Capítulo 11: [✅]

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     Al día siguiente llamaron a Verónica a las ocho de la mañana, como era sábado ella quería dormir más, pero no le quedo otra que contestar. Era Daniel.

     – Vero, ven a la comisaria rápido, por favor – Dijo llorando.

     Verónica tenía una teoría, pero no se la creía, no podía ser. Se vistió rápido y salió aun más rápido, su tío ese día también estaba de turno.

     Cuando llego a la comisaria, encontró a sus amigos como la última vez que estuvo ahí, sentados de la misma manera, abrazados y con los ojos rojos de tanto llorar. Estaban: Daniel, Emma y Federico, sentados en ese orden con una silla sabia al lado del último nombrado. La chica tenía una cubeta a su lado, la pobre tenía una intoxicación alimenticia hace días, no ha mejorado en nada.

     – ¿Qué paso? – Pregunto Verónica, pero por la cara de sus amigos al notar su presencia, lo supo. En ese instante fue y abrazo a su novio.

     Cuando este se calmo, fue a hablar con su tío, como la otra vez.

     - No puedo creer que un un tan corto periodo de tiempo este haciendo la misma pregunta, en el mismo lugar, con la misma angustia, pero ¿Qué se sabe hasta ahora?

     – El muchacho, Carlos Cadirat falleció. Se cree que, bajo los efectos del alcohol, se metió en alguna pelea y lo terminaron matando. La causa de muerte fue el desangrado que sufrió a causa de un palo punzante que le clavaron en el estomago, y se encontraron golpes en su cara y resto del cuerpo, con el mismo palo que fue su causa de muerte y con puños – Dijo él.

     – Parece un déjà vu. Hace unos pocos días enterramos a Sofía y hoy tenemos que enterrar a Carlos, estamos de la misma manera, solo que falta uno más – Dijo verónica con cara de tristeza pero sin que derramara ni una sola lágrima.

     – Ya lo sé, sobrina. Pero tú tienes que ser fuerte y tener que estar tranquila, debes transmitirle esa fortaleza y tranquilidad a tus amigos, te aseguro que los hará sentir mucho mejor. Pero lamento comunicarte que te interrogaran una vez más - Dijo él, ella solo asintió.

     – ¿Tienen a algún sospechoso? – Pregunto Verónica.

     – Solo a uno, un chico que aun no identificamos, pero no estoy para nada autorizado en decirte nada más, sobrina. Ya te interrogarán y ellos puede ser que te den más respuestas – Dijo despacio y bajo el tío de Verónica para que sus superiores no lo escucharan.

     – Gracias, tío Juan – Dijo Verónica yendo con sus amigos, algo desconcertada de que su tío, el policía que sin importar que tan crudas sean las imágenes o los relatos siempre se los mostraba igual para que Verónica no sea de sorprenderse tanto.

     Los padres de Carlos llegaron, y fue lo mismo que con los Lee, salvo que a Carlos si lo pudieron reconocer fácilmente, gracias a todo. Debe ser el peor de los Dolores tener que reconocer a tu hijo en la morgue. Tiempo más tarde llegaron los padres de Emma, Daniel, Federico y Verónica y a medida que lo iban haciendo comenzaban a entrar en el cuarto de interrogatorios junto a sus respectivos hijos. La madre de Verónica fue la última en llegar, por lo tanto Verónica fue la última en ser interrogada.

     Tiempo más tarde entro el investigador Philip, el hombre que la interrogó la última vez que estuvieron en ese mismo cuarto.

     - Buenos días, no estoy seguro si me recuerdan, pero soy el investigador Ph...

     - Si lo recordamos, señor - Verónica lo cortó - Si se puede apresurar se lo agradezco, no quiero llegar tarde al funeral de otro amigo que falleció - Una lágrima callo por su mejilla y ella dejo que cayera sola.

Misterioso Cliché ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora