Fotografías

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Ayer fue el último día del año. Tae y yo celebramos el Año Nuevo en un restaurante para después ir a un antro. La pasamos increíble y nos embriagamos demasiado, bueno él más que yo.

Así que era realmente molesto escuchar un celular sonando a las siete de la mañana, cuando nosotros apenas habíamos llegado a las cinco y media a la casa y no precisamente a dormir.

La canción de Lip & Hip resonaba por todo el cuarto. Era el tono de Tae. Fui el primero en abrir los ojos y la vista fue preciosa.

Las persianas no estaban cerradas del todo, lo que provocaba que los rayos del sol se posaran en su cuerpo. Estaba dándome la espalda, seguía dormido y las suaves sábanas blancas solo llegaban hasta su cintura, dejándome ver su blanquecina piel con uno que otro chupetón. Recordar lo que hicimos hace unas horas, me hace hambriento por más.

Instintivamente rocé mis dedos desde su hombro hasta su cintura. Su piel era tan suave, tan dulce, tan adictiva. Él pareció despertarse por mi tacto y logró escuchar su teléfono. Sin embargo, solo se limitó a quejarse y cubrirse su cabeza con la almohada para dejar de escuchar a Hyuna con su hip and hip and hips. El timbre sonó como unas cinco veces más y él decidió buscar su teléfono tanteando el buró de su lado.

—¿!Quién diablos llama a las siete de la mañana el primer día del año!?—dicho esto no midió su lejanía de la cama y cayó envuelto en las sábanas. Solté una leve risa y él un leve quejido. No lo veía debido a que el colchón me tapaba pero sé que no se hizo daño.

Su cabeza con cabello ahora castaño claro se asomó por arriba del colchón, tenía la cara con señales de todo lo que hicimos esta madrugada, se veía todavía un poco ebrio y tenía el ceño fruncido.

—Jae, ¿sabes dónde está mi celular?— tenía los ojos entrecerrados y se veía que tenía problemas con enfocar la vista. Yo señalé su pantalón que estaba en el suelo. Había un camino creado por nuestras prendas desde la entrada hasta la cama y su pantalón estaba cerca de la puerta del cuarto. Gateó hasta ahí y agarró el creador de molestias.

—Bueno—contestó su teléfono groseramente pero luego abrió sus ojos y al parecer se le quitó lo dormido y lo enojado porque hablo con una voz más calmada.

—Oh hola ma, perdón... sí perdón...¿estás en Seúl?...¿Jaejoong también?...¿Y papá?...entonces toda la familia está en casa...¿También irá?...¿Tengo que ir?...No, no estoy con Mingyu...—Solo escuchaba una parte de la conversación y al escuchar el nombre de ese idiota me puse tenso, pero tenía demasiadas dudas.

—¿Cómo que porqué? Rompí con él hace más de dos años...No, no estuve solo en Año Nuevo...tengo novio...ya te había dicho...te lo quise presentar desde que empezamos a salir pero tú estabas haciendo tus negocios en Nueva York...¿Puedo llevarlo?...¿Quién más irá?...¿A qué hora es?...¿Puedo llegar temprano?...

Me levante de la cama y camine hasta la puerta del baño pero antes de entrar por completo volteé a ver a Tae que estaba en el suelo.

—Tae me daré una ducha.—le daré privacidad para que hable bien con su mamá. Su cara fue de sorpresa al voltear a verme y se sonrojó por completo ya que yo estaba desnudo, él se había quedado con la sábana.

—Ah-eh sí okay—se mordió el labio con desesperación e hizo su mano como si quisiera acompañarme pero dándome a entender que no podía—maldita se-...no mamá a ti no te digo...

Me carcajeé y cerré la puerta del baño. Me di una pequeña ducha caliente que hizo que las mamparas de la bañera y el espejo se empañaran. Antes de salir del baño me enredé la toalla en la cintura y quité los cabellos que se habían pegado a mi frente.

Las notas de Jaehyun  ||  JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora