más agradable.
Le dije que quería aprender a tocar un instrumento y me habló de los dos instrumentos que tocaba y quede fascinada, el violín y el piano.

-No me creo que toques los dos instrumentos que más complicados me parecen- Le mandé con un emoticono de risa.

Dejamos de hablar porque ya se hizo de noche y tenía que ir a cenar.
Se me hizo tan bonito el sentimiento que tenía cuando hablaba con ella... Ese fue el comienzo de una fuerte y hermosa amistad.

T.R.DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora