Elige, Si Puedes (Los Merodeadores X Tú) "En Pausa"

Capítulo 1 Callejón Diagon

Esa mañana me desperté rápido y corrí escaleras abajo hacia el salón dònde estaban mis padres. Ese día estaba muy nerviosa, veréis hacía dos días me había llegado mi carta para ir a Hogwarts, bueno a mi y a mi hermano pero él no estaba tan entusiasmado. Hoy era el día en que iríamos al callejón diagon a comprar todo el material escolar incluida la varita.
-Buenos días cariño- dijo mi madre
-Vamos no hay tiempo vamos a comprar mi varita-dije dramáticamente
-primero vístete o vas a salir así? - dijo mi madre. En cuanto dijo eso salí disparada a mi habitación y me puse unos jeans largos y una camiseta de mi color favorito.
Luego de atarme los zapatos fui a peinarme pero como siempre me rendí ya que mi pelo era imposible de peinar. Cuando acabé de arreglarme fui a la habitación de James y me tiré en sobre su cama para despertarlo.
-¡Pero qué haces loca! - Gritó.
-Hora de levantarte pequeño bastardo. - dije mientras me reía de su cara de recién levantado.
-¡soy mayor que tu!- dijo entre molesto y divertido
-por diez minutos solo, Sherlock. - luego de eso dejamos de aguantar la risa y nos reímos a carcajadas.
-vale ya voy-dijo levantándose de la cama aun riendo. Me fui en cuanto vi que empezaba a cambiarse. Entre en el salón y cogí para desayunar solo un poco de agua ya que para ir al mucho. Pasó media hora hasta que James decidió bajar y al verlo nadie pudo evitar hacer una mueca. Iba vestido con una camisa y pantalón de traje se había repeinado hacia atrás, llevaba una flor en la solapa, unos mocasines y se había puesto sus gafas de gala (si, gafas de gala así de presumido era a veces)
-¿Pero dónde vas con estas pintas?-pregunto mi padre
-la primera impresión es la más importante- dijo en tono de sabelotodo
-Vamos Romeo ve a cambiarte y ponte algo normal-dije burlándome de él.
-no, vamos.-Dijo decidido. Realmente no me negué tenía ganas de ir al callejón diagon y ver cómo reaccionaba la gente al ver a este grandísimo idiota vestido así. Fuimos con polvos flu y no tuve mucho problema aunque a James se le rompieron un poco las gafas. Cuando estábamos comprando los libros vimos a un niño que llevaba las mismas pintas que James. Al parecer ese niño iba sólo ya que no vi ningún adulto cerca de él.
-Hola soy James, James Potter. Tienes muy buen gusto para la ropa. - Le dijo al niño
-Lo sé. Sirius, Sirius Black- ese chico es una diva pensé.
-Yo soy TN, TN Potter. - dije relajada
-Encantado señorita-dijo haciendo una reverencia. Mire a mi hermano que estaba igual de divertido que yo por esa situación.
Luego de hablar un rato me despedí de ellos y seguí comprando. James se fue a comprar con el Sirius. Solo me quedaba una cosa en la lista comprar la varita. Me fui a Ollivanders y allí me encontré con James quien al parecer se había despedido de Sirius y también iba a por su varita. Entramos juntos a la tienda y había un hombre viejo con unos ojos centella tes mirándonos fijamente.
-me da grima-me susurro James al oído.
-¡Oh os estaba esperando, los Potter ¿verdad?!
-Em si, somos los Potter-Mientras decía esto el hombre ya estaba iendose por un pasillo lleno de cajas.
-Cogedlas- dijo entregandonos una varita a cada uno. Los dos las agitamos y James hizo estallar un vaso y yo sin querer Le di un golpe con un libro a Ollivander.
-No, definitivamente no- nos quito las varitas de las manos y seguimos provando varitas y James encontró la suya.
-prueba esta chiquilla-dijo un poco cansado ya que llavabamos mucho rato. Probé esa y me envolvió un aura de calor justo como dijo James que le había pasado.
-Interesante, muy interesante- dijo Ollivander
-¿Que es interesante? - pregunté.
-hoy mismo un niño de tu misma edad ha venido a comprar su varita y Le he dado justo la réplica exacta de esta. Perfecta para defensa contra las artes oscuras. - dijo relajado sin dejar de mirar mi varita.
-¿Quien era ese chico? - pregunté intrigada.
Però ya se había ido dejándome con la intriga. James me miraba con un poco de recelo. Supongo que me miraba así porque se sentía un poco dolido porque él y yo siempre habíamos sido como uña y carne hasta ahora, ahora había otro niño con quien tenía más en común. Luego de esto nos reunimos con nuestros padres y volvimos a casa. Pasaron los días y quedaba menos y menos para ir a Hogwarts.