Las notas de Jaehyun || Jaeyong

Cuando nos conocimos

Jung Yoon Oh.

La primera vez que escuché tu nombre fue de la boca de mi mejor amigo Ten. Eras el joven más conocido de la universidad, sin embargo yo no sabía de tu existencia.

Tenías tanta fama; por tu belleza que dejaba anonados a todos tanto chicas como chicos, por ser un chico peligroso, por ser todo menos amable, por llevar siempre contigo una libreta negra que no dejabas que nadie tocara, por ser tan malditamente sexy según mis compañeras de curso, por ser de los únicos que estudiaban filosofía y letras, por hablarle solo a tu grupo de amigos y por muchas razones más.

Desde que mis amigos te nombraron, no paraba de escuchar tu nombre en todos lados. Era estresante porque no sabía cómo te veías físicamente. Eras como un fantasma para mí.

Yo me la pasaba afuera, tal vez esa era la razón. Cuando no estaba en clase, iba siempre a las afueras de la universidad fuera primavera, verano, otoño, incluso invierno. Mi pasión eran las cámaras y la vista, por eso estudié fotografía. Siempre traía conmigo una Polaroid, bueno sigo trayéndola a todos lados. Tomaba fotografías de todo y a la vez de nada. Me sorprende que logrará hacer amigos ya que no hablaba mucho y nunca fui extrovertido, a decir verdad, me gustaba mucho estar solo la mayoría del tiempo.

A pesar de que tu nombre estuviera por todo el lugar, no me tome la tarea de saber quién eras. ¿Porqué? La razón es simple, eras uno de los muchos chicos que sobrevaloraban, o eso pensé.

La universidad había hecho un pequeño viaje para los de último año. Era a la playa Jungmun. Yo estaba demasiado feliz, tendría fotos hermosas con el atardecer y el mar.

Nos quedaríamos solo tres días en la playa. Recuerdo que era la cena y yo charle con Ten, Yuta, Baekhyun y Minhyuk. Eran muy divertidos y todavía siguen siendo muy buenos amigos para mí, quizás los únicos. La estaba pasando muy bien, justo en ese momento estaba tomando una de las mejores fotos que tenía, eran ellos y atrás, la luna en su mayor esplendor.

Cuando todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones, a dormir u otra cosa, yo no podía conciliar el sueño, así que salí. Al parecer todos conciliaron el sueño menos yo. Estaba solitario y estaba a punto de ir a caminar por la orilla del mar pero una silueta llamó mi atención. Era un chico, escribiendo en una libreta. Nunca lo había visto en mi vida pero era de la universidad ya que éramos los únicos jóvenes estando en el hotel por esos días. Estaba en la terraza del lobby, recargado justo en la orilla del barandal. Tenía un cigarrillo en mano mientras con la otra escribía. Esa escena era digna de una foto. Lastima que no traía cámara en mano.

No podía ver su rostro, él estaba viendo hacia el mar, no planeaba hablarle, conocerte, pero lo hice.

—¿Tampoco puedes dormir?—me había acercado lo suficiente para dirigirte la palabra, espere a que voltearás pero no esperaba para nada ver ese atractivo rostro. Tenías en ese momento el cabello teñido de un castaño claro con luces, portabas una playera, jeans y botas, todo del mismo color, negro. Me sigue sorprendiendo que hasta la fecha te sigas vistiendo así. Volví a ver tu rostro, tu piel era muy blanca, contrastaba con tus prendas y tus labios que tenían un color rosado y un poco de carmesí natural. Tus ojos resaltaban por ser de un color avellana y definitivamente no esperaba esos hoyuelos que se formaron en tus mejillas cuando me sonreíste.

💡

Hoy sería una de las noches donde me quedo despierto hasta ver el amanecer, no me sorprende no lograr dormir, es demasiado común en mí. La universidad decidió hacer un viaje para los que se van este año. No me agrado la idea, pero salir de Seúl no está nada mal.