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Capítulo XI

Aquel día de primavera, yo iba cogida de la mano de mi padre, acababa de montar en las tazas, me encantaba ir a la feria y comer algodón de azúcar mientras mi padre me ayudaba a conseguir los peluches que me gustaban. Ese día también me di mi primer beso, con un chico de trece años, sólo uno más mayor que yo. El día estaba saliendo perfecto, mi padre se fue al puesto de algodón de azúcar y me quedé sentada en un banco en el que no llegaba al suelo con los pies, vi una mariposa pasar, cogí mi peluche y salí corriendo detrás de ella la cual me llevó a una especie de césped con flores que sobresalía del cemento del suelo, me quedé mirando las flores, sentada en el suelo y poniéndome algunas por el pelo.

De la nada apareció un hombre.

"¿Estás sola?" sonrió.

"No, he venido con mi papá."

"Pues no lo veo por ninguna parte."

"Porque estaba ahí...pero he visto la mariposa y he venido."

El hombre de ojos oscuros, sonrío de forma malévola y me cargó encima de su hombro llevándome a su coche y ese no fue solo el día que di mi primer beso, también en el que perdí la virginidad.

Volví a abrir los ojos, Harry le acababa de dar un puñetazo en la cara a uno de esos chicos cuando le frené, me puse delante de él por el lado en el que no iba a lanzar el golpe.

"Harry, vamónos por favor."

No hizo falta, aquellos chicos salieron corriendo. Harry me cogió abrazándome y me sentó en el banco.

"¿Estás bien?" Me examinaba con la mirada y con las manos apartaba mi pelo de la cara. "¿Te han hecho algo esos idiotas?"

Le abracé con lágrimas en los ojos recordando aquel día de primavera.

"Gracias." Pude decir al fin.

"¿Segura de que estás bien?" Asentí con la cabeza y me dio el algodón de azucar.

Apoyé la cabeza sobre su hombro mientras compartiamos el algodón de azúcar, a veces me lo ponía en la boca para que Harry cogiera la mitad y a veces directamente se lo daba con la mano. Sonreí, cuando él quería podía volverse adorable. Me guiñó un ojo y puso un trozo de algodón sobre su entrepierna, definitivamente, cuando él quería podía ser adorable o descarado.

"¿Quieres?" Rió.

"¡Harry!" Me sonrojé al instante, él seguía insistiendo y lo cogí con la mano.

"No no, así no vale" Rió de nuevo mostrando sus hoyuelos.

"Claro que vale." Sonreí burlona y comí el trozo.

Harry miró su reloj. "Es hora de irnos" Sonrio. "Tengo una sorpresa.