Capítulo 1: Cambios

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Hoy era el día lo tenía decidido. Me había pasado todo un mes de las vacaciones de verano, buscando información sobre el colegio al que iba a comenzar a ir el próximo curso. Había elaborado una exposición en el ordenador para conectarlo al proyector de la sala de cine que teníamos en casa. Había trabajado mucho, esperaba que mi trabajo diese sus frutos. Solo debía esperar una hora más a que llegasen papá y mamá.Ellos comían en la empresa o en algún restaurante, mientras yo comía aquí sola.Esa era otra de las razones por las que me quería ir a este colegio, total no habría mucha diferencia, aquí no veo a mis padres y allí no los vería.Para aprovechar la hora, estuve leyendo un poco más del colegio, y revisé por decimotercera vez el trabajo.
Hasta que llegó la hora bajé las cosas hasta la sala de cine, y lo organicé todo, pronto se oyó el sonido de la puerta al abrirse, y murmullos de papá hablando por teléfono y mamá llamándome.
- Laura, ya hemos llegado cielo.
Yo salí de la sala y me dirigí al vestíbulo, allí me encontré a papá colgando el abrigo mientras seguía hablando y mamá se dirigió a mí para abrazarme.
-¿Qué tal el día, mi vida?

- Bien, mamá, ¿podríamos ir a la sala de cine? Tengo que contaros algo importante.-no dejo que pregunte el porqué, solo retrasaría las cosas.

Mamá miró a papá con cara de no entender qué está pasando. Nunca en mi vida les había hablado así de seria a mis padres.

- Vamos princesa - me dice papá, cuando ha terminado de hablar por celular.

Yo les cojo de las manos y los arrastro a la sala de cine. Ellos se muestran sorprendidos por todo lo que he montado.

-¿Esto qué es princesa? - pregunta papá, mientras se sienta dónde le he indicado con la mano, mamá le sigue y se sienta a su lado.

- Bueno, voy a empezar, papá, mamá, sabéis que siempre he querido estudiar con personas de mi edad. Y no con profesores particulares.- a medida que hablo mi voz va cobrando fuerza y dejo de retorcerme las manos de forma nerviosa.

- Laura ya hemos hablado de este tema - dice papá con voz tajante poniendo una mano en la mesa.

- Ya, pero nunca os había encontrado información del mejor colegio de México, el Elite Way School - al decir esas palabras sus padres abrieron los ojos de par en par.

- Como para no sonarnos - decía mi madre mirando su padre con los ojos dilatados, apunto de soltar un par de lágrimas.- Estudiamos allí los dos, allí nos conocimos y nos enamoramos - mientras soltaba un suspiro de amor.

- La mejor época de mi vida, conocí al amor de mi vida. - decía papá mirando a mamá, como un tonto enamorado.

- A ver, ya por favor, préstenme atención, si tan maravilloso fue para vosotros estar allí, dejadme ir por favor - dije colocando mis manos como si fuese una santa.

-¿Te gustaría ir a ese colegio?- dice papá dejándome sin palabras parece que lo estoy convenciendo.

- Más que nada- dije esperando convencerlo, me muerdo la lengua esperando su respuesta.

- Bueno entonces no hay nada más que hablar - se levanta de la silla, me mira fijamente - ¿Dónde están los papeles de inscripción?

Me quedo en shock, voy caminando hacia él y le digo con voz emocionada.

-¿En serio pá?Ay qué bien, te quiero mucho papi - le digo abrazándole.

- Bueno, ya que están los dos demasiados contentos y no se preocupan por mi, me voy a ir, a llorar, sola a mi habitación. - dice mamá exagerando con su teatro y dando media vuelta.

Me separé del abrazo de papá y abracé a mamá, se resistió un poco pero al final me devolvió el abrazo.

- Oye, ya que me pongo celoso - dijo papá, haciendo que mamá y yo nos separásemos riendo.

Son lo mejor que tengo, los quiero muchísimo.

Después de esta charla, nos dirigimos los tres al comedor a merendar, somos una familia bastante pequeña. Siempre hemos sido los tres, bueno desde que tengo memoria. Mamá me contó hace varios años, cuando le pregunté si no teníamos más familia, puesto mis 4 abuelos murieron cuando yo estaba muy pequeña. Pero lo que si me dijo es que papá tenía una hermana, ella y su marido habían muerto en un accidente de auto, poco tiempo después de haber tenido a una niña, ella nació el mismo año que yo por lo que podría tener mi edad, si supiésemos dónde está o si por lo menos seguía viva.  La niña había llegado aparentemente viva al hospital, pero antes de que mis padres llegaran, quiénes eran los únicos familiares que tenía la pequeña, la niña había desaparecido.

¿Cómo era eso posible? Siendo una bebé, recién nacida. Pero esa fue la única explicación que le dieron a mis padres. La verdad aunque yo no recuerdo nada, obviamente, si que pienso todos los días en esa bebé, podría haber sido como la hermana que nunca tuve, mi cómplice, mi amiga, seguramente habíamos ido juntas a la escuela y habríamos hecho amigas. 

Pero esa fue la razón de que mis padres no dejaran que fuese a una escuela, por nuestro estatus social, muchos aprovecharían para sacar provecho, de cualquier manera, como secuestro o lo que le hicieron a mi pobre prima. 

Mis padres nunca dejaron de buscarla, mi padre decía que la hija de su hermana era exactamente igual a su madre. El nombre de esa niña era Sara.

Esta era la única foto que teníamos de los tres juntos, teníamos varias copias, una la teníamos en el salón con todas las fotos de nuestra familia

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Esta era la única foto que teníamos de los tres juntos, teníamos varias copias, una la teníamos en el salón con todas las fotos de nuestra familia. Otra la llevaba papá siempre consigo, y la última la tenía yo, enmarcada y colocada en la mesilla de noche de mi habitación.

Definitivamente me la llevaría cuándo entrase en el colegio, bueno eso y algunas cosas como fotos con mis padres, mi diario, mis zapatillas de ballet. 

Aunque todavía quedaba todo un verano por delante, y papá había prometido que pasaríamos la mitad del verano en París y la otra mitad en Ibiza. El último de los destinos no le convencía mucho a papá, porque como había escuchado por la tele que era un lugar dónde había muchas discotecas y muchos accidentes por excesos de alcohol.

Así que no le agradaba que su princesita estuviese rodeada de esos ambientes, palabras suyas no mías. 

Pero eso si estaba deseando que llegase el día, en el que comenzase las clases.

Lo que nadie sabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora