Capítulo 20 Quizás

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Las vacaciones de Navidad empezaban mañana y aunque James y yo en un principio íbamos a ir a casa a celebrar las con nuestros padres decidimos quedarnos en Hogwarts a hacerle compañía a Sirius.

-Chicos notentis que quedaros. Deberíais ir a casa y-volvió a repetir, como llevaba haciendo todo el desayuno.

-Sirius callate ya. Queremos estar contigo y si tu te quedas nosotros también-Le dije harta de escuchar sus palabras.

-Lo siento. Debo estar muy pesado. Pero tienes que entenderme, vosotros podéis ir a una casa a la cuál podéis llamar hogar y allí

encontraros con dos personas que os quieren.

- dijo mirando a la mesa. A cada palabra que decía su voz se rompía más y más. Le di la mano por debajo de la mesa para intentar consolarlo sin que James lo viera ya que supuse que Sirius prefería que su amigo no se diera cuenta de lo que pasaba. Decidí que lo mejor que podía hacer era cambiar de tema.

-Creo que seremos los únicos del curso en quedarnos - dije escuchando las conversaciones de los otros chicos y chicas.

-No. - dijo James. Por fin parecía que prestaba atención.

-¿No? - dije pensando en todos los chicos del curso para saber cual me había dejado.

-Remus no ha recogido sus cosas, supongo que se queda. - siguió James. Me puse contenta a pesar de que Remus por alguna razón me odiaba. El día pasó bastante rápido, clases por la mañana y entrenamiento por la tarde. Durante estos días tenía pensado no alejarme ni un minuto de Sirius y de mi hermano, no quería volverme a sentir sola en mucho tiempo. Al día siguiente acompañamos a Peter a la estación y nos despedimos antes de que subiera al tren. El primer día fue

bastante relajado al igual que el segundo y el tercero pero el cuarto fue distinto. Nos pasamos prácticamente todo el día andando por los terrenos y hablando de todo lo que nos pasaba por la cabeza. Y por la noche estuvimos avanzando el mapa.

-Chicos, creo que he encontrado un hechizo capaz de ocultar el mapa. - dijo Sirius emocionado mirando hacia el libro que tenía delante. La verdad era bastante tarde pero decidimos practicar el hechizo que Sirius había encontrado. Yo aunque estaba muy cansada estuve practicando el hechizo durante una hora, era de nivel más avanzado pero no quería esperar unos años a que me lo enseñaran.

-Hermanita, creo que deberías irte a dormir.-dijo James soñoliento. Miré hacia el otro lado de la habitación donde ahora estaba

Sirius dormido en su cama. Decidí seguir practicando pero esta vez sentada sobre la cama que quedaba entre ambos, y seguí practicando. Cada vez que cerraba los ojos tardaba más en abrirlos, hasta que no los abrí. Al día siguiente me desperté. Primero me sentí desubicada pero luego de estar un rato mirándolo todo recordé que me quede dormida mientras practicaba el hechizo. Fue extraño darme cuenta de que estaba sola en

la habitación y de que no me habían despertado. Pero fue más extraño darme

cuenta de que alguien me había acomodado bien en la cama y me había tapado con la manta. Me levanté y vi que al otro lado de la cama de James la de Peter estaba deshecha.

Entonces me acordé, Remus también se había quedado en Hogwarts y la cama donde yo había dormido era la suya de manera que decidió irse a la de Peter. Pero ¿Porqué no me despertó al llegar a la habitación? Probablemente no quería ni mirarme,¿tanto odio me tenía? Esas preguntas estuvieron presentes en mi cabeza durante toda la

mañana, mientras fingía estar escuchando a James sobre lo difícil que era atrapar una

snitch. Estuvimos toda la mañana acabando los deberes que nos habían dado para la vuelta a clases. Después de comer fuimos a su habitación y por fin me salió el hechizo que estuve tanto rato practicando. Ahora podíamos ocultar el mapa como si fuera un pergamino normal y corriente. Ahora faltaría el hechizo localizador, pensé. Les dije a los chicos que me iba a la sección prohibida a buscar más libros.Mientras iba hacia la biblioteca vi a Remus andando por los pasillos. Como siempre tuve el impulso de acercarme a él y hablarle, pero no lo hice,

seguí mi camino hacia la biblioteca. Llegué tarde a la habitación de los chicos luego de buscar por horas un libro con el hechizo. Cuando los vi los dos estaban durmiendo en sus camas así que dejé el libro sobre la cama de Sirius, porque era el primero en despertarse, con la pàgina del hechizo enmarcada. Y cuando me giré para salir vi a Remus, esta vez apoyado en el umbral de la puerta, y estaba ¿mirándome? Me invadió un sentimiento de esperanza, quizás no había perdido a Remus para siempre. Quizás podíamos volver a pasarnos tardes enteras hablando y riendo. Quizás. Él seguía allí parado, podía intentar hablarle o acercarme a él. Pero me invadieron todos los recuerdos buenos como el día que nos conocimos, lo que pasó hacía un año en la torre de astronomía , pero al instante fueron reemplazados por todas las peleas los distanciamientos que tuvimos, todo lo que nos dijimos y como me sentía yo sin él. Lo miré, sus ojos seguían clavados en mi, no lo disimulaba pero tampoco quería que se notara mucho. Pero sin previo aviso los ojos se me llenaron de lágrimas y hice lo último que debería haber hecho. Dejé de mirarlo y fui con la mirada perdida hacia la puerta. Al salir le di

un pequeño golpe con el hombro sin querer, por la falta de espacio, pero fingí no darme cuenta. Al rozar con él me volvieron a invadir unos recuerdos pero esta vez eran distintos, yo caminaba hacia el sauce boxeador junto con un ciervo y un perro grande, no tenía demasiado sentido, de golpe nos encontramos en una casa totalmente destrozada por dentro, y al girar la cabeza hacia la esquina vi a un ¿lobo? un lobo extraño, que se levantó y vino hacia nosotros, a atacarnos. Lo que era distinto en este recuerdo era que aún no había ocurrido nada de eso, era una premonición.

Cómo siempre mis premoniciones duraron mucho para mi pero en realidad no habían pasado ni dos segundos. Remus probablemente no se dio cuenta de nada, aunque yo no estaba dispuesta a volver a atrás y preguntárselo. Seguí andando por las escaleras, ya hacía un rato que las lágrimas habían empezado a bajar por mi cara pero no me di cuenta hasta que llegué a la sala común y vi que estaba Sirius sentado en un sofá mirándome fijamente. En ese momento no quería hablar con él ni con nadie así que subí las escaleras hacia mi habitación y cuando llegué arriba vi como Sirius ponía un pie en las escaleras y estas se transformaron en una lisa y reluciente rampa.

Elige, Si Puedes (Los Merodeadores X Tú) "En Pausa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora