Batalla

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Sara:
Y así fue cómo mi ilusión me llevó a hacer lo que yo quería. Bueno, lo que todas nosotras queríamos. Al final, Ariana y Sofía se unieron con nosotras, como ya mencioné. Y a parte de unirse nuestras mentes en un sueño común, también se unieron nuestros corazones para luchar y para llegar hasta la cima. Y, estando en mi casa, nos hicimos una promesa mutua:

-Llegaremos hasta el cielo y alcanzaremos nuestra estrella. ¿Prometido?- Pregunté colocando mi mando en el centro del círculo que estábamos formando las cuatro.

Ellas sonrieron y asintieron todas juntas, para después colocar sus manos encima de las mías.

-¡Sí!- Chillaron todas, haciendo una promesa que todas intentaríamos cumplir. Aunque fuera difícil. Aunque hubiera guerras. Aunque hubiera niebla. Nosotras la dispersaremos para dejarnos el camino claro y reluciente. Lo conseguiríamos.

Y desde ese momento, mi habitación se había vuelto una especie de estudio. Donde tratábamos de componer, donde les enseñaba a las demás junto con Lucía a tocar el piano. Ellas dijeron que debían aprender el piano, que debían hacer música también. Y así lo hice, fui su profesora de piano.

Uno de los días en los que estábamos acostadas en mi cama, mirando al techo, pensando acerca de una canción, de algún sentimiento, de cualquier cosa para escribir, Sofía interrumpió nuestros pensamientos:

-Y... ¿Seremos un grupo nosotras cuatro?-

Yo la miré extrañada, pues era obvio que sí. Asentí lentamente para preguntarle si conocía a alguien más para que se uniera.

-No, solo preguntaba porque no quería que nadie más se uniera, prefiero estar únicamente con vosotras- Me contestó poniéndose un mechón de pelo detrás de la oreja, tímida.

Ari, Lucía y yo nos miramos sonriendo.

-Pues claro- Dijo Lucía para después reír.

Después de esa breve conversación, volvimos a pensar. Ya me dolía la cabeza, pues me salían muchas cosas, pero ninguna me convencía lo suficiente. Le di un golpe leve al cuaderno que tenía y le puse la tapa al bolígrafo.

-¿Queréis comer algo?- Les pregunté levantándome de la cama. Realmente necesitaba moverme.

Ellas asintieron pidiéndome cada una algo para beber y unas galletas que compartiríamos. Me dirigí a la cocina y en ella estaban mi madre, que estaba preparando la comida mientras veía las noticias, y mi hermano, haciendo su tarea. Cuando entré me saludaron los dos y fui hasta el armario donde estaban todas las galletas. Luego a la nevera, para coger las bebidas que me habían pedido. Para mi cogí un vaso de agua ante la atenta mirada de mi madre.

-¿Es para las chicas?- Me preguntó volviendo a fijar la mirada en la comida.

Yo asentí sin prestarle mucha atención.

-¿Qué estáis haciendo?- Cuestionó viendo cómo ocurría un accidente leve en las noticias.

Yo suspiré. No le podía decir lo que en verdad estábamos haciendo. Me gustaría tanto contárselo. Pero no podía. No ahora que mi sueño estaba cada vez más cerca. Pensé una excusa rápida.

-Estamos haciendo la tarea. Como yo ya la acabé, estoy ayudando a Ari y a Lucía. Sofía ya la traía medio echa, así que también acabó. Hemos decidido tomar un descanso-. Se me daba realmente bien lo de inventarle excusas.

Mi madre me sonrío y yo le devolví la sonrisa. Le gustaba que yo ayudara a mis amigas, que para ella ya eran como tres hijas más.

Con cuidado, subí todo a mi habitación. Fui prácticamente corriendo pues se me estaban cayendo las bebidas.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2019 ⏰

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