Abrumado

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Taeyong sujetaba con fuerza las sábanas en sus costados. No sabía si el calor que sentía lo estaba consumiendo o lo estaba llevando al mismísimo cielo. Sentía esas fuertes manos recorrer cada centímetro de su piel; manos, hombros, cuello, pecho, cintura, muslos, entrepierna, ningún maldito lugar fue olvidado.

Y esos labios que tanto amaba, marcaban un camino sin fin en su rostro.

Estaba abrumado. Esa es la palabra.

Cómo no estarlo si Yoon Oh lo primero que hizo al llegar a casa fue cargarlo entre sus brazos, llevarlo hasta el cuarto y tirarlo en la cama. Dicha acción descolocó al menor, puesto que era el cumpleaños de su Jung y el día de San Valentín, y él tenía planeado una cena formal en el mejor restaurante de Seúl.

Eres tan hermoso y tan mío.

Esas fueron las primeras palabras que escuchó de su amado.

Esas llamas avellana estaban dilatadas y lo escudriñaban de arriba abajo.

—Jung-

—Sh~

Le robó un beso profundo, intenso...amoroso, impidiendo que hablara.

—Hoy te quiero hacer el amor hasta que se te sea imposible caminar. Te quiero escuchar gemir tan fuerte, que tu voz se vuelva más ronca, y lo único que pueda escuchar es a ti, diciendo mi nombre, rogándome a que no pare, llorando por el placer y por más.

Taeyong no pudo evitar abrir sus ojos por la sorpresa. Su dulce novio al parecer no tenía ninguna cena en mente.

—Pe-Pero y tu cumpleaños? Tu regalo, la cena...

El castaño soltó una risa grave y se acercó a su oído.

—Siempre tan inocente...A la mierda la cena, mi cumpleaños y el día de San Valentín. Tu eres mi regalo, no necesito más. Además, el día de los enamorados pudo ser inventado por un poeta que quiso amar, como yo ahora y todos los días que estoy contigo.

El menor gimió ante sus palabras. Si es a él lo que quiere de regalo, entonces que así sea.

Enganchó sus piernas en la cintura del más alto y enganchó sus brazos en el cuello de este. Jung tenía sus brazos estirados, sosteniéndose a él mismo para no caer encima de su novio, lo cual hacía que este último no tocara la cama en absoluto.

Se miraron fijamente por segundos que parecieron horas. Sus respiraciones se combinaron en una sintonía lenta y fuerte.

—Entonces...hazme tuyo.

Lee no necesito decir más.

—Oh cariño, lo haré.

-🍑-




Después de que Jung se despojara de sus prendas y dejara ver tremendo cuerpo que tenía, Taeyong se encontraba sobre sus palmas y rodillas, tal y como le indicó el cumpleañero.

—Nunca me cansaré de verte. Eres una obra de arte que merece ser apreciada cada segundo.

Logró que el menor se sonrojara más de lo que estaba.

—No digas esas cosas...

Era imposible no decirlo.

Taeyong mostraba su blanquecina piel, la cual Jung perdió la cuenta de cuántas veces había tocado, se encontraba temblando de la anticipación, con una ligera capa de sudor, su polla estaba dura y resaltaba demasiado, y lo favorito del castaño, su entrada estaba a la vista de él, invitándolo...tentándolo.

Las notas de Jaehyun  ||  JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora