CAPÍTULO 2: Maldita sea, decide tú.

3.1K 288 410
                                    


*NOTAS DEL AUTOR/A: "Connor debe tomar una decisión por sí mismo".


*****

La siguiente semana de "conviviendo con un androide" fue una experiencia para la que Hank no estaba completamente preparado. No podía decir que no fuera agradable cuando volvía a casa y Connor rompía el pesado silencio de todos los día posterior a una larga jornada de trabajo. Era jodidamente extraño solo saber lo que picaba en el fondo de sus mentes. ¿Cuándo Hank cedería y permitiría a Connor tomar lo que fuera que este necesitaba tomar? ¿Connor alguna vez presionaría por ello y trataría de ser más atractivo? Incluso si el plástico no estaba tirando de los trucos seductores que Hank esperaba, todavía encontraba sus ojos siguiendo a Connor dondequiera que este iba.

El androide tenía un muy buen aspecto para él. Su cuerpo delgado pero ligeramente musculoso, ahora lucía un nuevo y uniforme aspecto afeitado. Era penetrante pero suave, con curvas rectas pero muy leves donde Hank descubrió que le gustaba que estén. Especialmente notó que quien creó a Connor debió haber pasado una cantidad de tiempo decente decidiendo cómo se vería su trasero: el veredicto fue bastante bueno desde el sofá de Hank, admirando cada vez que Connor se inclinaba en su dirección.

También sentía que el chico estaba tratando de seducir a Hank, de alguna manera... Pero a través de la limpieza, manteniendo serias charlas con él, preparándole la comida una vez que entraba por la puerta (después de la 4ta noche de comida rápida, Connor lo regañó suavemente y le informó sobre lo que el exceso de colesterol podía acarrear en su salud a corto y largo plazo. Como a Hank todo aquello le importaba básicamente una mierda, el androide se encargó de arreglar no tan sutilmente la horrible dieta del teniente Anderson), sus CD se organizaron mágicamente y la prueba más notable fue de que Connor logró arreglar el ruido escurridizo en su auto. Este ahora lo manejaba mucho mejor que cuando lo compró hace 15 años atrás.

Hank se sentó en la cocina, viendo a Connor cortar zanahorias en su forma meticulosa y calculada, suave y descendente. No pudo evitar dejar que sus ojos vagaran sobre la espalda musculosa a través de su camisa de vestir blanca, la chaqueta colgada en la puerta de entrada, las mangas subidas hasta los codos. Su muñeca se veía delicada, suave, y los pensamientos de Hank se desviaron hacia lo suave y sensible que podría llegar a ser esa zona. Sacudió la cabeza, pero encontró que sus ojos estaban más abajo, admirando las posaderas del androide y la buena forma que estas tenían.

—Entonces —Hank se aclaró la garganta, captando la atención de Connor—. ¿Qué es exactamente lo que pasa ahí abajo? Obviamente eres un hombre, pero ¿tienes el equipamiento? ¿Cómo funciona esto? En su totalidad... tú y yo —señaló entre los dos con la mano, Connor giró la cabeza para mirar apenas a Hank por encima del hombro. Maldita sea, si eso no fuera una mirada atractiva.

—Recojo tu semen y lo deposito en el área correspondiente de mi biomecánica. Luego selecciono el mejor esperma de tu...

—Connor —Hank advirtió en su tono que quería decir ¡habla en maldito español! Fue una de las conversaciones más comunes que tuvieron durante la semana.

—Ah —ese pequeño y ligero ruido de reprocesamiento de Connor no debería haber hecho que Hank se encareciera más del muchacho. Era como darle una palmadita a un Roomba {N/T: "Roomba, para aquellos que no lo sepan, es una aspiradora automática y electrónica. Limpia los pisos de modo independiente"} en la cabeza después de un trabajo bien hecho: Este no sabía que estaba haciendo algo espectacular, que proyectabas emociones en él mientras realizaba su programación, pero aún así admirabas el trabajo duro que esos pequeños ponían en las tareas mundanas. Era lo mismo para Connor.

"Nothing to replace" (Nada que reemplazar) - TRADUCCIÓN AUTORIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora