Capítulo 13/Final: [✅]

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Verónica salió a pie hasta el lugar en el que se encontraría con Federico, llevaba unos zapatos negros, cabello suelto, con una gabardina roja que encontró, ya hacía mucho frió en esa época del año, aun que no nevara tenias frió al salir a la calle, además serbia perfectamente para ocultar el chaleco antibalas que le dio su tío.

Cuando llego,Federico la abrazo como si no hubiera mañana.

- Te juro que yo no fui, Veri. Ya se dé que me acusan, vi las noticias. Te juro que yo no fui - Repetía una y otra vez abrazado a Verónica tan fuerte como si fuera la última vez y lo más triste es que tal vez lo sea.

Cuando se separo ambos se sentaron en el piso a charlar, no quería que su último momento juntos fuera un mar de preguntas sobre los asesinatos. Verónica sabía y conocía a quien tenía al lado de ella, sabía que él sería incapaz de lastimar a alguien de esa forma tan brutal. Le contó todo el plan de la policía, él no dijo nada al respecto solo la escuchó detenidamente.

- ¿Eres culpable de amarme y volverías a hacerlo? - Pregunto tímidamente Verónica al notar que él no decía nada luego de que le terminó de contar el ridículo plan de la policía.

- Sí, soy culpable, no me arrepiento y volvería a hacerlo una y otra vez. Creo que fue la mejor cosa de mi jodida vida - Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, Verónica se acerco y lo beso.

Luego de que se separaron, Verónica saco su celular del bolsillo de la gabardina y mientras sonreía tecleaba unas cosas en él.

- Sí, soy culpable, no me arrepiento y volvería a hacerlo una y otra vez. Creo que fue la mejor cosa de mi jodida vida - Se escucho la voz de Federico, pero él no había movido ni un solo músculo de su cuerpo, mientras tanto Verónica sostenía el celular en sus manos con una sonrisa extraña.

- ¿En serio creíste que les perdonaría cada día de mierda que me hicieron pasar? - Pregunto Verónica mirando por el rabillo del ojo a Federico mientras acomodaba algo en su celular.

- ¿Discúlpame? - Preguntó él, no comprendía nada.

- Ya es tarde para eso. Cada empujón, cada insulto, cada burla, cada dibujo era una gota que poco a poco iba llenando el vaso de la venganza - Continuo Verónica. Él seguía mirándola como si ni entendiera algo que para ella era demasiado obvio -. Como veo que no entiendes te explicare - Puso los ojos en blanco mientras se mordía el labio -. ¿Recuerdas el día que evite que un auto te pasara por encima? - Pregunto, a lo que él solo asintió - ¿Recuerdas que a los tres días chocamos en el pasillo y evitaste que cayera al suelo? - Él volvió a asentir - Desde ese día comencé a formar mi plan. Sabía que era lo que quería, pero no sabía cómo llevarlo a cabo, no fue hasta la fiesta que se me ocurrió todo el plan para la venganza - Habló con una sonrisa triunfal en su rostro.

- ¿Cómo fue tu plan? - Dijo con la voz quebrada Federico. Él sabía que tenía que huir de ese lugar, que era una trampa, que la policía lo arrestaría o ella lo mataría con sus propias manos, pero no podía quedarse sin saber cómo fue ese maldito plan que término la vida de sus mejores y únicos amigos.

- Simple, me metía en su grupo, pero obviamente los estudie antes. Me metí en los archivos de la escuela y gracias a eso sabía cómo reaccionarían a cada cosa que otra persona diga o haga. Luego comencé a decidir quién moriría primero. Decidí que sea Sofía, por cómo me había hablado ese día y sería más fácil como estaba enamorada de ti. Solo tome tu celular y le puse, textualmente "Sofía, tenias razón, yo no necesito a una niña como Verónica; que no esté dispuesta a darme todo. Yo necesito a una mujer, como tú; que me de lo que quiero" a lo que la muy fácil contesto "¿Pero... y Verónica?" a lo que le conteste "Ya me aburrí de ella, te veo en las vías del tren a las once de la noche, quiero hablar contigo, no llegues tarde" y ella contesto "Nunca" - Puso voz chillona cada vez que hablaba como Sofía y muy gruesa cuando hablaba como Federico -. Luego de eso elimine su conversación, fui al lugar de encuentro, tarde obviamente, me acerque, me reí en su cara, le dije mi plan y justo cuando estaba por terminar de contarle todo, llego el tren y la empuje a las vías - Verónica contaba todo tan fríamente, que daba miedo -. Obviamente tuve que llorar en su funeral y también cuando me interrogaron, además de parecer nostálgica para no levantar sospechas. Dime la verdad soy buena actriz ¿no? - Continuaba diciendo -. Los siguientes en morir iban a ser Emma y Daniel, pero como ellos se fueron y no estaban tan ebrios, sería más difícil. El más fácil en ese momento era Carlos, él tuvo que ser el siguiente en morir. No tenía planeado que pelearan, pero eso me ayudo mucho, me vino como anillo al dedo - Rió fuertemente -. Yo deje el palo a centímetros tuyos para que te lo llevaras, mientras tanto yo tenía otro para hacer mi cometido. Me fui en tu auto por las calles de la ciudad que sabía que no había cámaras, y lo intercepte de espaldas, comencé a golpearlo como si no hubiera mañana hasta que lo mate, pero para estar segura de que no sobreviviera le clave el palo en el estomago - Verónica miro a los ojos a Federico y sonrió recordando toda la sangre que salía del cuerpo del chico -. Luego están Daniel y Emma, los dos tortolitos. Decidí que ambos murieran el mismo día, para que sea una tragedia romántica, al estilo de Romeo y Julieta. ¿Entiendes? - Soltó una risa seca -. El día que me pediste las llaves de tu auto sabía perfectamente en donde estaban, por si lo olvidaste recuerdo todo. Fui a la noche a tu casa, encendí el auto y fui a donde habíamos dejado a Daniel, primero le puse un paño en la cara con cloroformo para que no despertara y luego lo pase por encima con tu auto como cinco veces, las suficientes veces como para que quedara bien aplastado. Limpie apenas los restos de tu auto, lo suficiente para que tú no te dieras cuenta, pero que la policía sí. Luego estaba Emma, ella era la que mejor me caía de ustedes, pero también tenía que morir, tenía que ser justa con todos. Desde la primera vez que fui a su casa comencé a dejar cabellos tuyos por su cuarto y baño, también comencé a dejar arsénico en su cepillo de dientes. Fue una buena elección de veneno, ya que los primeros síntomas son confundidos con una intoxicación alimental. Cuando saque los cálculos, no estaba segura, pero creía que moriría anoche, por eso lo mate a Daniel justo ayer, y mis cálculos fueron correctos - Sonrió orgullosa de sí misma, más que la primera vez -. Y luego, estás tú - Lo miro de arriba hacia abajo -. Pensaba matarte e incriminarte del todo, pero creo que va a ser peor castigo que estés encerrado por un largo tiempo sabiendo que la verdadera asesina de tus amigos esta libre mientras tú pagas la condena. Mi plan está saliendo a la perfección - Sonrió de nuevo.

- Eres una psicópata - Dijo Federico con miedo notorio en sus ojos, aun que intentaba disimularlo.

- No, querido. Los psicópatas nacen. Yo me hice. Tú me hiciste una sociópata. y una muy inteligente a decir verdad - Contesto Verónica con una sonrisa en sus labios -. Y antes de que digas algo, soy sociópata, sólo que pienso todas lasa cosas muy detenidamente. Pero eso no significa que no pueda matarte en un ataque de ira en este mismo momento, así que te recomiendo que no te descuides, corazón - Explicó bien su condición.

- ¿Entonces todas las veces que me dijiste que me amas, fueron falsas? - Pregunto dolido Federico, pareció no escuchar nada de lo que dijo Verónica.

- ¿Qué ya no está lo suficientemente claro? - Lo miro con desdén.

- Te rogué a ti, mierda. ¿Entiendes eso? Yo no le ruego a nadie, y solo lo hice porque eras la única persona que sentía que en verdad valía la pena en mi vida - Sus ojos se llenaron de lagrimas.

- Que esto te enseñe, querido. Una persona que sufre acoso nunca olvida ni perdona, eso solo pasa en los libros clichés - Dicho esto verónica comenzó a desacomodarse la ropa y rasguñarse.

Salió corriendo, con Federico detrás de ella. Él no sabía ni entendía porque lo estaba haciendo, solo lo hacía. Aunque él era más rápido porque se ejercitaba, era imposible alcanzarla, eso lo desconcertaba aún más teniendo en cuenta el mal estado físico de Verónica y que él, un corredor estrella, no pudiera alcanzarla, era una patada en su gran ego.

Cuando llegaron al exterior Verónica noto la cantidad de oficiales armados que había, pero él no lo hizo, solo estaba concentrado en una cosa: Verónica. Cuando por fin la alcanzo ella sonrió maliciosamente.

- Me quiere matar - Grito a todo pulmón cuando Federico tomo su muñeca.

- Suéltala - Grito un policía que logro escucharla - Que la sueltes o disparo - Grito de nuevo.

Verónica hizo como si le estaba haciendo daño y comenzó a gritar por ayudar. Federico no entendía nada, solo no quería que esa sociópata o psicópata escapara, no soltaría su muñeca aun que sea lo último que haga,ella mató a sus amigos, no podía permitir que escapara. Él creía que si explicaba la situación la encarcelan a ella por sus crímenes y no lo culparían injustamente a él, pero estaba tan equivocado.

- Tengo pruebas de que él es el asesino - Gritó Verónica. Federico no comprendía de que pruebas estaba hablando, hasta que recordó la agravación en el celular de ella.

El policía volvió a gritar, Federico no hizo caso, Verónica volvió a gritar y rogar. Al policía no le quedo otra opción y disparo, dándole a Federico justo en la cabeza, matándolo al instante, dejando que su última vista sea una Verónica fingiendo llorar, un grupo de policía que se acercaron a ellos y se concentro la boca de Verónica, esos labios que hasta hace unas horas él luchaba por contenerse y no besarlos apasioadamente.

- Aprende bien, muchacho, los acosados nunca olvidamos - Dijo, o mejor dicho susurro ella con esos labios que te volvían loco, pero no tan loco como la dueña de ellos.

Fin.

Misterioso Cliché ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora