El silencio era tenso, ni siquiera el sonido del viento y la lluvia era capaz de relajar a Sicheng.
Ahí envuelto en una manta, observaba atentamente el maltratado cuerpo del japonés que robaba sus suspiros y lo volvía una gelatina con simples palabras.
El chico tonto que le ofrecía dulces por las mañanas, el chico con complejo de actor porno y un amor infinito por los mangas shoujo resultó estar más herido de lo que imaginó.
—... No es difícil de entender Sicheng, simplemente me ahogó con facilidad, sucede automáticamente cada vez que alguna situación me supera, cuando el ruido en mi cabeza me supera.
—¿Cuándo comenzó todo esto?
—Cuando mamá se fue y me dejó con mi padre, recuerdo haber visto su largo cabello moverse con el viento mientras se alejaba, papá me impidió ir tras ella. Recuerdo la fuerza de su agarre en mi hombro, la intensidad de mi llanto y la brutalidad de sus golpes luego.
» Él decía que ella se fue por mi culpa, no lo entendía, hasta ahora no lo entiendo, pero lo oí decir aquello tantas veces que simplemente comencé creerle, comencé a creer que merecía aquellos golpes e insultos, estaba tan acostumbrado a sentir dolor que cuando él murió pensé que enloquecería.
» No era sano, sabia que no lo era pero no podía evitar buscar castigarme cada vez que creía hacer algo mal, buscaba motivos donde no los había, intentaba parar el ruido en mi cabeza golpeándome o arañandome, aún escuchó su voz Sicheng, puedo oírlo decir que no merezco ser feliz luego de haber arruinado su felicidad.
Sicheng acuno el lívido rostro de Yuta entre sus manos y sin pensarlo dos veces, lo besó.
Juntó sus cuerpo todo lo que pudo, contuvo su inmensa necesidad de llorar y movió sus labios intentando calmarlos a ambos.
Lentamente hizo descender sus labios, besando suavemente las marcas moradas y azuladas en el cuello y clavículas del japonés, subió nuevamente hasta sus labios, dejando cortos besos en ellos.
—No hay nadie que merezca más la felicidad que tú, Nakamoto Yuta, no estas solo, yo... Puedo ayudarte ¿Sabés? Podemos buscar ayuda y...
Yuta lo calló uniendo nuevamente sus labios, sintiendo el sabor salado de las lágrimas mezclados con el azúcar que tenían las serpientes de caramelo que comió Yuta más temprano en la tarde.
—¿Buscaremos ayuda? —Musitó separando sus bocas momentáneamente.
—¿Por qué lo dices en plural? Es mi mierda, Sicheng.
—Porque eres mi novio —Susurró con un nudo en la garganta—. Eso es lo que los novios hacen, apoyarse y quererse siempre.

ESTÁS LEYENDO
Bittersweet Boy ; yuwin
القصة القصيرةCubre el dolor con banditas y alimenta a la ansiedad con dulces. capítulos cortos. yuwin ; yuta + sicheng (aka winwin)