Sweet

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El sol estaba en lo alto del cielo aquel viernes, brillaba con intensidad y daba una calidez agradable a la ciudad.

Justo como Yuta hacia con Sicheng.

El sonido de The 1975 resonaba en las paredes de la habitación de Sicheng, tumbado en su cama con la mirada fija en el techo se dedicaba a suspirar y ahogar gemidos al sentir los suaves labios de su novio recorrer su cuerpo.

Tenia una necesidad imperiosa de mirar pero Yuta había sido muy claro.

—Si miras me detendré y nada hará que continué.

Chilló levemente al sentir como hincaba los dientes en su cadera, y luego sintió la húmeda lengua sobre el lugar de la mordida, calmando el leve dolor.

—¿No tienes una cita con tu terapeuta hoy? —Cuestionó entre jadeos sin apartar la mirada del techo.

—Supongo que olvidé mencionarlo pero, las sesiones disminuyeron a una por semana.

Sicheng desvió la mirada bruscamente, encontrándose con una escena bastante interesante, Yuta tenia el rostro enterrado en su estómago, moviendo la cabeza de un lado a otro.

—¿Qué éstas haciendo?

—Intento volvernos uno, ya sabes, literalmente sólo una persona, con cuatro brazos, cuatro piernas, quizás dos pe... Oye ¡Te dije que no miraras!

Sicheng rió fuertemente al sentir las escurridizas manos de Yuta en sus costillas.

—¡Basta! En serio detesto las cosquillas.

—Eres un bebé, un lindo bebé —Murmuró mientras besaba lentamente su pecho, ascendiendo hasta su rostro.

Sus ojos resplandecían con fuerza y Sicheng no pudo evitar recordar lo mal que había pasado los últimos meses, al comenzar con la terapia.

Fue un proceso doloroso, él vio en primera fila como Yuta llegaba sintiéndose contrariado y lleno de sentimientos conflictivos, vio como en ocasiones los recuerdos se apoderaban de él y entre sollozos le suplicaba que lo abrazara y no lo soltará, porque no quería mandar al demonio sus esfuerzos.

Pero eventualmente las cosas mejoraron, Yuta mejoró, los hematomas desaparecieron y las heridas cicatrizaron, cada día parecía brillar con más intensidad.

—¡Despierta! Estoy intentando lucir sexy aquí.

Sicheng parpadeó viendo con confusión al japonés sobre él, intentando guiñar correctamente un ojo.

—¿Sexy? Luce como si tuvieras un tic o algo así.

—Falacias, puedo sentir tu erección.

—Estoy feliz de que desistieras en eso de convertirte en actor porno, no pasarías de la audición.

—¡Más falacias! Yo seria la versión japonesa del tipo de Brazzers.

Negando, Sicheng oyó el parloteo de su ridículo novio sobre sus grandes dotes para aquella industria.

—Eres un tonto, pero te amo Nakamoto Yuta.

—Bueno, yo te amo más Dong Sicheng.

Bittersweet Boy ; yuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora